Visión y Misión

Visión.
Ser líder en la orientación y fortalecimiento de las familias dentro y fuera de la iglesia en la República Dominicana.

Misión.
Orientar a los miembros de la familia en el concepto de la verdadera relación y responsabilidad familiar para tener un hogar saludable, a través de la palabra de Dios.

Versículo del día

Siguenos en Facebook

viernes, 27 de marzo de 2009

Nunca hablamos del tema del sexo

Mi esposo y yo nunca hablamos del tema del sexo, y esto me hace sentir frustrada. ¿Es éste un problema común entre los matrimonios?
Así es, sobre todo para los que están pasando por dificultades en su vida sexual. Cuando el sexo es un problema, es más importante aún que se mantengan abiertas las puertas de la comunicación en el matrimonio. Cuando la relación sexual ha carecido de interés, y cuando la ansiedad se ha estado acumulando continuamente, se tiende a evitar referirse al tema en la conversación diaria. Ninguno de los cónyuges sabe qué hacer acerca del problema, y acuerdan tácitamente ignorarlo. Aun durante las relaciones sexuales, no se hablan.
Una señora me escribió hace poco para decirme que su vida sexual con su esposo se parecía al “cine mudo”. No se decía jamás ni una palabra.
Parece increíble que unos esposos inhibidos puedan hacer el amor varias veces por semana durante una serie de años sin expresar jamás con palabras, sus sentimientos o sus frustraciones en este aspecto tan importante de su vida. Cuando esto sucede, el efecto es como el de tomar una botella caliente de soda y agitarla hasta que el contenido esté listo para explotar. Es casi seguro que todo pensamiento o situación que produzca ansiedad y no se pueda expresar va a producir presión interna y tensión. Mientras menos se pueda hablar del tema, mayor es la presión que tiende a debilitar el apetito sexual.
Además de esto, cuando se prohíbe la conversación sobre el tema del sexo, el acto sexual toma la atmósfera de una actuación, en la cual cada miembro de la pareja siente que el otro le está haciendo una evaluación crítica. Para quitar estas barreras a la comunicación, el esposo debe tomar la iniciativa, ayudando a la esposa a expresar verbalmente sus sentimientos, temores y aspiraciones. Deben hablar acerca de las maneras y técnicas que estimulan, y las que no. Deben enfrentar sus problemas como adultos maduros; con calma y seguridad. En estas conversaciones tranquilizadoras hay algo de mágico; las tensiones y ansiedades se reducen cuando encuentran una expresión verbal.

domingo, 15 de marzo de 2009

Los hijos no necesitan ni ‘hiperpadres’ ni ‘colegas’ como modelo

No están ausentes, pero en ocasiones desertan. Muchos padres y madres, además de guardar en la cartera las fotos de sus hijos, tienen la sensación de llevarlos a cuestas. Suelen ser padres condescendientes, colegas en lenguaje coloquial, o hiperpadres. Son amigos, animadores sociales y, si son perfeccionistas y tienen tiempo, profesores domésticos, pero no siempre ponen límites a los afanes consumistas de sus hijos.
A no ser que su bolsillo flaquee, prefieren comprar un juguete o la chuchería de turno que repetir cada tres minutos en un tono sereno que no pueden tener todo lo que ven.
"Se le da un papel de adulto” al niño en decisiones guardadas para los padres, “No hay un modelo de autoridad saludable", añade Ana Sáenz "Para crecer los niños necesitan sentirse seguros y autónomos, pero muchos padres desconocen las necesidades vitales de cada periodo. Se les exige mucho en ciertos aspectos y se les sobreprotege en otros."
Sin presencia
A la mayoría de padres no les falta criterio, pero no saben decir “no” sin enfadarse. Otros pasan en pocas horas de ser padres modélicos a sentirse víctimas. En algunas familias el padre o la madre son figuras desvaídas, fotocopias que podrían imantarse en la nevera.
Su papel es insustituible, pero a veces les resulta ingrato, grande, aplastante tener que asumir ciertas responsabilidades, cuando chocan con el deseo de los hijos. Les cuesta ejercer y mantener cierta insobornable autoridad. Pero si ellos dejan de ser padres, sus hijos se quedan huérfanos y sin referentes.
El otro extremo: hiperpadres
En el otro extremo, o mezclado con ese modelo amable, se encuentran los hiperpadres, arquitectos mentales de completos currículos de futuro para sus vástagos. Pintura, música, baloncesto. ¿Qué más?
Algunos parecen estar examinándose cuando juegan con sus hijos. ¿Lo están haciendo bien? Todo les parece poco. ¿Todo por sus hijos, pero sin sus hijos? "¿Qué clase de niños quieren?", pregunta Sáenz. "El modelo que se les propone es el de la sociedad de consumo, aquello que funciona. Por ejemplo, se niega la pubertad, etapa en la que salen afuera y se despiden de su infancia. Se busca que pase cuanto antes y se adelanta la adolescencia por influencia de la televisión. Se les roba así parte de su niñez y se les empuja a adoptar un prematuro rol juvenil". En definitiva, dan bandazos e incluso adoptan ellos el papel de niños, haciendo como que lloran o imitando sus rabietas, apunta Sáenz. "¿Qué autoridad muestra un adulto que actúa así? Algunos niños pueden pensar: ¿Y éste es el que me cuida?".
Nunca hubo padres tan informados, pero algunos siguen cursillos y hasta exploran en Internet foros educativos. En especial cuando sus hijos llegan a la ESO. "Mereció la pena mientras fue pequeño. La fiesta acabó con la adolescencia", afirma una madre. La clave la da Alicia Fernández-Zúñiga, psicóloga y directora del Instituto de Lenguaje y Desarrollo (ILD), en Madrid: "Lo que no hagas cumplir antes de la adolescencia será imposible exigirlo después".
Niños que no reciben un “no” por respuesta
"Yo soy padre de mis hijos, no su colega", dice el juez Calatayud. "Por temor a ser autoritarios nos da miedo decir no", continúa. Emilio Calatayud reconoce que es más fácil ser juez que padre. "Hay que poner límites a los hijos desde el primer minuto de vida. Luego cuesta más", avisa. A veces los padres se descuidan y el chaval díscolo acaba en el juzgado. "Hay un empeño en judicializar todo, pero por suerte el 80% de los jóvenes que cometen delitos no son delincuentes", explica. Se refiere a chicos que han cogido una moto ajena, han cometido un pequeño robo o han participado en una pelea.
Suele imponerles castigos en beneficio de la comunidad, sea el cuidado de discapacitados o la limpieza de espacios públicos. Quiere que sean conscientes de sus actos y que entiendan que hay que ser solidarios y no depredadores. Se convierten así en voluntarios forzosos durante un tiempo. En algunos casos, la sanción incluye sacarse el graduado escolar o terminar la enseñanza obligatoria. La mayoría no reincide. Un 20% entra en una espiral peligrosa.
"Claro que hay que poner límites claros y sencillos. Muchos niños no calculan bien las consecuencias de sus actos, no tienen perspectivas. No podemos renunciar a señalar límites en situaciones cotidianas", opina Carlos Espinosa, docente e inspector de Educación en Málaga. "Estoy a favor de las sanciones integradoras y no de los castigos desintegradores", prosigue. "Echarle de clase si molesta sólo sirve para que el chaval pierda el tiempo, pero encargarle que recoja las pelotas del patio, o de todas las pilas del colegio para llevarlas a reciclar, sí es útil", agrega. Espinosa es coautor del libro “Los niños y jóvenes del tercer milenio”, y sostiene que los alumnos son cada vez más espabilados y curiosos, aunque no conecten con el saber formal o no siempre sean buenos estudiantes.
Al igual que el juez Calatayud, Espinosa ha tratado tanto a muchachos de ambientes marginales como a ‘chicos malos de buenas familias’. Entre unos y otros hay abismos, advierte, aunque coincidan en los juzgados. Los primeros crecen entre carencias y son rebeldes, "pero van por otros derroteros", dice. Los hijos de clase media que maltratan a niños y ancianos sin que sus músculos se alteren son maestros de la simulación y suelen ser más peligrosos. "Con muchos de ellos las técnicas educativas fracasan, son maltratadores, y hay que combinar distintas terapias", sostiene.
Normas que marcan la trayectoria
"Hay una tendencia a dejar hacer", reconoce Alicia Fernández-Zúñiga. Pero “es preciso establecer unas pautas y cumplirlas. Está demostrado que los niños que siguen unas normas crecen más seguros que los que carecen de ellas. Los que no las incorporan se vuelven más tiranos, no más seguros", señala. Fernández-Zúñiga observa que el cachete es ya algo infrecuente.
Emilio Calatayud registra desde hace unos cuatro años un incremento de violencia familiar protagonizada por menores, así como grabaciones de peleas entre compañeros en el móvil, como si fuera un hito. Percibe también una mayor participación de niñas en episodios violentos dentro del ámbito familiar. Y al mismo tiempo, situaciones de violencia de género en primeras parejas. "En alguna ocasión ha habido que dictar órdenes de alejamiento de sus ex novias a chicos de 14 o 15 años", reconoce.
El juez piensa que en la todavía joven democracia española "se insiste más en derechos que en deberes, lo que favorece todo tipo de contradicciones, hasta caer en el absurdo". No entiende cómo se le ha condenado a la madre de Jaén que pegó a su hijo de 10 años a un año de alejamiento. "Supongo que la condena se ha fundamentado en el artículo 173, pero quizá habría que volver a redactarlo. Está muy bien corregir sin atentar contra la integridad física, pero también hay que ejercer de padre o madre", sostiene.
La importancia de encontrar modelos
Por su parte, Carmen Loureiro, psicóloga de Nexo y colaboradora del Centro Abierto Tomillo, en Madrid, recuerda que "el estrés, la inmadurez emocional de los padres y la confusión entre las necesidades de los niños y las que nosotros les atribuimos, confluyen en reprimendas inútiles que lastran la verdadera comunicación. Algunos fantasean sobre cómo deben ser sus hijos y se frustran si no cumplen sus expectativas. Olvidan que un niño necesita sentirse aceptado y saber que el amor de sus padres es incondicional", agrega.
"La falta de conciliación está en la raíz de los problemas", opina una experta en educación de la Fundación Tomillo que trabaja ahora con hijos de inmigrantes. "Con 12 años, hay niños que pasan la tarde solos, o con una cuidadora. Los niños aprenden a través de modelos y si no lo encuentran en sus padres traspasan al grupo de iguales sus expectativas. Las habilidades comunicativas de los padres son decisivas: su actitud cuenta tanto como sus palabras. Sin embargo, muchos llegan cansados después de relacionarse con sus compañeros y sus habilidades aparecen menguadas".
Los niños son esponjas y captan cada gesto, recuerda Loureiro. "No están peor educados que antes, lo que sucede es que hay que dirigir sus emociones desde la motivación", concluye.
Algunos conceptos prácticos para los padres
- Hijos y padres tienen igual dignidad, afirma Jesper Juul (“Los valores para la familia de hoy”), pero no son iguales. Los niños necesitan el liderazgo de sus padres. Un faro que emita señales claras y reguladoras.
- Con niños poco dispuestos, más que iniciar una batalla campal por los deberes, hay que fragmentar tareas: "Ahora estudiamos, luego hacemos algo que te guste, y volvemos a estudiar", sugiere Alicia Fernández-Zúñiga.
- "Se lo he dicho ya..." Hay que repetir con firmeza (y sin ira), lo que esperamos de los niños.
- Nuestros abuelos decían siempre "no" (por seguridad) y los padres de hoy "sí" (por seguridad), señala Juul. Hay que decir "sí" o "no" por convicción. - Muchas familias apenas reconocen conflictos.

martes, 10 de marzo de 2009

Múltiples ventajas del 'sexo por la mañana'

Hay distintas maneras de despertar. Una de las más placenteras es con un rico desayuno en la cama, la otra es que lo desayunen a uno por la mañana.
De acuerdo a una investigación de la Universidad de la Reina en Belfast, una sesión de sexo de buenos días al menos tres veces por semana disminuye el riesgo de infartos y una sesión regular mejora la circulación, y disminuye la tensión arterial.
Y hablando de tensión, siempre en la mañana los hombres amanecen con mayor disposición a un encuentro. Por qué no aprovechar esa erección mañanera, no hay que desperdiciarla inútilmente
El sexo al despertar no sólo es placentero, también ayuda en el alivio de artritis y migraña. Se pueden quemar calorías, disminuye el riesgo de desarrollar la diabetes. Es mejor que salir a correr; es más barato, hay menos riesgo de lesiones, no necesitas ropa deportiva, exponerte a la lluvia, al frío o al calor extremo.
Arranca bien el día, sal de mejor humor al trabajo, llénate de energía. Sacrifica unos 15 minutos de sueño por placer y verás cómo te cambia la vida.
Sólo un consejo, si no te da tiempo de enjuagar tu boca, ten a la mano una pastilla o un chicle para refrescar el aliento. Dicho esto, no hay impedimento para empezar el día con una explosión de placer al darse los buenos días.

domingo, 8 de marzo de 2009

Mujer: ¿Quién eres?, Por Ma. del Rosario G. Prieto Eibl

La mujer es un misterio insondable: interioridad rica y oculta, complicada y maravillosa. Un misterio de grandeza por su capacidad de don, entrega, anhelo de perfección, aprecio y conservación de la vida.
Tu dignidad
A diferencia de los animales, el ser humano posee por esencia una naturaleza racional. La actividad que el ser humano realiza es una manifestación de las facultades que posee por su alma espiritual.
Digno es lo que tiene valor en sí mismo y por sí mismo. La persona por el simple hecho de ser persona es un ente amable, es decir, a una persona se le respeta, se le aprecia, se le ama, en cuanto es persona; solo por ser persona. Así, tu mujer, por ser persona posees una dignidad única que ha de ser respetada siempre.
El fundamento de la dignidad humana es el sujeto permanente, más para los cristianos, la última raíz de la dignidad humana reside en su carácter de imagen de Dios, llamado por El a participar de su gloria: “La razón más alta de la dignidad humana consiste en la vocación del hombre a la unión con Dios”. (Gaudium et Spes, n. 19)
Hay igualdad absoluta en la dignidad del hombre y de la mujer, pues la dignidad radica en la persona en cuanto es persona.
¿Cómo eres mujer?
La mujer tiene la misma dignidad del hombre, más tiene características específicas que hacen de la mujer, mujer. González, L. en su libro “Formación de Valores” menciona desde características generales, físicas, sensitivas, cognoscitivas, hasta volitivas, religiosas y morales de la mujer.
Citemos algunos de estas:
En lo general afirma que la mujer es bondadosa, perseverante, con deseos de ser sostenida y acompañada, con deseos de seguridad y de evitar riesgos, su máximo es amar y sentirse amada.
En lo físico, que la mujer está hecha para conservar la vida, recogerla, hacerla germinar, florecerla, perfeccionarla, posees instinto maternal y cuidado directo de los hijos, mayor sensibilidad a estímulos afectivos, voz de timbre agudo, complexión fina
En el ámbito sensitivo, menciona que la mujer es afectuosa con deseo de ser cortejada, capta lo particular, los detalles, lo pequeño, lo próximo.
En el ámbito cognoscitivo, sostiene que en la mujer predomina la captación por los sentidos, la intuición, tiende a lo subjetivo y personal, fija su atención en lo concreto, su pensamiento es profundo, vive de experiencias.
En el ámbito de la voluntad, comenta que la mujer es movida por la compasión y la misericordia, se le convence llegándole al corazón, vive por algo, se enfrenta con gran resistencia al sufrimiento.
En el ámbito religioso, la mujer trata de sentir más a Dios, ora con el corazón, es piadosa.
En el aspecto moral, es suave, tierna, apegada a sus principios, atenta, dócil, compasiva.
Estos son solo algunos ejemplos de ciertas características que, según el autor antes mencionado, predomina en la mujer por ser mujer, habrá que cultivarlas y hacerlas florecer ya que se encuentran en lo más íntimo de la belleza de aquella criatura capaz de dar la vida.
¿Cuál es tu misión?
De acuerdo a las características específicas de tu sexo (por naturaleza), tienes actividades propias de mujer.
Mujer, no puedes quedar descartada de ninguna actividad humana, en ninguno de sus aspectos, ya que por tu propia manera de ser –mujer-, le das aquel sentido vivo, maternal, acogedor y realizador que necesitan las obras de la tierra.
Si quieres cumplir tu misión debes ser “misterio” para el hombre; debes ser una mujer en todo el sentido de la palabra, una mujer de las que por lástima hoy hay pocas: una mujer de carácter, íntegra, cuyos principios de vida sean firmes y justos, cuya voluntad no se arredre ante las dificultades.
Una mujer de carácter HOY, en un tiempo en que sobran las mujeres de alma quebrada, que no sienten interés por ningún problema espiritual, cuya única preocupación parece ser qué traje usarán y cómo se peinarán.
Una mujer de carácter es aquella que tiene principios nobles y permanece firme en ellos, aun cuando esta perseverancia fiel le exija sacrificios; a pesar de millares y millares de ejemplos adversos y malos. Y esto se logra con una voluntad que hay que educar teniendo como fuerza un gran ideal.
Michel Quoist nos hace reflexionar cuando nos dice al hablar sobre la mujer, que lo que ella es para el hombre en la construcción del hogar, lo ha de ser para la sociedad en la construcción del mundo. Eres tu la que forma hombres, eres, quien debe recordar al mundo que sería monstruoso si desdeñara el alma humana; tu amor deberá estar presto a todos los sacrificios con tal de redimir y salvar a quien se pierde, debe ser testimonio del poder del amor redentor.
Mujer, has de hacer que el hombre se “CASE” con tus ideas, con tu dulzura, con tu gracia... para dar vida a las organizaciones, a las leyes, a los reglamentos y educar un mundo en el que los hombres puedan desarrollarse y alcanzar la más plena felicidad.
¿Qué quieres ser? ¿Casarte? ¿Ser madre? ¿Será otra tu vocación?
Al realizar la misión de mujer en el matrimonio, la primera responsabilidad es alegrar al hombre que en ti haya puesto su fe. Tú serás su alegría, su paz, su reposo.
Has de tener en cuenta que llevas en tu ser el don maravilloso de dar la vida, has de llevar y engendrar “lo humano”; no olvides nunca que es dándose a los otros en la vida diaria como descubrirás la vocación profunda de tu vida, tu ves al hombre con el corazón, transforma el suyo.Y ante todo mujer, sé siempre mujer y valora serlo, porque ser mujer es la maravilla más grande, es ser el alma de la humanidad, en tus manos está el recordarle al mundo entero que existe el amor y que es por lo único que vale la pena vivir y morir.

miércoles, 4 de marzo de 2009

El Matrimonio

El primer vínculo familiar que debemos fortalecer es horizontal: el del matrimonio. De él depende toda la familia. Debemos, pues, acercarnos a nuestro cónyuge, manifestándole amor y comprensión. El esposo debe amar y cuidar a su esposa, y la esposa debe aceptar al esposo como cabeza del hogar. «En todo caso, cada uno de ustedes ame también a su esposa como a sí mismo, y que la esposa respete a su esposo» (Efesios 5:33). La armonía conyugal viene cuando determinamos hacer a un lado el egoísmo. Es algo que obtenemos con esfuerzo. Pero a veces, aunque nos hemos esforzado por tener un buen matrimonio, algo pasa. Perdemos el primer amor que sentimos cuando nos casamos. ¿Qué podrá inyectar nueva vida en las venas de un matrimonio raquítico? ¿Qué puede una pareja introducirle a su matrimonio que le devuelva el calor que una vez tuvo?
Para empezar, deben traer a la memoria aquel día mágico en que como novios se pronun-ciaron esas palabras sagradas de unión eterna. Allí no hubo hipocresía. No hubo falsedad. Se dijeron que se amarían para siempre porque se querían de todo corazón. En ese momento encantador el tiempo se detuvo y dos corazones se convirtieron en uno. ¿Cómo se les iba a ocurrir que podría venir el día en que ese amor se enfriaría?Pero algo pasó. La ilusión se deshizo, y se apagó la chispa. ¿Qué hacer?
Juntos deben decidir que, pase lo que pase, su matrimonio no va a destruirse. El amor es el producto de una determinación, no de un sentimiento, y cuando los dos determinan que la separación no es, ni nunca será, una opción, esa determinación le dará a su matrimonio nueva esperanza. Uno de los peores males que padecemos en la actualidad es la idea de que el amor es algo que se siente nada más. A eso se debe que haya tantas separaciones y tantos divorcios. Cuando los casados dejan de «sentir» el amor de novios, suele suceder una de dos cosas: o se convencen de que ya se acabó su relación conyugal, o se valen de ese vacío emocional para justificar una relación extramatrimonial en la que sí vuelven a sentir ese amor excitante de antes. ¿Y qué es exactamente lo que sienten? La pasión sensual, que en demasiados casos no tiene relación alguna con el amor genuino.
¿Qué es, entonces, el verdadero amor? Es algo que se practica, como el deporte. Es algo que se ensaya, como la guitarra. Es algo que se mantiene, como el estado físico. Y es algo que se cultiva, como un jardín. ¿Por qué? Porque vale la pena. «Si … me falta el amor —afirma San Pablo—no soy nada.» En cambio, si tengo amor, tengo algo que se reproduce, pues «el amor jamás se extingue» (1 Corintios 13:2,8).
La pareja debe invertir tiempo en su matrimonio y no dejarlo al azar. ¡Pero que sea tiempo bien invertido! Eso incluye gozarse juntos, disfrutar de sanas diversiones juntos, pasar noches juntos con el televisor apagado, y compartir confidencias juntos.
Finalmente, deben perseguir las mismas metas espirituales: leer la Biblia juntos, orar juntos, ir a la iglesia juntos y buscar a Dios juntos. De lo contrario, estarán divididos. «Y si una familia está dividida contra sí misma —asegura Jesucristo—, esa familia no puede mantenerse en pie» (Marcos 3:25). Pero si, como familia espiritual, buscan «primeramente el reino de Dios y su justicia» (Mateo 6:33), Dios se encargará de bendecir su unión tanto en lo material como en lo espiritual.
Para los que se encuentran al borde del fracaso conyugal, es importante que comprendan que nunca es demasiado tarde para empuñar las riendas de su matrimonio a fin de salvarlo. Si le piden a Dios que los ayude, Él lo hará. Después de todo, Dios es el que diseñó el matrimonio, y siempre está dispuesto a repararlo. Pero es imprescindible que lo pongan en sus manos y le permitan hacerlo. Porque si no están dispuestos a cooperar con Él, poniendo de su parte para restablecer la armonía en su matrimonio, es probable que tengan que afrontar las siguientes consecuencias naturales.