Visión y Misión

Visión.
Ser líder en la orientación y fortalecimiento de las familias dentro y fuera de la iglesia en la República Dominicana.

Misión.
Orientar a los miembros de la familia en el concepto de la verdadera relación y responsabilidad familiar para tener un hogar saludable, a través de la palabra de Dios.

Versículo del día

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miércoles, 23 de septiembre de 2009

Razones para dormir y despertar temprano

De las 9:00-11:00 p.m.: es el horario en el que el cuerpo realiza actividades de eliminación de químicos innecesarios y tóxicos (desintoxicación) mediante el sistema linfático de nuestro cuerpo.
Este horario del día debe utilizarse en encontrar un estado de relajación.
Generalmente, en el horario enunciado, las madres realizan actividades tales como limpiar la cocina, monitorear que todo esté listo para la actividad del día siguiente, etc., que alejan la relajación, lo que genera un efecto negativo para la salud.
De las 11:00 p.m.-1:00 a.m., el cuerpo realiza el proceso de desintoxicación del hígado, e idealmente debe ser procesado en un estado de sueño profundo.
Durante las primeras horas de la mañana, 1:00-3:00 a.m., se da el proceso de desintoxicación de la vesícula biliar, que idealmente debe suceder también en un estado de sueño profundo.

Temprano en la mañana, 3:00-5:00 a.m., se desintoxican los pulmones. Es por esto que en ocasiones en este horario se producen accesos severos de tos. Cuando el proceso de desintoxicación ha alcanzado el tracto respiratorio es mejor no tomar medicamentos para la tos ya que interfieren en el proceso de eliminación de toxinas.

En la mañana, 5:00-7:00 a.m., ocurre la desintoxicación del colon; es el horario de ir al baño a vaciar el intestino.

Durante la mañana, de 7:00-9:00 a.m., absorción de nutrientes en el intestino delgado.
Es el horario perfecto para tomar el desayuno. Si estás enfermo, el desayuno debe tomarlo más temprano, antes de las 6:30 a.m. El desayuno antes de las 7:30 a.m. es beneficioso para aquellos que quieren mantenerse en forma. Quienes siempre se saltan el desayuno, deben procurar cambiar el hábito. Lo menos dañino es desayunar entre las 9:00 y 10:00 a.m., en lugar de privarse del mismo.
Dormirse tarde y despertar tarde interrumpirá el proceso de desintoxicación de químicos innecesarios de tu organismo. Además de eso, debes tener en cuenta que de las 12:00 a las 4:00 a.m. es el horario en el que la médula ósea produce la sangre. Así que procuras dormir bien y no lo hagas tarde.

Sexualidad y fe en la adolescencia, Por: Claire de Mezerville

¿Cómo es la fe del adolescente? Miguel Leitón, especialista en el programa para adolescentes Sin Excusas describe cómo los jóvenes buscan fórmulas, es parte de la etapa: se aprende sobre la vida y sobre el mundo por medio de la búsqueda de respuestas concretas. Es parte del proceso para encaminarnos hacia una espiritualidad madura y saludable, que nos motiva a creer que Dios busca una relación personal con sus hijos y sus hijas: una relación en la que exista entrega, convicción de que Él nos ama, certeza de que, en la medida en la que nos acerquemos a Dios –a través de hablar con Él, a través de leer la Biblia-, en esa medida podremos conocerlo más. Podremos descubrir Él ya se acercó a nosotros.
El fortalecimiento de la fe es imprescindible en la etapa maravillosa y volátil de la adolescencia. Hay un despertar a sensaciones nuevas, emociones distintas y muchas inquietudes. ¡Dios nos ha hecho con la capacidad de sentir y de experimentar cosas! En su trabajo con jóvenes, Miguel Leitón enfatiza como Dios mismo fue quien puso en nosotros la capacidad de “sentir bonito” cuando damos un beso; la capacidad de que un hombre pueda ver el cuerpo de una mujer y admirarlo; la capacidad de una mujer para ver el cuerpo de un hombre y admirarlo. ¡Dios mismo es el que nos da la capacidad de amar! ¿Cuál es el lugar de Dios en esta edad, ante el despertar de la sexualidad?
Leitón prosigue explicando como una fe sólida ayuda a los jóvenes a entender que hay dos formas de expresar la sexualidad: puede expresarse de acuerdo a lo que Dios quiere, por medio del respeto, la dignidad y la honestidad; o dejándose llevar por las pasiones humanas. Si un joven se deja llevar por las pasiones humanas, es posible que se meta en problemas. Esto puede ilustrarse con un ejemplo: si una persona va conduciendo por la carretera y ve un rótulo en el que se regula la velocidad, el rótulo no es un rótulo que va a “aburrir su vida”. Esa señal existe con el propósito de proteger a las personas. Así también Dios nos ha puesto señales para proteger nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro espíritu.
Para empezar, la sexualidad no fue creada para sufrir. Dios hace la sexualidad para que los jóvenes, hombres y mujeres por igual, disfruten, pero que la disfruten dentro del marco que Él ha establecido, con las señales que nos ha dado. En las charlas de Sin Excusas, Leitón comparte como una señal que Dios nos dio para poder expresarnos plenamente, en forma física y emocional con entrega y deseo, es el matrimonio. Dios es tan bueno que nos dice: “¡Cuidado con ese beso!, ¡cuidado con esa caricia! …porque esa caricia es mejor que la expreses en el matrimonio.” Si un joven es atento a esas señales, va a disfrutar la sexualidad. Si no quiere respetar las señales, puede meterse en graves problemas. Y será su responsabilidad, las consecuencias no se le pueden atribuir a Dios.

Sexualidad y conductas de riesgo
Hablar de sexualidad es hablar de emociones, metas, inquietudes, miedos. Aunque podemos decir que la adolescencia va desde los 11, 12 años, hasta los 20, 21 años, cada edad es un universo en sí misma. No es lo mismo tomar decisiones sobre la sexualidad cuando el joven tiene 13 años, que cuando tiene 19 años. Según Leitón, lo primero que los muchachos necesitan tomar en cuenta es que hay situaciones que son de riesgo. Por ejemplo: fiestas, conciertos masivos, estar a solas con el novio o con la novia, ambientes en los que hay presencia de licor o presencia de drogas. Inclusive necesitamos criterio para identificar si hay un descontrol personal al estar con otra persona que nos atrae, -¿qué significa eso? Cuando, al estar con una persona atractiva, ambos quedan a merced de sus emociones.
Las fiestas, los conciertos y otros ambientes donde hay presión de grupo son espacios en los cuales cada uno de nosotros debe tomar decisiones, ¡decisiones muy importantes! Debemos tener muy claro que la diversión no tiene que estar relacionada con contactos sexuales o con actividades sexuales.
Al ir a una fiesta, se deben considerar varias recomendaciones, de acuerdo con Miguel Leitón y su experiencia como conferencista y orientador de jóvenes: los adolescentes necesitan tomar las propias decisiones antes de ir a la fiesta -“no voy a tomar licor, no voy a fumar, etc.”
Cuando actuamos de acuerdo con nuestros principios, aprendemos a desarrollar carácter y voluntad. Las dos van de la mano: carácter es entendido como la claridad personal y consistencia conductual, con respecto a las propias convicciones. La voluntad es la capacidad de decir “no” y “sí” cuando es pertinente y saber que estamos buscando hacer lo correcto: esto fortalece nuestra voluntad. La otra recomendación de Leitón consiste en que, una vez que los jóvenes estén en la fiesta, si las circunstancias amenazan con salirse de control, es huir o salir corriendo. Si vemos que hay una situación de peligro que se puede salir de control, es preferible que después nos digan miedoso durante cinco minutos, a quedar embarazados, sufrir una enfermedad, o llevarnos un susto inadecuado.

El noviazgo en la adolescencia
Un noviazgo debe desarrollarse en un marco de respeto, honestidad, y claridad con respecto a la forma en la que van a manejar lo sexual. No es recomendable que sea únicamente un “dejarse llevar por las emociones”. Si ambos saben que no es buena idea tener relaciones sexuales, es importante que puedan hablar sobre el tema, para decidir como cuidarse mutuamente ante el deseo y atracción que experimentan –estas emociones, en sí mismas, no son malas, pero requieren de voluntad para perseverar en las decisiones de su proyecto de vida-.
Una de las cosas que Leitón explica a los jóvenes es que existen espacios en los que los novios pueden disfrutar de algunos momentos a solas, pero la mayoría de los tiempos deben estar cerca de amigos o de familia: así también pueden conocerse mejor. Es prudente evitar lugares oscuros y caricias que provoquen descontrol. ¡Hay caricias que son mortales! También es importante medir el calor de los besos. Ahora bien, no se trata de basar el noviazgo en represión o en temor: si los novios no se dan caricias se están perdiendo de algo muy bonito. Lo que sí es necesario tomar en cuenta es que hay besos que pueden acelerar los procesos de excitación física, por lo que es mejor tener cuidado.
En esencia, prosigue Leitón, se trata de que los novios adolescentes puedan decir: “no somos invulnerables, a nosotros nos puede pasar algo. Podemos quedar embarazados, tener una enfermedad de transmisión sexual, estropear nuestro proyecto de vida, herir nuestros sentimientos o traernos abajo nuestra relación. Como a nosotros nos pueden pasar todas esas cosas, nos vamos a cuidar.” Es importante que, dentro del mismo noviazgo aprendan a tener límites. Si la otra persona no quiere respetar los límites de su pareja, entonces esa persona ya está diciendo mucho de él o de ella, al no respetar a su novio o novia, ni el futuro de la relación. Esas personas es mejor perderlas que encontrarlas.

Creciendo como adolescentes “normales”
No debemos olvidar los riesgos presentes y concretos de embarazos y enfermedades de transmisión sexual. Hay muchachos que creen que no les va a pasar nada al tener experiencias sexuales prematuras. Se dejan llevar por mitos, como por ejemplo, el mito que dice que en la primera relación sexual la mujer no puede quedar embarazada. ¡Mentira! La primera vez, la mujer sí puede quedar embarazada. O el mito que dice que la sexualidad activa es una necesidad biológica y si no se da, las personas se vuelven locas. Estos mitos son riesgos para los jóvenes, si tenemos en consideración el gran deseo de los adolescentes de “ser normales”.
En la adolescencia buscamos forjar nuestra identidad y hay un fuerte deseo de “ser normal”. Si los muchachos entendieran “ser normal” como “estar bien” o “desarrollarse saludablemente”, en lugar de “complacer a los otros” o “hacer lo que hace la mayoría”, no se sentirían tan presionados para hacer cosas que les pueden hacer daño. En diversas ocasiones, Miguel Leitón ha expresado a audiencias adolescentes que lo que todo el mundo hace no siempre es normal. Si entendemos lo “normal” como “ser una persona segura, integral y feliz”, entonces –contrario a lo que muchos piensan-, ser normal sería equivalente a llevar nuestra vida de forma que agrademos a Dios. Una persona que está bien, en su mente, en su cuerpo y en su espíritu, busca agradar a su Creador; respetar a las personas que le aman y que buscan su bienestar, y desarrollarse en ambientes en los que pueda crecer sanamente como hombre o como mujer. La adolescencia es la búsqueda de respuestas concretas. En lo que se refiere a sexualidad, la respuesta concreta se llama “proyecto de vida”; en lo que se refiere a fe, la respuesta concreta es: “Dios siempre ha estado a tu lado, sólo espera que te vuelvas y mires su rostro”.

Salud Integral, Por: Maritza Ulate

El comienzo de un nuevo año con frecuencia es el momento en que establecemos con entusiasmo nuevas metas en distintas áreas de nuestra vida. Las hay de distintos tipos: relacionales, laborales, académicas, espirituales; sin embargo, las que tienen que ver con la salud y estado físico, son las que parecen tomar un lugar prominente en los propósitos para este periodo que comienza.
A la vez, es frecuente que estas aspiraciones, se centren de forma más enfática en la apariencia física que en lograr un estado físico saludable y de equilibrio. Algunas de las razones del por qué prevalece esta perspectiva es que actualmente se le confiere una extraordinaria importancia al cómo nos vemos.
Esta perspectiva, de sobreponer el aspecto exterior de acuerdo a las demandas sociales guiadas por las tendencias culturales del momento, podrían, en algunos casos, incluso llegar a poner en riesgo el bienestar físico, emocional y espiritual de las personas.

El ser humano, un ser integral
Con el fin de evitar una visión tan orientada al aspecto físico, se hace necesario tener presente que los seres humanos somos seres conformados por distintos ámbitos que interactúan y se afectan entre sí. La persona es más que su apariencia y aún más que sus emociones, conductas y pensamientos. Los seres humanos somos seres integrales y estamos conformados por tres ámbitos principales: la dimensión física (biológica); la dimensión espiritual y la dimensión psicológica (pensamientos, conductas y emociones).

• La Dimensión Física: La dimensión física se refiere a todo lo relativo al cuerpo, cómo funciona, su etapa del desarrollo, qué cosas lo afectan, así como las sensaciones de dolor, placer, y acción – reacción.
• La Dimensión Psicológica: Comprende los sentimientos: las creencias, atribuciones y expectativas con respecto a uno mismo, al mundo y a los demás, de la mano de las reacciones emocionales que se experimentan ante ciertas situaciones, así como los comportamientos.
• La Dimensión Espiritual: La dimensión espiritual se refiere a la parte que alimenta y fortifica al ser humano; se trata del principio vital en el que se toman las propias decisiones y donde radica la libertad y voluntad. Esta dimensión se alimenta de una relación personal con Dios y determina los principios pertinentes para decidir acerca de los comportamientos buenos o malos.
Cada una de esas dimensiones de la vida actúa en forma simultánea y dinámica con las demás. Por lo tanto, al plantearnos una meta relacionada con el mejoramiento de cualquiera de estos tres ámbitos, se deben tomar en cuenta también los otras áreas a fin de alcanzar un verdadero bienestar integral; no hacerlo es engañoso y en muchas ocasiones puede implicar la experimentación de vacíos, decepción o confusión.

El ser humano, un ser en constante cambio
Sin perder de vista las tres dimensiones abordadas, también es indispensable tener presente que las personas experimentan procesos de constante cambio. La naturaleza de estos procesos son variados, entre ellos podemos mencionar: cambios relacionados con los procesos naturales de tipo biológico, cambios relacionados con la adquisición de saber y conocimiento, procesos impulsados y orientados por factores exógenos relacionados con la cultura y sociedad en que vivimos, cambios relacionados con las relaciones interpersonales que tenemos y establecemos, etc.
Procurar metas que propicien bienestar integral
El alcance de metas propuestas con miras a una mejor salud requiere, primero que nada una motivación correcta, una decisión sostenible en el tiempo y el establecimiento y ejecución de un plan que permita la consecución de cada una de esas metas. En cada uno de esos pasos, como ya se ha mencionado, es indispensable tomar en cuenta las tres dimensiones esenciales: física, psicológica y espiritual, como también los procesos de cambio por los cuales transitamos, tanto de los que tenemos control y podemos influenciar en beneficio del alcance de las meta propuestas, como aquellos sobre los que no tenemos injerencia pero que pueden llegar a determinar la posibilidad o no del alcance de ellas.
Las metas con miras a un bienestar integral son aquellas que contribuyen a un crecimiento en las tres áreas esenciales del ser, según el tiempo y espacio en que nos encontramos. Así, una meta que persigue un mejoramiento, por ejemplo de la apariencia personal, debe de originarse con la motivación correcta (por ejemplo la salud física), no debe ir en detrimento de las otras dos dimensiones, sino más bien potenciarlas (en este caso por ejemplo una mejor autoimagen derivada de un mejoramiento en la apariencia traerá beneficios al área psicológica) y a la vez debe ser realista al considerarla dentro del contexto de las circunstancias, situaciones, etapa de vida, etc. en la que nos encontramos.

Metas antojadizas o con un norte definido.
Todo ser humano, a pesar de estar en cierto grado determinado por su entorno, es libre de plantearse y perseguir las metas de su elección. Ahora bien, las metas que establecemos a través de la vida, deberían en principio, obedecer a una perspectiva más amplia, esto es a un proyecto de vida que al menos debería ser esbozado durante la adolescencia (etapa en que el ser humano es capaz de manejar conceptos más abstractos y complejos y empieza a adquirir una mayor conciencia de su realidad como individuo) aunque este deba ser ajustado de acuerdo a las circunstancias que nos rodean en etapas posteriores. Sin embargo, es usual que las personas, por distintas razones (presión social, tendencias culturales, influencia negativa de la industria del entretenimiento y el comercio, etc.) pierdan el norte y se desvíen en busca de metas antojadizas y descontextualizadas que lejos de propiciar un crecimiento integral con miras a adelantar su proyecto de vida, terminen entorpeciéndolo.

Metas que propician una salud integral, ¿cómo plantearlas?
Al momento de plantearnos metas pensando en nuestra salud, debemos considerar varios aspectos, algunos de estos ya han sido considerados en párrafos anteriores. Además de los ya mencionados, es importante también considerar que en el establecimiento de metas debemos tomar muy en cuenta, y a la vez reforzar, los principios y valores éticos y morales que nos hemos planteado como guía de nuestra existencia, una meta que se contraponga a nuestros principios y valores redundará en el detrimento de nuestra dimensión espiritual, y por ende, según lo explicado, en todas las áreas de nuestro ser.
Otro aspecto importante a considerar es el campo de las relaciones interpersonales. Somos seres sociales, con necesidades profundas de interacción, cooperación y solidaridad con otros. Por lo tanto, es esencial que nos propongamos metas que fortalezcan los vínculos y formas positivas de interactuar con los otros, tanto a nivel familiar como comunitario, metas que en general beneficien de alguna manera a la sociedad como un todo. Alfredo Adler, psicólogo austríaco y discípulo de Freud, señalaba que una persona que disfruta de un elevado nivel de salud mental, es un individuo que ha adquirido la capacidad necesaria apara mantener relaciones satisfactorias con las demás personas, y para unir su esfuerzo al de los otros en la búsqueda del bienestar común. De esta forma, si las metas que nos proponemos contradicen este principio estaremos propiciando el detrimento de nuestra salud mental y por lo tanto de nuestro ser integral.
Por ultimo, es importante enfatizar que buscar la madurez emocional y el equilibrio en nuestro estilo de vida, siendo objetivos que debemos procurar con ahínco constantemente, deben ser elementos indispensables a tomar en cuenta en el establecimiento de metas para una mejor salud. Una vida plena, serena, de contentamiento, en paz consigo mismo y en armonía con el entorno, así como la capacidad de enfrentar con acierto tanto los grandes problemas y adversidades de la vida, como la cotidianeidad, son signos de una madurez emocional. Las personas emocionalmente maduras, establecen y persiguen metas que en general propician formas de convivencia y estilos de vida equilibrados de beneficio personal y bienestar común.

Conclusiones:
• Las metas relacionadas con el aspecto físico, y en especial con la apariencia, parecen tomar un lugar prominente en los propósitos para el inicio de año nuevo.
• El énfasis en la apariencia física podría estar motivada por la excesiva importancia que actualmente la sociedad le confiere a este aspecto.
• Los seres humanos somos seres integrales y estamos conformados por tres ámbitos principales: la dimensión física (biológica); la dimensión espiritual y la dimensión psicológica (pensamientos, conductas y emociones). Cada una de esas dimensiones de la vida actúa en forma simultánea y dinámica con las demás.
• Las metas que nos propongamos deben procurar el crecimiento en estas tres dimensiones.
• Las personas experimentan procesos de constante cambio, este es un aspecto que se debe tomar en cuenta al establecer metas.
• El alcance de metas propuestas con miras a una mejor salud requiere, primero que nada una motivación correcta, una decisión sostenible en el tiempo y el establecimiento y ejecución de un plan que permita la consecución de cada una de esas metas.
• Las metas con miras a un bienestar integral son aquellas que contribuyen a un crecimiento en las tres áreas esenciales del ser, según el tiempo y espacio en que nos encontramos.
• Todo ser humano, a pesar de estar en cierto grado determinado por su entorno, es libre de plantearse y perseguir las metas de su elección.
• Las metas que establecemos a través de la vida, deberían en principio, obedecer a una perspectiva más amplia, esto es a un proyecto de vida que al menos debería ser esbozado durante la adolescencia.
• En el establecimiento de metas debemos tomar muy en cuenta, y a la vez reforzar, los principios y valores éticos y morales que nos hemos planteado como guía de nuestra existencia.
• Es esencial que nos propongamos metas que fortalezcan los vínculos y formas positivas de interactuar con los otros, tanto a nivel familiar como comunitario, metas que en general beneficien de alguna manera a la sociedad como un todo.
• Una persona que disfruta de un elevado nivel de salud mental, es un individuo que ha adquirido la capacidad necesaria apara mantener relaciones satisfactorias con las demás personas, y para unir su esfuerzo al de los otros en la búsqueda del bienestar común.
• Una vida plena, serena, de contentamiento, en paz consigo mismo y en armonía con el entorno, así como la capacidad de enfrentar con acierto tanto los grandes problemas y adversidades de la vida, como la cotidianeidad, son signos de una madurez emocional.
• Las personas emocionalmente maduras, establecen y persiguen metas que en general propician formas de convivencia y estilos de vida equilibrados de beneficio personal y bienestar común.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Padres amigos, por: Jesús Rosales Valladares

En nuestro contexto socio-cultural, es común describir a la figura paterna a partir de los rasgos más característicos que manifiesta. Pero esos rasgos notorios y predominantes son producto fundamentalmente de una construcción socio histórica que fue acentuando en el hombre, en general, y en los padres, en particular, aspectos emocionales, cognitivos y conductuales típicos de sociedades con tendencias patriarcales.
De esta forma, es esperable que los padres de familia se ocupen de los aspectos relacionados con la provisión del hogar, así como del establecimiento de las normas de conducta, disciplina y de la autoridad; su participación en el espacio privado o doméstico en la mayoría de los casos, se redujo a esto, Avocándose así a la conquista del espacio público, escenario excluido para la mayoría de las mujeres durante mucho tiempo.
Existe en la actualidad abundante evidencia de cómo la concepción patriarcal limitó de múltiples formas las posibilidades de expresión emocional y afectiva que también se encuentran presentes en el hombre. Este desafortunado cercenamiento, en la posibilidad de transmitir con naturalidad los sentimientos, ha hecho que muchos hombres y padres de familia cohíban sus expresiones de afecto, así como gestos verbales y físicos de cariño, a sus cónyuges e hijos.
Esta situación ha traído consigo, a lo largo de la historia, una lamentable afectación en las relaciones familiares y sociales. Las esposas y los hijos e hijas resienten esa ausencia de contacto y comunicación afectiva, y, como resultado inevitable, estas carencias se traducen en posteriores frustraciones y lesiones emocionales. Pero también el hombre, el esposo y el padre, al detener sus expresiones afectivas, termina siendo uno de los más afectados de la “cultura patriarcal”, porque se pierde o ve limitado su potencial de comunicación y el deleite afectivo que proviene de la reciprocidad del contacto humano.
Es cierto que las cosas están cambiando, y nos adentramos al Siglo XXI con importantes modificaciones en las relaciones humanas en todos los niveles. El diálogo, el respeto y la interacción en los ámbitos sociales y familiares cada vez son más extendidos. Dichosamente, sobre estos tópicos, nos estamos acercando a una mejor comprensión de las enseñanzas de Jesús presentes en el Evangelio. Sin embargo, aún falta mucho por hacer.
De manera particular, los padres de familia deben variar su papel en el hogar. Los hijos necesitan padres más cercanos, presentes en sus etapas de desarrollo, a su lado, no solo como referentes necesarios de autoridad, sino además, como soportes insustituibles en la conformación de su identidad y desarrollo integral.
La presencia de los padres en el hogar es fundamental, pero esta presencia física y emocional no es suficiente si no se concibe como una incorporación plena en la dinámica familiar. Lo cual se traduce en un involucramiento en las tareas y responsabilidades que supone la convivencia de familia, una vinculación real, junto con la madre, en la crianza, educación, disciplina y transmisión de valores hacia los hijos e hijas, al igual que en el otorgamiento de afecto, cuidado y seguridad hacia los mismos.
Para un padre, no puede existir mayor satisfacción que compartir lo cotidiano, pensamientos, comunicación, inquietudes e ilusiones con los hijos e hijas. La posibilidad de diálogo con ellos y ellas se convierte en la más hermosa y edificante experiencia.
Este diálogo eleva la posibilidad de acompañarlos en la construcción paulatina de sus proyectos de vida, en ser referentes válidos para la toma de decisiones y apoyos sólidos; consejeros oportunos y acompañantes permanentes.
El diálogo significa hablar con los hijos, y hablar con los hijos significa fundamentalmente, y sobre todo en estos tiempos, escucharlos, aún más allá de las palabras que expresan. Ésta es la más grande de las experiencias y de las oportunidades para compartir, para crecer juntos y para acercarnos a ellos mediante lazos afectivos que trascienden el momento, ya que se extienden para siempre.
Cuando se afirma que el padre puede ser amigo de sus hijos, no se trata de que el padre pretenda establecer una relación horizontal, de iguales, con sus hijos. Se trata de que el hijo o hija encuentre la cercanía, la disposición, la confianza y el afecto del padre en todo momento y circunstancia. Se trata de la proximidad y la disponibilidad del padre para cuando el hijo o hija lo requiera, el consejo oportuno, el brazo solidario, la palabra de apoyo y el abrazo de amor, que los estereotipos y los tabúes, las inhibiciones y los temores, en ocasiones, les han impedido a los padres expresar con total libertad y plena satisfacción. Sí, bajo esta perspectiva, se puede ser padre y amigo de los hijos; pero este vínculo debe estar fundamentado en una relación de mutuo respeto, admiración y profundo amor.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Cómo superar el miedo al matrimonio

Con una tasa de divorcios superior al 40% y las continuas historias de matrimonios que no han tenido éxito por diferentes razones, contraer matrimonio puede ser más intimidante que nunca. Sin embargo, comprender los detalles del matrimonio como tal y entender lo que esperas del mismo puede ayudarte a sobrellevar tu miedo al matrimonio y hacer que tomes una decisión informada al respecto.

Pasos
1. Determina de dónde proviene tu miedo exactamente. La mayor parte de la gente no tiene miedo al matrimonio en sí, sino a sus implicaciones y a su posible destrucción. ¿Qué piensas que puede cambiar?, ¿Qué es lo peor que puede pasar? Una vez identificado, puedes conversar con tu pareja acerca de ello y tratar de sobrellevar la situación juntos.
2. Nombra tus miedos. Si tus padres tuvieron un mal matrimonio, entiende que cada matrimonio es diferente y que si su matrimonio falló, no implica que el tuyo también vaya a fallar. Si la separación te preocupa, haz una lista de tu mente de lo que puedas hacer para que tu matrimonio funcione. Imagina las diferentes posibilidades e imagina lo que harás en cada situación específica para hacer que las cosas vayan mejor.
3. Habla de tu problema con otras personas casadas. Consulta a cualquiera que haya tenido un matrimonio exitoso para que te mencione cuál es su secreto. Usualmente es algo como "No tomamos en cuento los pequeños malos hábitos de la otra persona". Pero más que todo, expresa tus sentimientos hacia tu pareja. Esta es la oportunidad perfecta para ejercitar las habilidades de comunicación que serán esenciales para que una relación saludable dure por mucho tiempo.
4. Decide si es que tú has escogido a la persona con la que deseas compartir el resto de tu vida. ¿No? ¿Has sido escogido(a) y ahora te encuentras bajo la presión de casarte? Puede que no tengas miedo al matrimonio, más bien, miedo a casarte con "esta persona". Una buena pastilla de sabiduría para recordar es que no debes casarte con la persona con la que puedes compartir el resto de tu vida; debes casarte con la persona sin la cual no imaginas tu vida en un futuro.
5. Comprender que el componente de toda persona lleva un matiz de virtudes y defectos y empieza por amar los defectos de tu pareja, escribe historias sobre las posibles situaciones que se pueden generar a causa de estos defectos. Realiza este ejercicio con tu pareja como una forma de entretenimiento, así ambos tendrán una idea clara sobre la forma en la que tu otro yo te ve. Realiza este ejercicio, pero se cuidadoso de no lastimar a la otra persona, el objetivo es superar juntos aquel que fue siempre un problema para ti, no queremos generar un problema antes que la aventura del matrimonio comience.
6. Piensa acerca de los detalles del matrimonio que son importantes para ti y para tu media naranja. Piensa en lo que el matrimonio te proporciona que no tendrías de otra manera y los cambios que tendría tu vida en caso que esto ocurriera. Si enfrentas honestamente lo que significa casarse o mantenerse solteros, tu percepción acerca del matrimonio se ampliará y verás si es lo que quieres para ti y para tu otra mitad.
7. Comprende que no van a vivir en armonía cada segundo del día mientras estén casados. Ninguno de los dos es perfecto. Si estás esperando casarte con esa persona con la cual todos los días son arcoíris y chocolate, nunca te establecerás o te casarás porque nadie puede proporcionar una vida ideal a otra persona. El matrimonio es trabajo duro y toma una vida entera el completarlo. Demasiada gente se casa pensando en que si las cosas se ponen malas, simplemente correrán al juzgado a pedir el divorcio y a empezar todo de nuevo. Prepárate para los baches que encontrarás en el camino y no te sorprendas demasiado cuando los pases sin problemas.
8. Planea tu vida. Siéntate y establece bien las cosas antes de casarte. ¿Van a tener hijos? ¿Cuántos? ¿Quién va a manejar el dinero? ¿Ambos van a trabajar? ¿Cuánto van a ahorrar para su retiro? ¿Dónde van a vivir? ¿Quién se ocupa de qué en general? Estas son la clase de dificultades prácticas con las que se encontrarán en el día a día.
No trates de buscar las respuestas de la forma difícil cuando ya tienes un aro en tu dedo. Lo mejor es preveer un futuro conflicto y prevenirlo. Si tienes una relación saludable, la planeación anticipada te llevará a tener una mejor idea de los problemas que podrían tener en un futuro.

Consejos
· Las tres principales causas de divorcios están relacionado con el dinero, la religión y los niños, en ese orden. Haz lo mejor que puedas por adelantado para que puedas estar en sintonía lo máximo posible. Mientras más sepas acerca de tu pareja en esos niveles, menores serán las sorpresas que tendrás cuando te cases.
· Los desacuerdos son normales en cualquier relación. Es saludable tenerlas y se puede aprender mucho de ellas. Haz tu mejor esfuerzo escuchando el punto de vista de la otra persona y su punto de vista acerca del amor y el respeto.
· Ten en cuenta que no todos los matrimonios son exitosos. No todas las opciones son las correctas, pero es cierto que muchas lo son.
· Considera que si dejas que tu miedo al matrimonio se apodere de ti, no te establecerás y permanecerás sin casarte durante toda tu vida. Esto no es malo en si; lo que importa es que sea lo que tú realmente deseas.
· Considera seriamente asistir o tomar consejería prematrimonial con tu otra mitad. La información y la discusión franca con un profesional como tercera persona puede ser una ayuda invaluable a la hora de tomar la decisión final.
· Date cuenta de la suerte que tienes de poder escoger con quien te casarás, mucha gente en el mundo no tiene esta opción.
· Tener relaciones sexuales fuera del matrimonio llevan a una devaluación de las relaciones dentro del matrimonio. El principio de vivir sin sexo fuera del matrimonio desarrolla confianza en tu pareja y el sentido de ser único en el mundo para otra persona. De esta forma evitarás posibles malentendidos en un futuro pues tu pareja sabrá exactamente lo que significas para él o ella.

Advertencias
Si no puedes deshacerte de tu miedo al matrimonio, hazle saber a tu pareja como te sientes al respecto. Es cierto que corres el riesgo de perder tu relación haciendo esto, pero es mejor que se sepa temprano, que tarde darte cuenta cuando ya te encuentres en un mal matrimonio. Sin embargo, no te cases si sientes que estás siendo, de alguna manera, forzado(a) a hacerlo. Esto solamente significará miseria y tristeza para ambos.

Cómo ayudar a los hijos con las tareas escolares, por: Claire de Mézerville López

El descuido de los deberes escolares difícilmente demora mucho antes de hacerse notar en el rendimiento académico y en las calificaciones de los niños y niñas. Es razonable y necesario que los padres tengan una sana expectativa respecto al cumplimiento de sus hijos en lo que se refiere a sus tareas, a su preparación para exámenes y a la obtención de resultados satisfactorios en lo concerniente a su educación. Como es evidente, no basta con que los niños asistan a la escuela: es necesario que asimilen y aprovechen las herramientas que el aprendizaje escolar les brinda.
Sin embargo, el que un niño o niña obtenga notas altas, cumpla con todas sus responsabilidades y responda con madurez a las demandas de la escuela no es una condición que se da repentinamente. El ayudar a los hijos con las tareas escolares es un desafío que, de ser abordado en una forma acertada, permitirá que la vivencia familiar enriquezca la formación humana de los hijos, mientras los va constituyendo como personas responsables y organizadas.

El motivo de las tareas
Es posible que, en algún momento, las tareas escolares se hayan considerado, inclusive por los padres, como un requisito necesario pero sin mucho sentido.
Muchas personas se cuestionan si el mantener la metodología de “llevar deberes escolares a la casa” es funcional o efectivo. No obstante, existen razones que defienden la realización de tareas como un ejercicio positivo. Algunas de estas razones son:
• Aseguran que los niños tengan éxito en la escuela: El porcentaje evaluativo de trabajos para desarrollar en la casa puede servir como un rubro que equilibre otras áreas de evaluación, como los exámenes.
• Profundizan y fortalecen los conocimientos vistos en el aula: Trabajar contenidos vistos en clase fuera del contexto del aula obligan a los niños a ampliar la comprensión de la materia a su propia lectura y asimilación.
• Les enseñan a sus niños a ser responsables: parte de la formación humana que le permitirá a los niños apropiarse de sus obligaciones.
• Los niños y niñas aprenden a seguir instrucciones, trabajar por su cuenta y organizar el tiempo: El realizar trabajos escolares es una de las actividades que facilitará, adicionalmente, el desarrollo de estas otras habilidades.
• Son el vínculo clave que existe entre el hogar y la escuela: razón por la que las tareas permiten a los padres tomar un lugar importante en el proceso de aprendizaje que sus hijos están viviendo, no solo en lo académico, sino también enterándose de la convivencia con sus maestros y compañeros, con quienes pasan una gran porción de su día.

La responsabilidad de los hijos y el lugar de los padres
La forma de permitir a los niños el aprovechamiento de las tareas consiste en dejar la responsabilidad de los deberes escolares en sus manos. Es muy importante que el niño o niña tengan conciencia de que el protagonista y principal responsable del desenlace de sus calificaciones es él (ella) mismo (a).
Entonces, ¿se debe dejar a los niños solos, en el aprendizaje de las destrezas que les permitan desarrollar sus tareas en una forma apropiada? Es importante reconocer el rol fundamental de los padres en la formación de sus hijos, aún en la dimensión de lo escolar. Los padres son el enlace Hogar-Escuela, que velan en forma indirecta por lo que es la vivencia escolar de sus hijos. Son, ante todo, modelos y guías de valores como la responsabilidad, la diligencia y el esfuerzo.
Son los principales supervisores del cumplimiento de las responsabilidades de sus hijos, aún cuando los niños y niñas son los ejecutores de las mismas.
Finalmente, los padres son importantes motivadores y animadores para los niños y niñas. Las palabras de aliento y de elogio que vienen de los padres tienen especial repercusión en las creencias de los niños acerca de sí mismos y del mundo, así como en la construcción de su seguridad personal.

Forjando hábitos en los hijos
El forjar hábitos en los hijos es uno de los principales regalos que, como padres, pueden brindarse a los niños y a las niñas. En la realización de tareas escolares y en el desarrollo de otras responsabilidades académicas, difícilmente se podrá convivir “saliendo del paso” únicamente con las urgencias inmediatas.
Es fundamental que los niños y las niñas se apropien de hábitos y de herramientas que conviertan las responsabilidades escolares en una parte de sus vidas que están acostumbrados a sacar adelante en una forma apropiada. El forjar hábitos en los niños y niñas implica:
1. Explicar porqué el hábito es importante.
2. Ser claro y concreto respecto al hábito que se quiere forjar.
3. Negociar las recompensas y consecuencias del cumplimiento del hábito.
4. Mantener los acuerdos en forma consistente.
5. Evaluación de los resultados.
El aplicar la enseñanza de hábitos a la realización de las tareas requiere también de ciertas destrezas que, como padres, se pueden ir inculcando en los hijos. Las condiciones que se describirán a continuación son las idóneas. Sin embargo, lo principal es el mensaje consistente de la responsabilidad y el orden como principios que permitirán llevar adelante las tareas tanto académicas, como familiares y personales.

Necesidades básicas para la realización de las tareas
El realizar tareas requiere de algunas condiciones que permitan un mejor desempeño. Para los niños y niñas, lo más recomendable es que tengan un lugar y tiempo establecido y constante para el estudio.
El mantenimiento de estas condiciones es un desafío que implicará el compromiso de los niños y, a la vez, firmeza amorosa por parte de los padres. Es fundamental permitir que los niños aprendan a hacer sus tareas solos, a la vez que se vela porque el horario de estudio y el cumplimiento de las responsabilidades se lleven a cabo. Las ocupaciones de la vida diaria pueden diluir el propósito de forjar el hábito de estudio, a menos que éste se inserte en forma consistente y perseverante en la vida familiar.

El estudio diario y las técnicas de estudio
Además de las tareas, el estudio diario es el hábito que permitirá a los niños y a las niñas apartar un lugar periódico y constante para responder a las demandas escolares. El estudio diario debe ser programado, es decir, planeado con anticipación; ordenado, lo que significa cubrir las diferentes materias y asignaturas, y consistente, es decir, debe ser mantenido a lo largo del tiempo.
En cuanto a las técnicas de estudio que pueden asignarse a los niños están la lectura, el subrayado, los resúmenes, los esquemas, los apuntes, las fichas, y las guías de estudio o listado de preguntas.

Consejos prácticos ante los exámenes
Algunos consejos prácticos para administrar el estudio en la preparación para un examen, especialmente si se trata de una materia difícil para el niño o niña, consisten en revisar junto con el niño o niña los siguientes puntos:
• ¿Qué abarcará la prueba?
• Organizar todo el material. Si la materia está incompleta, procurar completarla con tiempo.
• Programar el tiempo para estudiar.
• Llevar la cuenta de los avances a medida que se aproxima a la fecha de la prueba.
A medida que la prueba se acerque, la supervisión del estudio es tan importante como el motivar y dar ánimo a los niños y niñas. De esta manera, la realización de exámenes no se verá como un evento atemorizante y amenazador, sino, más bien, como actividades cotidianas y necesarias que se sobrellevan con organización y diligencia.

Conclusión
El asumir el reto de brindar a sus hijos hábitos y herramientas para que el estudio sea una parte cotidiana y constante en sus vidas es una empresa desafiante y de mucha dedicación y perseverancia. Es, verdaderamente, un regalo de un gran valor formativo y humano que también fortalecerá el intercambio entre padres e hijos, profundizando su relación. Las tareas escolares inmediatas, los exámenes y proyectos irán pasando con el tiempo, pero los valores de la responsabilidad, la obediencia y el acompañamiento en el cumplimiento de los deberes permanecerán en las vidas de los niños. ¡Adelante!