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miércoles, 29 de abril de 2009

En los mejores matrimonios, la conquista no termina nunca, Por: Dr. James Dobson

Mi esposa y yo nos amamos mucho, pero estamos pasando por una época de apatía. No nos sentimos muy cercanos el uno del otro. ¿Es esto normal? ¿Hay alguna forma de reavivar el fuego? Esto sucede tarde o temprano en todo matrimonio. Es como si los cónyuges hubieran perdido por un tiempo el viento que impulsa las velas de su romance.
Sus apuros me recuerdan a los marineros en los tiempos de los barcos de vela. Entonces, tenían muchas cosas que temer, entre ellas los piratas, las tormentas y las enfermedades. Sin embargo, su peor temor era que el barco se encontrara con la zona de las calmas ecuatoriales. Ésta es una región del océano cerca a Ecuador, que se caracteriza por la calma y por vientos muy suaves y cambiantes. Esto podía significar la muerte segura para toda la tripulación. Se les agotaban las provisiones de agua y víveres, mientras iban a la deriva durante días o incluso semanas, en espera de una brisa que los pusiera de nuevo en camino.
También los matrimonios que una vez fueron emocionantes y llenos de amor se pueden ver atrapados en la zona de calma romántica, la cual puede causar la muerte lenta y dolorosa de la relación. El autor Doug Fields, en su libro Creative Romance [“Romance creativo”], escribe: “El que los cónyuges salgan solos y se traten románticamente, puede cambiar estas pautas y ser muy divertido. Por supuesto que no hay curación instantánea para un matrimonio estancado, pero se pueden echar a un lado las excusas para comenzar a tener citas amorosas con la persona que se ama.”1 De hecho, podrían tratar de pensar como adolescentes de nuevo. Permítanme explicarlo.
Recuerden por un instante las locuras de los días en que eran novios: la timidez, el coqueteo, las fantasías, la búsqueda del premio. Cuando pasamos del noviazgo al matrimonio, a la mayoría de nosotros nos pareció que debíamos crecer y dejar detrás los juegos. Sin embargo, es posible que no hayamos madurado tanto como nos gustaría creer.
En algunos sentidos, nuestras relaciones románticas siempre tendrán algunas de las características de la sexualidad adolescente. A los adultos les sigue gustando la emoción de la conquista; siguen sintiendo el atractivo de lo inalcanzable, la emoción de lo nuevo y el aburrimiento de lo viejo. Por supuesto, en una relación donde hay un compromiso, se controlan y reducen al mínimo los impulsos inmaduros, pero nunca desaparecen por completo.
Esto los podría ayudar a mantener la vitalidad en su matrimonio. Cuando las cosas se hayan vuelto aburridas entre usted y su cónyuge, necesitarán recordar algunos de los viejos trucos. ¿Qué tal un desayuno en la cama? ¿Un beso bajo la lluvia? ¿O volver a leer juntos sus viejas cartas de amor? ¿Una noche en un hotel cercano? ¿Una llamada telefónica al mediodía? ¿Una rosa y una nota amorosa? Hay docenas de formas para hacer que de nuevo sople el viento en las velas.
Si les parece un poco inmaduro actuar de nuevo como adolescentes, tengan presente esto: En los mejores matrimonios, la conquista no termina nunca.

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