1.- Comer juntos: Compartan por lo menos cuatro comidas juntos durante la semana. Apaguen
toda forma de tecnología durante la comida: televisión, computadora y mensajes
de texto.
Conversen acerca de
su día, sobre lo que está pasando en la escuela, en el trabajo y en la casa.
Tomen turnos
relatando algún tema, pregunta o historia divertida.
2.- Jugar juntos: Elija actividades únicas y divertidas para su familia.
Asegúrese que todos
participen. Busque salidas creativas que no impliquen ver televisión o juegos
de vídeo.
Celebre una “noche
familiar” semanalmente.
Incluya actividades
físicas como deportes y el hacer ejercicio.
3.- Asistan a la
iglesia y oren juntos: Denle la prioridad a
Dios.
Busque la sabiduría
de Dios en sus decisiones diarias.
Ponga el ejemplo para
sus hijos.
Demuéstreles a su cónyuge
y a sus hijos que ellos son importantes para usted y para Dios.
Encuentre una iglesia
en su vecindario donde puede escuchar la Palabra de Dios.
Ore por su cónyuge y
por cada uno de sus hijos.
4.- Invierta en sus
hijos: ¡Haga que sea divertido!
Dígales a sus hijos
que se siente orgulloso de ellos.
Anímelos a hacerle
preguntas.
Busque maneras de
combatir sus debilidades e inseguridades.
Asegúrese que su hijo
o hija sepa que espera de él o ella su mejor esfuerzo.
5.- Conozca el
quehacer de sus hijos y conozca a sus amigos: Comuníqueles que se involucra en sus vidas porque los ama, no sólo porque
quiere estar en control. Recuérdeles a sus hijos que somos moldeados por como
pasamos el tiempo y de quienes nos rodeamos.
Acordar una hora de
llegada a la casa y/o un plan de comunicación para fomentar la rendición de
cuentas.
Cree un ambiente
familiar donde los amigos de sus hijos sean bienvenidos.
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