Visión y Misión

Visión.
Ser líder en la orientación y fortalecimiento de las familias dentro y fuera de la iglesia en la República Dominicana.

Misión.
Orientar a los miembros de la familia en el concepto de la verdadera relación y responsabilidad familiar para tener un hogar saludable, a través de la palabra de Dios.

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martes, 4 de agosto de 2009

¿Dónde está tu matrimonio?

¡Puedes lograr un matrimonio a prueba de divorcio!
Mike tenía dieciocho años y se había graduado, Cheryl tenía diecisiete y se preparaba para el él último año del instituto; estaba embarazada, esperando un bebé de Mike.
La familia y los amigos de la joven pareja les dijeron que estaban locos al decidir casarse. También los presionaban para que Cheryl se hiciera un aborto; pero estaban enamorados y deseaban criar juntos al bebé. Así que se casaron aquel verano, apenas unos niños a punto de criar a su propio niño.
Mike tomó la situación como un desafío. En el otoño comenzó la universidad a tiempo completo mientras trabajaba sesenta y cinco horas a la semana, repartiendo leche de la lechería familiar.
Cheryl, una flamante madre, se quedaba en su pequeña casa todos los días mientras Mike se sumergía en la universidad y el trabajo. “Desde el principio fue una lucha”, dice la joven. No tenía idea de cuál era mi papel ni de lo que implicaba mi compromiso con Mike. Cometí muchos errores, hice malas elecciones. Teníamos un bebé, pero no trabajamos en absoluto en nuestra relación. A su vez Mike, se daba a la bebida y cuando estaba bajo la influencia del alcohol se volvía agresivo y furioso. También atacaba a Cheryl, no en forma física, sino verbal. En poco tiempo se convirtieron en enemigos.
Éramos desdichados de verdad, así que decidí abandonar a Mike. Nuestro divorcio finalizó pocos meses después.
Luego que Mike y Cheryl se divorciaron, su relación siguió siendo horrible. “No quería saber nada de Mike”, dice Cheryl. “Lo culpaba por todo lo que funcionó mal entre nosotros. No nos hablábamos en absoluto. El contacto que teníamos se limitaba a los momentos en que nos encontrábamos para entregarnos a nuestro pequeño hijo”.
Entre tanto, Mike se había convertido a Cristo y Cheryl encontraba el camino de vuelta al Señor. A medida que Dios cambió el corazón de Mike, él pensaba en la joven familia que había perdido. Decidió tratar de ganar de nuevo a Cheryl y hacerlo esta vez como era debido. Al poco tiempo Mike llamó a Cheryl y le preguntó si le gustaría que volvieran a encontrarse.
“Luego de unos momentos con Mike, supe que estaría segura con él, dice Cheryl”. Tenía una paz que antes no tenía. Hasta su voz sonaba diferente. Él también se debe haber dado cuenta de que Cristo, me estaba transformado a mí también.
Mike cortejaba a la que fue su esposa y la invitaba a salir. Durante ese tiempo, no tuvieron relaciones físicas. Deseaban construir un amor que durara, un amor que fuera espiritual y emocional, no sólo físico.
Un año y medio después de divorciados, se volvieron a casar en presencia de familiares y amigos. Todos se dieron cuenta de que estaban siendo testigos de un milagro con el nacimiento de un nuevo matrimonio de Mike y Cheryl.
Este matrimonio ha cumplido a la fecha 21 años de plena felicidad. En esa oportunidad el Pastor de la iglesia condujo una reunión de celebración por un matrimonio que no morirá.

“Nuestro amor nos hace inmune a las amenazas del divorcio”
El amor es el cimiento de un matrimonio floreciente. La pregunta crítica es: ¿de qué clase de amor hablamos? Para tener matrimonios a prueba de divorcio, no alcanza con tener cualquier clase de amor.

Creemos que hay seis clases de amor que se necesitan para tener un matrimonio a prueba de divorcio:

El amor que perdona: Sana las heridas y ayuda a los esposos a sentirse aceptados y conectados. Ofrece un nuevo comienzo cuando se han ofendido y herido el uno al otro.

El amor que sirve: Descubre y satisface necesidades, y ayuda a que los cónyuges se sientan honrados y comprendidos.

El amor que persevera: Permanece fuerte en tiempos difíciles y ayuda a los esposos a sentirse unidos, a ser los mejores amigos de siempre. Te sostiene a través de las pruebas de la vida.

El amor que protege: Nos guarda de las amenazas y ayuda a los cónyuges a sentirse seguros y a salvo. Guarda tu corazón de las cosas que amenazan tu matrimonio.

El amor que celebra: Se goza en la relación matrimonial y ayuda a que el cónyuge se sienta valorado y cautivado. Te equipa para mantener una conexión emocional, física y espiritual satisfactoria.

El amor que renueva: Refresca y apoya el lazo matrimonial, y ayuda al cónyuge a sentirse confiado y arraigado. Considera que el matrimonio es un pacto inquebrantable.

A medida que tu matrimonio experimenta estas seis clases de amor en la fuerza de Dios, recibirás el poder para tener un matrimonio a prueba de divorcio. Vivir el matrimonio soñado al hacerlo resistente al divorcio en el plano emocional y espiritual es una manera bíblica de amar de verdad a tu cónyuge.

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