Visión y Misión

Visión.
Ser líder en la orientación y fortalecimiento de las familias dentro y fuera de la iglesia en la República Dominicana.

Misión.
Orientar a los miembros de la familia en el concepto de la verdadera relación y responsabilidad familiar para tener un hogar saludable, a través de la palabra de Dios.

Versículo del día

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lunes, 22 de octubre de 2012

El Matrimonio se Construye con Amor - (1 Corintios 13: 4-8)


Amar es: Ser pacientes
La paciencia es un fruto de la decisión de amar. Al ser pacientes podemos tener la tolerancia necesaria para aceptar las debilidades de nuestro cónyuge y confiar en el crecimiento espiritual que le dará la fortaleza y la sabiduría necesaria para cambiar lo que se debe cambiar. Es confiar en que EL que empezó la buena obra, la terminará!

Amar es: Ser bondadosos
Es pensar y hacer siempre lo mejor para nuestro cónyuge, con buena voluntad; quizás no lo merezca, pero lo hacemos como para agradar a nuestro Padre Celestial.

Amar es: Ser humildes
Es ser humildes para suavizar la relación con nuestro cónyuge, especialmente cuando hay conflictos y situaciones que afrontar. La decisión de ser humildes siempre va a generar buenos resultados.

Amar es: Ser amables y respetuosos
Es nunca faltarse el respeto. Se trata de ser siempre amables, respetuosos y honestos el uno con el otro. Es evitar a toda costa herir a mi cónyuge.

Amar es: Dar sin esperar recibir
El amor nunca es egoísta. El amor siempre está en función de las necesidades, y el bienestar del cónyuge. De esta manera podemos dar lo mejor de nosotros a nuestra pareja y disfrutar de la más hermosa relación.

Amar es: Ser tolerantes
Es tener la capacidad de vencer el enojo y la ira en el matrimonio. Es detenerse y meditar cuando estamos frente al enojo y pensar que mi cónyuge es más valioso(a) que cualquier cosa ó circunstancia.

Amar es: Perdonar
El amor no toma en cuenta el mal recibido. Es perdonar cuantas veces sea necesario. Cuando asumimos una actitud sincera de perdón, también seremos perdonados.

Amar es: Ser fieles
Es estar dispuestos a sufrir lo que sea por el bien de nuestro cónyuge. Es honrar el pacto de fidelidad que nos hicimos un día.

Amar es: Creer
Es tener la fe de que nuestra pareja actúa siempre con buena voluntad. Es muy probable que se equivoque, o lo haga mal, pero debo creer que lo hizo con buena intención.

Amar es: Soportarlo todo
Es soportar olvidos, desatenciones, desacuerdos, y cualquier debilidad temperamental de mi cónyuge, con fe y alegría; sabiendo que poco a poco todo cambiará.

Este amor solo es posible como fruto de la presencia
del Espíritu de Dios en la vida de una persona.

martes, 16 de octubre de 2012

22 Formas de amar a tu Esposa, Por: Nancy Van Pelt


Por algunos años mi esposo y Yo hemos tenido el privilegio de aconsejar y orar por muchos matrimonios en situaciones difíciles. Muchas veces nos sentimos impotentes ante las preguntas sin respuesta, no entendíamos porque las parejas se cansan, se aburren y de repente el matrimonio empieza a convertirse en soledad.
De nuestra experiencia como matrimonio y como aconsejando a familias y a parejas os traemos estos veintiún consejos para decirle a tu esposa o esposo que lo amas, diariamente:

Dale un abrazo y beso antes de levantarte de la cama.
Sonríe cuando la mires.
Deja lo que estés haciendo cuando ella te hable y mírala directamente a los ojos.
Llámala durante el día para decirle que la extrañas.
Apaga las luces y cenen a la luz de las velas.
Pon a tocar la música preferida de ella e invítala a acurrucarse contigo en el sofá mientras la escuchan.
Pregúntale cómo pasó el día.
Lávale la espalda cuando estén en la regadera o en la bañera.
Sécale la espalda después del baño.
Ponle una notita de amor en su cartera o en su lonche.
Sorpréndela recogiéndola en el trabajo.
Dile cuanto disfrutas de conversar con ella.
Dile, frente a los hijos, cuán buena madre es.
Ponle el brazo alrededor mientras están sentados en una reunión social.
Tengan una cita para disfrutar de la compañía mutua sin que los hijos estén presentes.
Levántate 10 minutos antes de la hora acostumbrada y pídele que venga contigo para conversar mientras comparten una bebida caliente.
Antes de dormirse en la noche, abrázala y dile palabras de amor al oído.
Pídele su opinión acerca de los eventos anunciados en las noticias o sobre el sermón predícalo en la Iglesia.
Abrázala sin tener ningún motivo ulterior.
Dile un cumplido frente a alguna amistad.
Usa palabras cariñosas a menudo.
Cuando estén en un evento social, guíñale el ojo o tírale un beso.

Si hace tiempo no haces esto, y cuando lo intentes hacer quizás tu esposa tenga una reacción de sorpresa ante la situación y pregunte ¿Que tienes? Solamente dile "Amor mío, quiero ser un mejor esposo".

domingo, 7 de octubre de 2012

Caminando juntos para toda la vida


Tengo unos amigos que están casados desde hace 12 años.
Hasta hace unos meses llevaban, aparentemente, una excelente relación, pero, poco a poco, se ha ido creando una fría distancia entre los dos. Ella se mantiene ocupada con los niños, el trabajo y sus amigas.
Él se ocupa de sus negocios y sólo sale con sus amigos. Ellos han perdido, lamentablemente, el deseo de compartir y ha germinado la desconfianza, la tristeza, la impotencia y el resentimiento.
Sus amigos, que están muy preocupados por la situación, opinan y toman partido.
Es curioso lo fácil que nos puede resultar, en un momento dado, observar, desde afuera, la vida de otras personas para juzgar con ligereza los pocos hechos que conocemos, señalar un culpable y crear la posible solución al conflicto.
Esto lo hacemos muchas veces inconscientemente, sin conocer verdaderamente las razones por las que llegaron a estar en esa situación e ignorando que cada persona siempre tiene una parte de la razón; y que en el caso de una pareja, sólo habiendo considerado el punto de vista y la necesidad de cada uno, es como se puede llegar a construir un acuerdo que les permita sentirse a gusto en compañía uno del otro y suficientemente motivados para hacer el trabajo necesario de cambiar y de incorporar nuevos y mejores sentimientos y actitudes a la relación.
La amistad, que es indispensable para mantener una buena relación de pareja, nos da la capacidad de disculpar y perdonar con más facilidad los errores y las faltas, nos motiva a compartir todo con esa persona porque encontramos una gran afinidad de intereses, nos comunicamos con sinceridad y confianza, prestando más atención al momento de escuchar; también nos convierte en cómplices y en compañeros en la aventura de la vida, evita que juzguemos con ligereza, y nos hace estar más dispuestos a aceptar las diferencias personales.
Para que una relación de pareja sea satisfactoria y se mantenga en el tiempo, se requiere que muchos elementos se conjuguen: pasar tiempo de calidad juntos para compartir y hacer crecer el amor, tener proyectos comunes. Hay que considerar, también, la necesidad que cada uno de nosotros tiene de reservar un pequeño espacio para hacer aquellas cosas que nos hacen sentir bien. Contar con la anuencia y con la compañía de la pareja para disfrutar de este espacio puede darle a nuestra vida un aire de tranquilidad y realización.
La confianza, la comunicación clara, abierta y directa, el respeto, la lealtad, la gratitud y el amor, harán que podamos disfrutar de la compañía de nuestra pareja, sin sentir en algún momento que hemos perdido o renunciado a nuestra identidad.
Cuando después de algunos años de convivencia, todavía podemos pasar horas conversando con esa persona sin sentir el paso del tiempo, cuando nos sentimos dispuestos a compartir los momentos especiales, aun en silencio; cuando podemos apoyarnos el uno en el otro porque sabemos que estamos ahí para darnos la mano, cuando reímos juntos de las pequeñas tonterías que nos pasan, cuando sabemos que esa persona siempre está pendiente de nosotros, cuando a pesar de ser diferentes encontramos y resaltamos los elementos en común y las mejores características del otro, cuando perdonamos con facilidad para salir de la ira o del dolor y recuperar la alegría y las ganas de compartir, seguimos tan enamorados como al principio.
Es importante revisar las expectativas que tenemos acerca de nuestra pareja, de manera que podamos considerar todo lo positivo que esa persona trae a nuestra vida. Y a menos que la causa de nuestro malestar sea un comportamiento destructivo o irresponsable, en cuyo caso deberemos buscar ayuda profesional para resolverlo, bien vale la pena, fortalecer cada uno de estos aspectos entre los dos para darnos otra oportunidad.