Visión y Misión

Visión.
Ser líder en la orientación y fortalecimiento de las familias dentro y fuera de la iglesia en la República Dominicana.

Misión.
Orientar a los miembros de la familia en el concepto de la verdadera relación y responsabilidad familiar para tener un hogar saludable, a través de la palabra de Dios.

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miércoles, 10 de abril de 2013

Un Matrimonio a la Manera de Dios, Por: Dr. Daniel L. Catarisano


Roberto y María llegaron a mi oficina en busca de ayuda para su matrimonio. Cuando los saludé, enseguida noté en sus rostros las marcas de años de aflicción y resentimiento. Ya no tenían fuerzas ni siquiera para disimular su dolor, así que nos sumergimos directamente en el tema.
Una larga serie de relatos amargos, incomprensión y hasta algunos episodios de violencia doméstica, formaban el contenido principal de la historia de este matrimonio. Finalmente, cuando todo quedó expuesto, concluimos que en realidad no se conocían, ni tampoco conocían la idea de Dios al crear el matrimonio.
En mi servicio como pastor y consejero profesional, he notado que uno de los mayores causantes de los conflictos conyugales, es el no comprender el diseño de Dios para el matrimonio. Algo que parece tan obvio cuando predicamos sobre este tema, sigue siendo ambiguo para más del ochenta por ciento de las parejas. Esto nos obliga a reflexionar acerca de la necesidad de comprender cómo es un matrimonio a la manera de Dios.

Veamos los siguientes principios.

1.- Un matrimonio a la manera de Dios incluye conocer el significado de la relación conyugal.
El matrimonio no es el fruto de un acto impulsivo de Dios, pues todo lo que él hace tiene significado. La unión matrimonial refleja la naturaleza relacional de Dios y su amor incondicional. El hombre y la mujer fueron creados a imagen y semejanza de Dios, para una relación de amor recíproca y permanente. Esta es una de las razones por las cuales Dios detesta el divorcio, pues tal decisión significa la ruptura de una unión creada, primariamente, para representar el carácter personal de Dios. 

2.- Un matrimonio a la manera de Dios incluye el conocer el propósito de la relación conyugal.
En (Génesis 1:28) encontramos la orden: “Fructificad y multiplicaos”; dos palabras que nos hablan de la procreación, pero también de fructificar como personas y como matrimonio. Esta es una de las razones por las cuales se nos ordena someternos el uno al otro en el temor de Dios, y se nos explica cómo lograrlo (Efesios 5:21-33). En el matrimonio deben coexistir el amor consagrado, la honra y el respeto mutuo; si estos abundan, entonces se cumple el propósito de glorificar a Dios.

3.- Un matrimonio a la manera de Dios incluye el conocer los beneficios de la relación conyugal.
Roberto y María pasaron la mayor parte del tiempo quejándose el uno del otro.
Después de varios minutos, les pedí que mencionaran por lo menos una cosa buena de su matrimonio. Esto fue un ejercicio muy penoso para ambos, pues debido a la ceguera de la desafección, no podían ver nada positivo. “No hay ningún beneficio en esta relación”, dijeron al unísono. Sin embargo, luego aceptaron que aun no conocían el matrimonio según Dios, y reconocieron que ahí radicaba el problema.

Algunos de los beneficios divinos del matrimonio incluyen:
Ø  El ensanchar nuestra relación con Dios,
Ø  El fructificar como individuos.
Ø  Trabajar con nuestras diferencias hasta lograr una relación armónica.

No hay nada mejor que el matrimonio a la manera de Dios. Renunciemos a los mitos, tradiciones e interpretaciones erróneas acerca del matrimonio y volvamos a su diseño original.

“Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican.” (Salmo 127:1)

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