Visión y Misión

Visión.
Ser líder en la orientación y fortalecimiento de las familias dentro y fuera de la iglesia en la República Dominicana.

Misión.
Orientar a los miembros de la familia en el concepto de la verdadera relación y responsabilidad familiar para tener un hogar saludable, a través de la palabra de Dios.

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lunes, 27 de febrero de 2012

Decisiones sobre la sexualidad en el adulto joven, Por: Tanya Brizuela y Claire de Mézerville

Adulto joven en la actualidad

La población de jóvenes adultos solteros ha aumentado considerablemente en las ciudades. Hace apenas unas décadas. Era un sector invisibilizado e incluso estigmatizado. Sin embargo, esta percepción ha ido cambiando de acuerdo a la realidad socio-económica que se experimenta en las urbes. Hoy, se reconoce la existencia de este nuevo grupo etario, y sus particularidades en esta etapa de la vida.

Ahora bien, aunque no podemos generalizar la situación de vida de todas estas personas, sí podemos hablar de cualidades comunes que les distinguen como jóvenes adultos. Algunas características notorias son: edades que oscilan entre los 20 años y los 40, son económicamente activos, poseen autonomía de decisión, y han adquirido responsabilidades cada vez más complejas.

Actualmente, hay factores que han propiciado la consolidación de este grupo, uno de ellos por ejemplo, es el estudio, pues en una sociedad tan competitiva, hoy más que nunca, es de vital importancia forjarse una carrera profesional. Por esto, hay muchachos que invierten, después de alcanzar la mayoría de edad, de 4 a 5 años educándose; como consecuencia, se integran de manera formal a la población económicamente activa entre los 22 y los 25 años. Se empieza entonces a alimentar el currículo laboral, con el propósito de alcanzar una satisfactoria estabilidad económica que les permita vivir cómodamente, y a futuro, si se desea, formar una familia a la que se le puedan suplir las necesidades con calidad.

A pesar de que el matrimonio no es un parámetro único ni un reflejo inequívoco de adultez, lo cierto es que es implícitamente exigido como factor necesario para pasar de ser un “joven inmaduro” a un adulto reconocido como tal. Si sumamos a esto las presiones familiares, las metas personales a largo plazo y el temor a “el qué dirán”, podemos suponer que la etapa de soltería adulta tiene reveses que se manifiestan en las diferentes dimensiones de la vida de las personas.

La tiranía del deseo

Una persona puede estar soltera por diferentes motivos: por estar a la espera de la pareja adecuada; por postergar el acto matrimonial debido a los planes de realización personal; o que, por decisión propia, el no casarse se ha asumido como una opción válida y deseable. En la actualidad, podemos encontrar a este grupo de personas que, teniendo todos los “requisitos” para asumir la vida en familia, no lo han hecho, sino que más bien, han dejado de lado temporalmente, o de manera permanente, el acto matrimonial. Lamentablemente, no se puede dejar de lado, junto con el matrimonio, el deseo sexual.

El deseo sexual proviene de un proceso físico natural, característico de nuestra condición humana; es la necesidad de satisfacer un impulso biológico. Sin embargo, la canalización que se le dé a este impulso depende de: decisiones que se toman de manera consciente, vivencias pasadas que nos traen recuerdos estimulantes; por un reflejo corporal ante emociones gratificantes; o bien una combinación de estas. De acuerdo a las circunstancias particulares de cada individuo, satisfacer el deseo nos puede provocar una sensación de plenitud, o por el contrario, puede provocar un profundo sentimiento de frustración. Dios hizo la humanidad con sus características, tanto positivas como negativas, y el deseo sexual fue uno de los regalos que nos brindó con el don de la vida.

Por muchos años, hemos endosado la responsabilidad de los propios actos a otras personas, condenando muchos aspectos de la vida, cuando en realidad el problema ha sido el manejo que le damos a las herramientas personales que tenemos a la mano. Con el deseo sexual ha pasado algo parecido, hemos decidido que es más sencillo culpabilizar al deseo, y designarlo como pecado, aún cuando fue Dios quien nos dio la capacidad de sentirlo, en vez de asumir las consecuencias de nuestros actos y admitir que se han tomado malas decisiones. Es menos complicado concluir que es malo sentir deseo, en lugar de tomar las riendas de nuestro proyecto vital y aceptar que, a lo largo del tiempo, se han alimentado pensamientos que no son constructivos para nuestras vidas, o que se han tomado malas decisiones impulsivas o poco juiciosas. El deseo en sí mismo no es bueno ni malo, sólo es –sólo existe- y es parte de cada uno de nosotros.

El deseo sexual, a pesar de ser un impulso biológico, debe ser canalizado apropiadamente, al igual que lo hacemos con otros deseos que puedan percibirse como menos apremiantes. Las dificultades empiezan cuando no sabemos canalizar nuestros deseos, y los manejamos de manera inadecuada, o peor aún, cuando nos volvemos esclavos compulsivos de nuestras propias sensaciones, cediéndoles el timón de nuestras vidas.

Debemos administrar la gratificación sexual, y estar consientes de que éste deseo, al igual que otros sentimientos, no debe gobernar nuestra vida. La vida es más que sensaciones y emociones, y por lo tanto, no es prudente basar las decisiones importantes solamente en ellos. Pero bien manejado, el deseo es esa pizca de sabor que le da picante a la vida, y nos impulsa a alcanzar aquello que nos hemos propuesto: nos motiva a salir de nuestra comodidad con el propósito de alcanzar lo que queremos, y su encausamiento positivo o negativo depende de nosotros mismos. Pero equivocadamente, en ocasiones, se intenta llenar otros aspectos de la vida por medio de la satisfacción del deseo, de manera irracional, reaccionando impulsivamente a todo apetito, y el ámbito de nuestra sexualidad no es la excepción. Más bien, es el área en la que debemos manejarlo con mayor cuidado, ya que incide tanto en nuestra identidad como en nuestra relación con los demás.

Sexualidad y fe: contradicciones y silencios

Muchas personas caen, equivocadamente, en el intento de satisfacer necesidades afectivas o emocionales por medio del placer sexual. Basta con encender el televisor: nuestra sociedad actual apunta al sexo como moneda de intercambio para determinar nuestras posibilidades de ser felices y nuestra capacidad para merecer amor.

Cuando se aborda el tema de la sexualidad en adultos solteros que, además, asisten a comunidades de fe, es común enfrentar una importante cuota de culpa ante la contradicción entre la doctrina y el deseo sexual. Seguimos manejando el mensaje oculto –o no tan oculto- de que el sexo es malo y sucio. Este mensaje influye sobre las actitudes de hombres y mujeres que, si bien desean vivir su fe con integridad, enfrentan confusión, dudas y frustraciones.

Esta dicotómica visión de mundo (literalmente, partida en dos), nos lleva a sentir que el sexo es algo “que se hace, pero de lo que no se habla”. Así, es común hallar una ambivalencia entre placer y negación: si el sexo es placentero, pero reconocerlo nos hace sentir culpables, nos vemos en la necesidad de pretender que el sexo no existe; que no es parte de nuestras vidas, ni de nuestras iglesias.

Esta forma de pensar lleva a la gente a vivir una desintegración entre su fe y sus comportamientos más privados. Existen conductas especialmente problemáticas, como el sexo casual, la masturbación compulsiva –tanto en hombres como en mujeres-, así como la vida sexual “secreta” de parejas no casadas. Aunque todas estas personas participen de comunidades de fe que prediquen la postergación hasta el matrimonio, los comportamientos privados son tan difíciles de manejar, que se vuelven cada vez más secretos, más amenazantes y más incontrolables. Ignoramos como manejar con integridad las circunstancias sexuales de nuestra vida y acabamos trastabillando con desahogos esporádicos y muchísima culpa.

Una fragmentación así, entre lo espiritual y lo conductual, puede desembocar en la desvalorización de lo espiritual –“lo que dicen en mi iglesia no es cierto-“, o en una fragmentación de la integridad –“lo que dicen es cierto, pero me resulta imposible”-. Estos conflictos son especialmente difíciles de manejar, porque no pueden reconocerse por medio de la palabra, ya que el tema en sí está revestido de vergüenza.

Si, en el pasado, hemos optado por una vida sexual desordenada, vale la pena hacer un alto y reflexionar, más allá de la culpa, sobre el plan de Dios para nuestra vida y cómo nos encaminamos hoy día hacia nuestros proyectos.

Vale la pena preguntarnos:

• ¿Qué aportaron esas experiencias a mi vida?

• ¿Me han aportado una mejor calidad de vida en lo emocional?

• ¿…en lo espiritual?

• ¿…en lo relacional?

Cuando las relaciones sexuales no tienen trascendencia a largo plazo ni se enmarcan en un compromiso de por vida, necesitamos evaluar qué es lo que estamos buscando durante esta etapa; ¿qué necesitamos satisfacer como adultos, como cristianos y como personas que valoramos y dignificamos a nuestro prójimo?

Las interrogantes del proyecto de vida

En esta etapa es común experimentar la ansiedad que la soltería genera en muchos hombres y mujeres. Alexander Grant, especialista de Enfoque a la Familia, afirma: “Yo soy de los que propone que los hombres también tenemos un reloj biológico al igual que el de las mujeres, y que esta necesidad está ahí, y al igual que la mujer siente la necesidad de ser madre, creo que el hombre también siente la necesidad de ser padre, aunque no le toque llevar en su cuerpo a la criatura por nueve meses”.

La preocupación con respecto al proyecto de vida en el aspecto sentimental, es un tema vergonzoso para muchos, porque nos hace sentir vulnerables. El silenciamiento de la sexualidad no ayuda: nos hace desarrollar una vida afectiva caracterizada por la frustración y por la ansiedad. Sin bien es cierto que frecuentemente el matrimonio no es parte del proyecto de vida, existen muchas otras personas que sí desean casarse y tener hijos, aunque, debido a diferentes circunstancias, no han alcanzado aún el estado de vida que anhelan. ¿Somos capaces de reconocer que tenemos necesidades, no solo en lo sexual, sino en nuestra autoestima y en nuestro anhelo de forjar una familia? ¿Podemos aceptar que nuestro reloj biológico nos pide ser sexualmente activos, pero nuestras circunstancias y nuestra fe nos piden esperar?

Integridad: el mapa para la paz

Para empezar, es necesario que los jóvenes adultos, podamos reconocer y valorar al cuerpo y a sus sensaciones como don de Dios: Él hizo algo sagrado en el cuerpo, que debemos cuidar y administrar con amor y sabiduría. Si aprendemos a valorarnos, podremos reconocer nuestra sexualidad a la luz de nuestra fe: en forma genuina, realista y a la vez, espiritual. Necesitamos reconocer a Dios como un padre amoroso, y encontrar en Él, como Creador, a la Persona que nos conoce y acepta mejor que nadie, al autor de nuestra vida, que desea nuestra realización personal.

El deseo sexual no debería ser un “tirano” que gobierna nuestras acciones. Por el contrario, podemos proponernos educarlo de acuerdo con nuestro proyecto de vida. Esto requiere, primeramente, reconocerlo como parte del don de Dios y no como algo sucio o vergonzoso. Así podemos comenzar a aprender nuevas estrategias para administrar nuestro deseo sexual de acuerdo a nuestras convicciones humanas más profundas, canalizándolo apropiadamente por medio del fortalecimiento de la autoestima, un sentido de misión social-comunitario, así como una vida afectiva enriquecedora.


El vivir integralmente el amor a Dios, la dignidad del cuerpo y el valor de la sexualidad nos puede ayudar a alcanzar sanidad interior y paz. No es fácil: la vida adulta, actualmente, se caracteriza por el orgullo de la independencia y el espectáculo irreprensible de las hormonas. A eso podemos sumar el agravante de nuestros errores del pasado, los cuales nos hacen sentir que “no se podría esperar nada mejor de nosotros”. Sin embargo, todo comportamiento aprendido se puede desaprender: el primer paso consiste en tomar conciencia de nuestras necesidades espirituales y afectivas, buscando vivir ambas con integridad.

Mejor solo que mal acompañado, Por: Maritza Ulate

“Mejor solo que mal acompañado” es una frase usada con frecuencia, por quienes, luego de iniciar una relación, se desilusionan de su pareja. Lo más preocupante es que esto suele suceder tanto antes como después del matrimonio; y digo preocupante porque las consecuencias a nivel emocional y espiritual de un sentimiento de esta índole, después de haber contraído un vínculo tan fuerte como el matrimonio, podrían ser devastadoras.

Cuando una persona que ya se ha unido a otra, experimenta estos sentimientos, deberá buscar ayuda con el fin de encontrar una solución acorde a su situación. Sin embargo, justo para evitar una amarga experiencia que lleve a tales sentimientos, se debe entonces dimensionar la trascendental importancia que tiene el noviazgo, como etapa para llegar a conocer, a profundidad, a la persona que hemos elegido para compartir, entre otras cosas, tiempo, cariño y experiencias.

Aún, aquellas parejas que no están pensando en el matrimonio al establecer una relación sentimental, deben buscar este objetivo, tanto por el bienestar actual de ambos como porque eventualmente la relación podría llevar al matrimonio.

Las razones por las que hombres y mujeres buscan establecer vínculos afectivos románticos son variadas, como también son las características o atributos que buscan en una posible pareja. Tratar de establecer cuáles razones son las correctas o el tipo de características “recomendables” sería obviar la individualidad y complejidad del ser humano. Sin embargo, lo que si podemos hacer es tratar de establecer algunas de las motivaciones, patrones y elementos que pueden resultar en dinámicas y vínculos poco saludables en el desarrollo de las relaciones románticas.

Naranjas completas

Entre algunas de las motivaciones poco saludables para el establecimiento de relaciones románticas, se encuentran la búsqueda de alguien que nos haga feliz, que nos “complete” porque en cierta forma nos sentimos incompletos y no hemos podido encontrar la felicidad en nosotros mismos. Sin embargo, la felicidad y la plenitud tienen que ver con nuestra realización personal.

Cuando se le da a alguien, por más buena persona que sea, la responsabilidad de hacernos felices, estamos destinados a la desilusión. La plenitud como personas es responsabilidad nuestra, debemos procurar una sana autoestima, la madurez emocional y espiritual a través de valores y principios bien definidos, así como también, en lo posible, el desarrollo de habilidades y conocimiento que nos permita el sostenimiento personal. Depender de otra persona en cualquiera de estos ámbitos es dejar ir de nuestras manos nuestro bienestar personal.

Este tipo de actitud hacia las relaciones crea codependencias que en última instancia terminarán siendo fuente de dolor, sufrimiento e inclusive de depresión. Es usual escuchar a mujeres y hombres decir que tal o cual persona no “me llena”, “no me hace feliz” o bien “no es mi media naranja”. Ante todo, y sin tener que depender de si tenemos o no una pareja, debemos procurar ser “naranjas completas”, que se preocupan por alcanzar una alta autoestima, madurez emocional y espiritual y el sostenimiento propio.

De esta forma, las relaciones interpersonales, ya sean románticas o no, se convierten en una forma de compartir nuestra propia plenitud con otros, sin que busquemos en ellas lo que debemos hurgar en nuestro interior.

Si bien es cierto, podemos buscar en una relación romántica la compatibilidad y entendimiento, es definitivamente erróneo buscar ser completados por alguien más, como se dijo anteriormente, por más buena o “perfecta” que esa persona sea o parezca. Así también, la propia búsqueda de la plenitud, nos facilitará descubrir en los otros, si ponemos la suficiente atención, esa misma plenitud; y esto nos lleva al otro punto importante de tocar, cuando hablamos de relaciones románticas, esto es, la búsqueda de la persona ideal.

Buscando otra naranja completa

Entre otras cosas, es posible que por razones culturales, de historia de vida, o bien emocionales, busquemos características poco sanas en las personas con las que deseamos establecer una relación romántica. “A mí me gustan los hombre de verdad”, podría decir la mujer que busca al macho estereotipado, fuerte, controlador, sobreprotector, experimentado…, este es el concepto que por generaciones una cultura patriarcal nos ha hecho creer que es un “hombre de verdad”, o bien buscan al eterno conquistador, que con sus palabras dulces y “embaucadoras” despiertan sueños que se vuelven pesadillas con el pasar del tiempo. De la misma forma, un hombre podría considerar como posible compañera sentimental únicamente a aquellas mujeres con poco criterio, sumisas y fáciles de controlar. La búsqueda de estos estereotipos, o bien de otras características que se derivan de la inseguridad, baja autoestima, problemas emocionales no resueltos, arraigos culturales que desdeñan los valores esenciales del respeto, la honestidad, la equidad y la tolerancia, etc., con seguridad conducen a relaciones problemáticas que terminan desgastando a ambos miembros de la pareja.

Por lo anterior, es esencial buscar en el otro esa plenitud que hemos identificado a través de procurar alcanzar nuestro propio desarrollo integral.

Algunas de las características que podrían servir como señales de alerta en la escogencia de pareja podrían ser:

• Baja autoestima, la que se puede manifestar en una constante necesidad de halago y reafirmación, celos, necesidad de controlar e imponer el propio criterio u opinión.

• Poca valoración del ser humano, expresado en actitudes de menosprecio hacia otros, especialmente de personas en condiciones de vulnerabilidad.

• Carácter explosivo, poco control de las emociones, especialmente cambios abruptos de estado de ánimo, como períodos de ira luego de una hilaridad excesiva.

• Desdeño de valores y principios universales como son: la fidelidad, el respeto, la tolerancia, la colaboración y la equidad.

• El ensimismamiento excesivo, dificultad para compartir con otros los propios sentimientos y una tendencia a mantener en secreto aspectos de la historia de vida o experiencias personales pasadas.

• Tendencia hacia una continúa demanda del otro en términos de tiempo, atención y cuidado.

• Inmadurez emocional en relación a la etapa de vida por la que se transita.

Si reconocemos al menos una de estas características en la persona con la que tenemos o pensamos tener una relación sentimental, es importante reflexionar sobre las consecuencias que continuar, o iniciar, esta relación podría traernos en el mediano y largo plazo, nunca es demasiado pronto para evitar involucrarse en una relación dañina; y si ya se está involucrado en una relación poco saludable, es recomendable que busque ayuda y alternativas a seguir.

Así las cosas, al gusto hay que añadirle inteligencia, la atracción física, el deslumbramiento pasajero o bien el “amor a primera vista” como elementos únicos en la escogencia de pareja, aún en una relación de noviazgo, podrían tener consecuencias lamentables en términos de nuestro propio bienestar y construcción de nuestro proyecto de vida.

Las relaciones interpersonales, y en especial las relaciones sentimentales deben tener como premisa que su dinámica impulse aún más nuestro desarrollo y bienestar integral. Esto nos lleva a plantearnos cuales deberían ser las características de una relación de noviazgo saludable.

Dos naranjas completas rodando juntas

Esta frase bien puede describir, a manera de analogía, las relaciones que podrían llegar a ser constructivas. Dos personas plenas compartiendo con miras al crecimiento personal, son el principio de una relación que bien podría deparar mucha satisfacción y plenitud a ambos miembros de la pareja.

Algunas de las características que bien describen una relación de noviazgo saludable son:

• Una excelente comunicación. Ambos miembros se sienten en libertad de expresar sus sentimientos, aspiraciones y expectativas sin ningún temor. No se hacen presuposiciones sobre las actitudes, reacciones o formas de expresarse del otro, hay una tendencia a aclarar las dudas e inquietudes que pueden surgir en el trato diario y en temas o asuntos de mayor trascendencia.

• La relación está caracterizada por la libertad de acción. No se limita o restringe la actividad del otro, por ejemplo, interacción con familiares y amigos, práctica de deportes u otras actividades de interés o esparcimiento que no necesariamente se realiza en conjunto con el otro.

• Se comparten valores y principios similares como guía de la actitud con que se enfrenta la vida.

• Los proyectos de vida de ambos no son diametralmente opuestos, hay al menos algunos puntos de coincidencia sobre los cuales se podría eventualmente construir un proyecto de vida conjunto.

• La relación está mediada por los valores fundamentales de: la fidelidad, el respeto, la consideración, la tolerancia y la equidad, entre otros

Si usted es una persona que ha decidido estar mejor sola o solo que mal acompañado, ¡felicidades! Usted está bien ubicado en el camino de la realización personal y del establecimiento de relaciones sentimentales sanas.

Idealizando el amor, el romance, y el sexo opuesto, Por: Shana Schutte

Mi hermano una vez me mostró una página web donde podía pedirle a Santa lo que quería para Navidad. ¡Todo lo que tenía que hacer era digitar mi deseo en una casilla, y listo! Santa me haría una imagen de mi regalo.

Siendo una mujer soltera, digité la palabra “esposo”. En cuestión de segundos, el Santa virtual metió la mano en su bolsa y sacó una imagen de mi pareja. Era guapo, de pelo oscuro; desafortunadamente también estaba dormido. Casi me muero de la risa, y bromeando le dije a mi hermano, “¿Qué dice la opción de Santa sobre la población de hombres solteros en mi rango de edad?”

Si yo hubiera visitado la página de Santa hace diez años, y si me hubieran dado la oportunidad de darle una lista de requisitos específicos para una pareja, probablemente Santa me hubiera respondido que buscara un terapeuta.

¿Por qué? Porque mi lista de requisitos para una pareja perfecta era más larga que la lista de regalos de Santa. ¿Qué causa que alguien idealice el amor, el romance y a su pareja? Cuando cumplí los 32 años Dios me ayudó a conocer las respuestas a esta pregunta.

Yo idealizaba al amor, al romance y a mi pareja por miedo

Cuando estaba en mis “veintes” y perdí al hombre que amaba, estaba segura que no podría sobrevivir otro corazón roto, entonces inconscientemente creé la imagen ideal de mi Príncipe Azul. ¿Puedes adivinar lo que sucedió con el siguiente hombre con quien salí? En vez de ver las cosas buenas en él, mi mente sólo resaltaba sus imperfecciones. Como parte de un esfuerzo por garantizar una vida libre de dolor emocional o arrepentimiento romántico, lo que hice más bien fue perderme de algunas buenas oportunidades amorosas.

Si estás muy consciente de las faltas de otros, como yo lo hacía, tal vez necesitas explorar la motivación que está detrás de tus ideales. ¿Es fe (porque piensas que Dios te guía) o miedo (porque estás aterrado de “conformarte” o de ser abandonado)? Decirle no al miedo y a los estándares irreales no quiere decir que vayas a renunciar a todo estándar. En vez de enfocarte en si la persona es de la altura o peso adecuado, o si es tan organizado como tú, necesitas enfocarte en cuán paciente, gentil, modesta, amable, generosa y devota es tu pareja.

Yo idealizaba al amor por causa de los mensajes de la sociedad

Me pregunto cuántas veces habré escuchado las frases “No te cases con alguien si puedes vivir sin él/ella”, “No te conformes,” o “Dios tiene la pareja perfecta para ti.” Mensajes como estos (que frecuentemente son perpetuados por Cristianos bien intencionados), además de las mentiras que transmiten los medios sobre el amor, pueden hacer que los solteros se desvíen.

Algunas de las mentiras que nos da nuestra cultura sobre el amor son:

  • El sexo no será bueno a menos que te cases con alguien que tenga un cuerpo espectacular.
  • El sexo no es tan bueno si eres viejo.
  • Las personas atractivas son mejores parejas.
  • El amor verdadero significa una vida entera de chispa.
  • Si requiere de esfuerzo, no es amor.
  • La persona correcta te completará.
  • Las personas compatibles nunca pelean.
  • El amor real ocurre instantáneamente, en vez de desarrollarse con el tiempo.

Ciertamente deberíamos mostrar sabiduría y evitar escoger un compañero que sea abusivo, engañoso, celoso o controlador. Cuando permití que Dios transformara mis expectativas, descubrí que me pueden atraer muchos tipos de hombres. Tu miedo sobre las preguntas “qué tal si...” sobre tu futura pareja no deberían detenerte de experimentar un amor devoto con esa persona.

Las ventajas de algo “no-tan-perfecto”

Ya no soy de las que cree que si encuentro a alguien perfecto me protegeré contra el dolor emocional. En vez, he aceptado el dolor como parte de todas, hasta las mejores, relaciones. También sé que lo mejor que Dios tiene para mí podría no ser tan perfecto.

Hace un tiempo estaba reflexionando sobre cómo Dios ha liberado mi corazón, y escribí la siguiente reflexión en mi cuaderno: “El amor no llega a yacer en la perfección, porque nadie es perfecto. El amor yace en lo no atractivo, en lo imperfecto. Mi amor por el prójimo no resulta del objeto de mi amor. Existe en mí cuando yo decido amar todo aquello que no es atractivo ni perfecto, y de este modo recibo el amor que necesito siendo aquel que ama primero.” Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.(Colosenses 3:14).

Cristo murió y puso el amor de su corazón en el mío para que yo pudiese amar con su amor incondicional. Él ama lo imperfecto; Él me ama.

martes, 21 de febrero de 2012

Lo mío, lo tuyo y nuestras finanzas, Por: Javier Angulo

Los acuerdos entre pareja son esenciales, entre ellos los acuerdos en el aspecto financiero. Fomentar buenos hábitos financieros en todos los miembros de la familia y transmitir valores como el sentido de pertenencia son fundamentales.

Existen familias donde ambos padres aportan al hogar, y es clave reflexionar: ¿es nuestro dinero o mi dinero? ¿El carro es familiar o es el carro de papá?, ¿es la casa de la familia o es la casa de mamá?

Cuando vienen los hijos, por el comportamiento del esposo y la esposa los más pequeños aprenden a priorizar, lo que aumenta el grado de responsabilidad que se tiene al administras los recursos familiares y al realizar decisiones conjuntas. Por otro lado es necesario balancear entre el valor de la familia o el valor material.

Sin embargo, es frecuente que algunos matrimonios tengan dificultades para ponerse de acuerdo sobre el manejo de las finanzas del hogar.El no poder reconciliar las diferencias sobre el dinero puede causar serios problemas en las finanzas del hogar y dañar la relación conyugal. Muchas parejas en algunos países ahora quieren garantizarse con contratos, que no van a quedar desprotegidas en sus finanzas en caso de divorcio, o que no van a perder lo que han generado cuando eran solteras.

Esta es señal de desconfianza.Si bien, el divorcio en la actualidad es socialmente más aceptado que en décadas atrás, no obstante podríamos decir que sigue existiendo una mayor tendencia a evitarlo y buscar la conciliación.

Si bien las causas del divorcio son complejas y diversas, entre las más comunes podríamos mencionar: escasa cantidad y calidad de tiempo invertido en cultivar el matrimonio, diferencias irreconciliables (entre ellas la finanzas), problemas de comunicación, poco compromiso, infidelidad, problemas económicos, cambio en las prioridades de los proyectos de vida y conducta abusiva, entre otros.El ponerse de acuerdo con su pareja sobre lo que es una buena mayordomía financiera puede ser un proceso difícil si no existen acuerdos previos y hábitos adecuados.

La frustración de no poder entenderse da lugar a discusiones, peleas, enojos y muchas otras acciones negativas. Lo bueno es que existen maneras en las cuales se pueden evitar las discusiones y llegar a un acuerdo financiero con su cónyuge.Un ejemplo al que dirigiremos nuestra atención, es la expectativa de compartir bienes familiares, a la vez que se poseen pertenencias individuales. Es común que la perspectiva actual nos influya, haciéndonos pensar que el carro es mío de forma exclusiva y no de carácter familiar, así como al pensar en mí salario y su salario cuando trabajan ambos cónyuges.



La clave es que Matrimonio es COMPARTIR. Si bien existen pertenencias individuales, al contraer matrimonio se cede la individualidad en beneficio de la familia que se inicia. De ahí que si el carro es un bien que se utiliza por todos los miembros del hogar y tiene el propósito de agilizar las labores diarias de todos los miembros de la familia, podríamos decir que no es el carro del esposo, es el carro familiar. Así como si en la casa conviven todos los miembros de la familia, todos deberían trabajar por el bienestar conjunto, de ahí que no es solamente la casa de la esposa, es el hogar de la familia.

Esta perspectiva nos aleja de egoísmos dañinos y coloca en todos los miembros del hogar el cuido del carro y la casa y otros bienes. Otro ejemplo es la decisión de si unir o no los salarios. Acá no hay una receta mágica pero si un principio. Lo tuyo y lo mío es lo NUESTRO.De ahí que, para enfocarnos en lo que es realmente importante, y evitar así el consumo de energía en discusiones que nos debilitan y alejan en la relación, es necesario definir prioridades, las cuales cambian a través del tiempo.




Como matrimonio se deben decidir cuáles son las metas financieras. Puede ser que la meta sea el pagar sus deudas, el comprar un auto, comprar una casa o estar preparados para tener hijos, pensionarse bien!. Incluso puede ser que el propósito como pareja sea pasar más tiempo juntos; sin importar cual sea el objetivo financiero es importante que se hable con la pareja y juntos lleguen a un acuerdo de cuáles van hacer las prioridades financieras en el matrimonio. Esto evitará confusiones y mal entendidos.

Diez secretos para un matrimonio exitoso, Por: Mitch Temple

He aquí diez principios que le ayudarán a crear y mantener un matrimonio exitoso.

Las parejas exitosas son entendidas en el tema. Leen libros, asisten a seminarios, ojean artículos en la red y observan otras parejas exitosas. Sin embargo, las parejas exitosas te dirán que ellos también aprenden por experiencia “prueba y error”.

He aquí diez principios de éxito que he aprendido de trabajar y observar a cientos de parejas:

1.- La felicidad no es lo más importante. Todos quieren ser felices pero la felicidad vendrá y se irá. Las parejas exitosas aprenden intencionalmente a hacer cosas que traerán la felicidad de vuelta cuando la vida la aleje.

2.- Las parejas descubren el valor de solo estar presente. Cuando las cosas se ponen difíciles y las pareja no saben qué hacer, necesitan resistir y estar ahí para su esposo(a). El tiempo tiene la manara de ayudar a las parejas a solucionar las cosas, proveyendo oportunidades para reducir el estrés y superar los retos.

3.- Si haces lo que siempre haces, obtendrás el mismo resultado. Las parejas sabias han aprendido a abordar los problemas de manera diferente para obtener resultados diferentes. Con frecuencia, pequeños cambios en el abordaje, así como la actitud y las acciones, hacen la diferencia más grande en el matrimonio.

4.- Tu actitud sí importa. Cambiar el comportamiento es importante pero también lo es cambiar las actitudes. Malas actitudes conducen con frecuencia a malos sentimientos y acciones.

5.- Cambia tu mente, cambia tu matrimonio. Cómo las parejas piensan y qué creen sobre su esposo(a) afecta como ellos perciben al otro. Lo que ellos esperan y como tratan a su esposo(a) importa mucho.

6.- El césped es más verde adonde lo riegas. Las parejas exitosas han aprendido a resistir el mito del césped es más verde, por ejemplo, alguien más va a hacerme feliz. Ellas han aprendido a poner su energía en hacer a ellos mismos y su matrimonio mejor.

7.- Puedes cambiar tu matrimonio cambiándote a ti mismo. Las Parejas veteranas han aprendido que tratar de cambiar a su esposo(a) es como tratar de empujar una cuerda “casi imposible”. A menudo, la única persona que podemos cambiar en nuestro matrimonio es nosotros mismos.

8.- Amor es un verbo, no solo un sentimiento. La cotidianidad de la vida desgasta el sentir “el lado bueno del matrimonio.” Sentimientos, como la felicidad, variarán. Pero el amor real está basado en los votos de compromiso de la pareja: “para bien o para mal” “cuando se siente bien y cuando no”.

9.- El matrimonio con frecuencia es pelear la batalla entre tus orejas. Las parejas exitosas han prendido a resistir el guardar rencores, sacando a colación el pasado y recordando que se casaron con una persona imperfecta y también su esposo(a).


10.- Una crisis no significa que el matrimonio se acabó. Las crisis son como las tormentas: ruidosas, temibles y peligrosas. Pero para atravesar una tormenta tienes que seguir conduciendo. Una crisis puede ser un nuevo comienzo. Es a partir del dolor que gente y matrimonios grandiosos son producidos.

domingo, 19 de febrero de 2012

El efecto corrosivo de la pornografía sobre las esposas 4, Por: Paul Coughlin

Una razón por la cual la pornografía es más atractiva para las esposas que los esposos es por su capacidad para una retribución secreta.

Una mujer frustrada y adolorida en sus 20s le escribe a Enfoque a la Familia: “Soy adicta a la pornografía... Me es frustrante ver que hay tanta ayuda para hombres. ¿Hay algún artículo o estudio para gente como yo?” Su búsqueda no será infructuosa, pero tampoco tan fructuosa como la de un hombre. Actualmente, las razones por las cuales los hombres buscan la pornografía se conocen mejor, se comentan más y son más públicas que las razones por las cuales las mujeres y las esposas buscan pornografía.

La monotonía de los siete años

Las razones, por supuesto, se traslapan. Dos de ellas son el aburrimiento y el dolor. Puedes llamarle la monotonía de los siete años del matrimonio, (lo que en inglés se llama “seven-year itch”), si quieres, pero el hecho es que eventualmente la calidez del hogar empieza a disminuir hasta en los mejores matrimonios. Nos aburrimos de las fortalezas y de las debilidades de nuestras parejas. Y para algunas, esta familiaridad da lugar a una infidelidad virtual. El dolor hace que ambos sexos busquen fuentes rápidas y convenientes para salvarlos, y entre más profundo sea el dolor, más lejos vamos para hacer que desaparezca.

La soledad afecta los corazones de esposos y esposas a la vez, pero tiende a irse más profundo en las mujeres. Esta es una de las razones por las cuales las esposas se sienten seducidas por la “emo-pornografía”, una infidelidad virtual que satisface más emocionalmente antes de físicamente. Pero como el agua salada, produce una sed mayor. Con la emo-pornografía, los hombres de las fantasías se desempeñan maravillosamente entre las sábanas de conversación, comprensión emocional así como destreza emocional. La mayoría de los hombres de carne y hueso no se comportan como en las telenovelas y novelas románticas. Así como las mujeres se quejan de la artificialidad creada por la pornografía en Internet, los hombres deberían quejarse cuando se les compara con los hombres artificiales de las telenovelas. ¿No es interesante como siempre tienen trabajos emocionantes? En un mundo real, donde los hombres reales se desgastan en cantidad tratando de salir adelante, que se espere que se comporten como hombres ficticios es más que incorrecto. Es cruel.

La emo-pornografía crea caricaturas en las mentes y corazones de las esposas. La mayoría de los hombres no son, y no pueden ser, tan atentos, especialmente en un matrimonio en el que las responsabilidades pesan fuertemente sobre ellos. Los esposos resultan indiferentes y poco amorosos cuando se comparan con los románticos galanes de las telenovelas, chat rooms, periodicuchos de farándula y novelas románticas. Y de esta forma nace y se alimenta la insatisfacción marital secreta que va en aumento hasta convertirse en avalancha.

La venganza

Una razón por la cual la pornografía es más atractiva para las esposas que para los esposos es por su capacidad para dar retribución secreta. Por medio de jugueteos secretos con otros hombres, las esposas dicen sentirse que se “han vengado” de sus esposos por causarles daño y por comportamientos que hicieron o no hicieron. Es una forma pasivo-agresiva de manejar el conflicto sin tener que realizar la ardua labor de crear una solución.

La infidelidad virtual de una esposa es menos visible y más secreta, haciéndola más difícil de exponer y de curar. Hay estadísticas sorprendentes para apoyar este argumento: Las mujeres se sienten más atraídas que los hombres por los chat rooms y las relaciones ilícitas, que por las imágenes visuales de la pornografía, aunque la pornografía visual sigue siendo tentadora (Casi el 30% de quienes visitan las páginas web pornográficas son mujeres). Y las mujeres tienden, mucho más que los hombres, a realizar sus comportamientos en la vida real, como por ejemplo teniendo múltiples parejas, sexo casual, hasta amoríos. El 70% dicen mantener sus actividades cibernéticas en secreto.


En nuestras mentes, al placer emocional y físico de las fantasías se comporta de la forma más fundamental. Y cuando se asocia con alguien que no es tu esposo, se hace más difícil que él te cautive. La infidelidad virtual no te libera para tener una mayor conexión con tu esposo, sino que diluye esta conexión. Y dada la naturaleza secreta de la infidelidad virtual y la habilidad limitada del hombre para ver las diminutas señales de una relación, es probable que él piense que todo está bien en su matrimonio, cuando en realidad no lo está. O peor, se le niega la información que necesita para cumplir con su parte en la reparación de la relación.

Mentiras de la Pornografía 3, Por Gene McConnell, Keith Campbell

A continuación cinco cosas que la pornografía le enseña a los hombres sobre las mujeres.

La pornografía comunica sus propias “verdades” sobre las mujeres. Afortunadamente, todas son mentiras:


1.- Mentira: Las mujeres son menos que humanas. A las mujeres en la revista Playboy se les llama “conejitas”, convirtiéndolas en lindos animalitos o “compañeras de juego”, las convierte en un juguete. La pornografía a menudo se refiere las mujeres como animales, cosas para jugar o partes del cuerpo. Algunos tipos de pornografía solo muestran el cuerpo y no muestran el rostro en absoluto. La idea de que las mujeres son seres humanos reales con pensamientos y emociones se minimiza.


2.- Mentira: Las mujeres son un “deporte”. Algunas revistas de deportes tienen una edición de traje de baño. Esto sugiere que las mujeres son solo un tipo de deporte. La pornografía ve el sexo como un juego y en un juego: usted tiene que ganar, conquistar o anotar.


3.- Mentira: Las mujeres son propiedad. Es común ver fotografías del auto brillante con la chica sexy encima. El mensaje no hablado es: “Compre uno, y se lleva a ambos”. La pornografía explícita lleva esto más allá. Muestra a las mujeres como mercadería de un catálogo, las expone tan abiertamente como sea posible para que el cliente vea. No sorprende que muchos varones jóvenes piensen que si han gastado algo de dinero en una cita con una chica, tengan derecho a tener sexo con ella. La pornografía nos dice que las mujeres pueden ser compradas.


4.- Mentira: El valor de una mujer depende del atractivo de su cuerpo. Las mujeres con sobre peso o menos atractivas son ridiculizadas en la pornografía. Se les llama perras, ballenas, cerdas o peor, simplemente porque no encajan en los criterios de la pornografía sobre la mujer perfecta. De hecho, si alguien está atraído a una mujer rellena, la pornografía lo etiqueta como un fetiche, que quiere decir una obsesión sexual o inclinación que no es “natural”. A la pornografía no le interesa la mente o la personalidad de una mujer, solo su cuerpo.


5.- Mentira: A las mujeres les gusta la violación. "Cuando ella dice que no, quiere decir que sí" es un escenario típico pornográfico. Se muestra a las mujeres siendo violadas, luchando y pateando primero y después comenzando a gustarles. La pornografía erotiza la violación y la hace excitante. Se muestra a las mujeres atadas, golpeadas y humilladas en cientos de formas enfermas para finalmente pedir más. Incluso cuando están siendo torturados, los actores y actrices porno tienen una sonrisa en sus rostros –una mirada de disfrute intenso. La pornografía le enseña a los hombres a disfrutar haciendo daño y abusando de las mujeres para el entretenimiento.

Las etapas de la adicción a la pornografía 2, Por: Gene McConnell, Keith Campbell

La progresión de la adicción te puede llevar a un lugar donde nunca pensaste llegar.

No todos los que ven pornografía se harán adictos. Algunos solamente obtendrán nociones tóxicas sobre las mujeres, el sexo, el matrimonio y los hijos. Sin embargo este tipo de daño es suficientemente grave. Y la pornografía no es el único componente de la adicción. Usualmente aquellos que se han convertido en adictos tienen algún tipo de apertura emocional que permite que la adicción eche raíz.

Algunos de los que están leyendo este artículo se harán adictos, como yo lo fui. A las compañías de la industria pornográfica no les importa que te hagas completamente adicto a su producto. Es buenísimo para su negocio. Un cliente adicto siempre regresa por más. Entonces ellos llenan sus productos con imágenes que te excitarán y harán que tus hormonas se vuelvan locas. No es necesario que te inyectes con una aguja para hacerte adicto a la pornografía – tu cuerpo creará sus propias drogas con solo mirar las imágenes. El Dr. Victor Cline dice que el sexo y la pornografía podrían ser más difíciles de vencer que una adicción a la cocaína.

Las cinco etapas de la adicción

1.- Exposición temprana. La mayoría de los hombres que se hacen adictos a la pornografía empiezan muy jóvenes. Ven estas imágenes desde muy jóvenes, y así empiezan a involucrarse.

2.- Adicción. Luego llega la adicción. Siempre regresas a la pornografía. Se convierte en algo regular en tu vida. Te has hecho adicto y no puedes dejarla.

3.- Escalamiento. Luego de un tiempo empieza el escalamiento. Empiezas a buscar material cada vez más gráfico. Empiezas a usar pornografía que te hubiera disgustado cuando empezabas. Ahora te excita.

4.- Desensibilización. Eventualmente, te sientes adormecido. Hasta la pornografía más gráfica y degradante te deja de excitar. Te desesperas por volver a sentir la misma emoción pero no logras encontrarla.

5.- Mal comportamiento sexual. A estas alturas, muchos hombres toman un salto peligroso y empiezan a comportarse mal sexualmente, esto es, actuar por impulsos sexuales desenfrenados o conducta sexual transgresora. Pasan de imágenes de papel y plástico al mundo real.

Cuando yo llegué a la etapa de “mal comportamiento sexual”, empecé a tener fantasías sobre cómo sería violar a una mujer. Finalmente, una noche que vi a una mujer que “calzaba” con el perfil que la pornografía me había enseñado, lo probé. Tuve suerte. Mucha suerte. No pude hacerlo. Luego de ser reportado, arrestado y luego de pasar un tiempo en la cárcel, finalmente pude empezar a sacar de mi vida las mentiras que habían sido plantadas por la pornografía.

Otros no tienen tanta suerte. Ahora me doy cuenta de que con solo un empujón, yo pude haber cruzado la línea. Pude haber violado a esa mujer y luego matarla para cubrirme. Así fue como Ted Bundy empezó. Cuando la pornografía a la que era adicto ya no era suficiente, intentó hacerlo de verdad – la violación y luego asesinato. Como lo logró, lo hizo de nuevo. Y de nuevo. La adicción a la pornografía es una cosa muy seria.

¿Eres adicto?

Algunos de los que están leyendo este artículo quizás ya hayan desarrollado una adicción a la pornografía. Si ves algunos de los patrones que describí anteriormente en tu vida, necesitas ponerle un alto ahora mismo. ¿La pornografía está empezando a controlar tu vida? ¿Te es difícil dejarla – y siempre regresas por más? Tal vez te encuentras necesitando ver imágenes cada vez más gráficas. Te masturbas con más y más frecuencia. Estás empezando a tomar riesgos o a actuar transgresoramente para recibir excitación sexual. Si te ves en algún punto de esta progresión, estás en graves problemas, y es importante que te des cuenta, y que busques ayuda.

Pornografía e Infidelidad Virtual 1, Por:Paul Coughlin

La fotografía fue inventada en 1839, y apenas 11 años después la palabra “pornógrafo” fue sembrada en nuestro diccionario – sin estar conscientes del furor tipo Zeus que había de venir con la infidelidad virtual que algún día estaría tan cerca como a un inofensivo.

Así, este mercado negro, ahora más aceptado y corriente debido mayormente a la revista Playboy de Hugh Hefner (1ra edición 1953), es hoy un gigante de aproximadamente $4.9 billones. A principios de esta década el dominio llamado business.com fue vendido por un monto record de $7.5 millones, y al mismo tiempo sex.com fue valorado en $65 millones. En su lugar tal vez deberíamos llamarlo red de relaciones sexuales, ya que un estimado de 28,258 personas cada segundo ven pornografía, mayormente hombres (72%) pero también mujeres (28%). Cada 39 minutos un nuevo video pornográfico es creado en Estados Unidos.

Los Cristianos no son Inmunes

Los cristianos no son inmunes Cuando se realizó una encuesta, 53% de los hombres que asistían a la iglesia Promise Keeper dijeron que habían visto pornografía esa semana. Más del 45% de cristianos admitieron que la pornografía es un problema importante en su hogar. Una encuesta anónima conducida recientemente por Pastors.com reportó que 54% de los pastores admitieron haber visto pornografía en el último año. En un boletín de noticias en línea 34% de las mujeres lectoras del Today’s Christian Woman (Mujer Cristiana Actual) admitieron haber entrado intencionalmente a porno de internet. Una de cada seis mujeres que leyeron Today’s Christian Woman dijeron que luchaban con la adicción a la pornografía. (Today’s Christian Woman, Otoño 2003).

La infidelidad virtual no está limitada a ver dos desconocidos copular en lo que hasta hace unas pocas décadas era considerado un acto sagrado. Así, con el fin de salvar, sanar y proteger nuestro matrimonio de la pornografía, necesitamos adoptar un entendimiento más amplio de este mundo pernicioso y resbaladizo, entendiendo que en la actualidad la infidelidad virtual golpea tanto a los esposos como a las esposas.

El hecho es que el medio electrónico, que incluye Internet, toca ambos sexos. Más y más mujeres no solamente están viendo pornografía, sino que están entrando anónimamente a los cuartos de “chat” y es más probable que actúen en la vida real lo que otros apenas están escribiendo. Y como los vendedores saben, han sido siempre las mujeres que han fantaseado acerca de relaciones con hombres además de sus esposos a través de novelas, y ni mencionar las novelas de romance o revistas tales como Cosmopolitan o cualquier otra hermana menor de la pornografía.

La infidelidad virtual que separa a las parejas y matrimonios es más que visual. Surge a partir de la fantasía, escape o despecho de sentir no satisfecha la necesidad del ser humano de ser abrazado, amado y entendido – en una palabra, la necesidad de conectar el cuerpo y el alma. Lo cual es un regalo dado por Dios. Piense en la infidelidad virtual como cualquier cosa – imágenes, cuartos de “chat” con palabras en ellos – que reemplazan al marido actual con alguien más en los recovecos suyos más íntimos.

Donde el descontento crece y encona en una nueva fea y no intencional creación.

Ambos Géneros Son Tentados

La infidelidad virtual tienta a cada género en formas similares y divergentes. Una tentación del esposo hacia la infidelidad virtual es erosiva: visiblemente desde afuera y más fácil de ver. La tentación de la esposa es más sutil y matizada, haciéndola corrosiva: menos visible, atacando desde adentro y más difícil de ver, reconocer y curar.

Esta espada de doble filo de la infidelidad virtual es el resultado de un deseo bueno, de conexión humana, yéndose por un camino errado y no viendo su máscara, lo que es parte de la definición del pecado. Conexión emocional y física puede resultar en un estado de relajación bendecido, escape, y elación (la palabra francesa para orgasmo, La petite mort, significa “pequeña muerte” la pérdida de conciencia del mundo que lo rodea). Todos son regalos de Dios, como resultado de su gran amor hacia nosotros. Estos regalos benditos y conexiones crean una pequeña vacación del estrés y la tensión normal de la vida que crea vínculos misteriosos pero reales. Desafortunadamente, la infidelidad virtual nos tienta a tomar mini-vacaciones con alguien que no es nuestro esposo o esposa. Necesitamos saber tomarlas el uno con el otro –un acto sagrado y a veces difícil.


Las soluciones para la infidelidad virtual van desde pasar de la ilusión a la realidad y de pasar de una actitud pasiva a una postura firme en el matrimonio. Esposos y esposas necesitan reforzar su coraje y ser honestos acerca de sus deseos íntimos y al mismo tiempo, reforzar su entendimiento y ser realista acerca de lo que esperan del género que es similar pero también diferente.