“Encuentra una mujer de la que puedas decir: hubiera podido escogerla más bella pero no mejor”. Pitágoras de Samos
La mujer que prospera no es aquella mujer que ha alcanzado importantes posiciones en la escala social. Tampoco lo es aquella cuyas cuentas bancarias están llenas de dinero. Una mujer que prospera no es la que viaja mucho por el mundo, ni la que sale mucho en televisión. No es aquella que hace suspirar a todos cuando pasa a su lado. No es la mejor deportista, ni la más bella del planeta, tampoco lo es la más famosa.
Entonces, ¿Quién es una mujer que prospera?
1) La mujer que prospera disfruta de una prosperidad integral: no solamente invierte su tiempo en la búsqueda de metas económicas, profesionales o financieras, sino que cultiva las otras áreas de su vida (su relación de pareja, sus hijos, su familia, su vida espiritual, el desarrollo de habilidades personales, sus sueños).
2) La mujer que prospera reconoce que las metas no se pueden alcanzar en el corto plazo, que el camino hacia el bienestar económico no es una carrera de 100 metros, ya que la inversión de tiempo, talentos y tesoros para obtener beneficios económicos en el corto plazo no le llevan a la satisfacción personal.
3) La mujer que prospera disfruta de una vida abundante a lo largo de la ruta de la vida, comprendiendo que más que una carrera de velocidad, la vida es un maratón y que para llegar a la meta, debe administrar adecuadamente todos los recursos que posee y disfrutar el recorrido.
4) La mujer que prospera comprende que los bienes materiales no pueden satisfacer las necesidades emocionales y espirituales, que no llenan necesidades como la alegría, el amor o la paz.
5) La mujer que prospera comprende que la prosperidad integral no depende exclusivamente de su capacidad económica, sino de la forma en la que ha elegido vivir cada día y que esto tiene que ver más con una actitud del corazón y un estado del alma, que con el estado de una cuenta bancaria.
6) La mujer que prospera reconoce que la tarea más importante en la vida es justamente “vivir”. Donde vivir significa mucho más que sencillamente existir. Significa parar de correr detrás de las cosas materiales y superficiales y comenzar a perseguir las cosas más significativas de la vida.
7) La mujer que prospera en todas las demás áreas de su vida, logra como un resultado intrínseco la prosperidad material.
Características de la mujer que prospera:
1) Desarrolla su Vida Espiritual.
2) Cultiva un carácter triunfador.
3) Se conoce a Sí Misma.
4) Disfruta su rol como parte de una familia.
5) Impacta la vida de quienes le rodean.
6) Fomenta un carácter generoso.
1- Desarrolla su vida espiritual. La mujer que prospera desarrolla altos valores espirituales: La búsqueda de la prosperidad integral, incluye la prosperidad de nuestra mente, de nuestra alma y de nuestro espíritu. Para que haya prosperidad material debe existir primeramente una prosperidad interna, ligada a nuestra área espiritual.
¿Qué significa la prosperidad espiritual?
Significa haber encontrado la paz consigo misma, mediante la aceptación de lo uno es y el agradecimiento a ese Dios Creador que lo ha hecho todo y que nos formó así como somos. La prosperidad espiritual es encontrar sosiego en un mundo lleno de quebrantos, de circunstancias adversas y de esperanzas menguadas. La prosperidad espiritual es crecer en fe, sabiendo que cada paso que se da está acompañado de una fuerza mayor a las propias fuerzas, que hay un ser superior guiando y controlando todo lo que acontece en la vida. La prosperidad espiritual es entender que no tenemos el control, que no somos dueños de nada y que no se trata de nosotros. Que somos parte de un plan infinito, de un construir eterno guiado por la mano de Dios. Que tenemos un propósito que cumplir y que fuimos creadas y diseñadas para el cumplimiento de ese propósito. La prosperidad espiritual es sentirse llena a pesar de no tener todo lo materialmente soñado; es crecer en amor hacia una misma y hacia el prójimo.
Es levantarte cada mañana con una actitud de agradecimiento y de expectativa. Es entender que somos solo una parte ínfima de un vasto universo, pero que al mismo tiempo somos tan grandes e importantes para Dios. La prosperidad espiritual trae felicidad y llena la vida. La prosperidad espiritual prepara para disfrutar cada paso en la vida, los éxitos y los fracasos, los aciertos y los desaciertos. No importa lo que pase, Dios tiene un plan y somos sus instrumentos.
2) Desarrolla un carácter triunfador:
Carácter: La mujer que prospera desarrolla un carácter triunfador. Un carácter de firmeza y de fuerza interior que le permite tener claro sus metas, sus proyectos, sus sueños, sus anhelos. La mujer que prospera desarrolla un carácter que le permite tomar decisiones personales trascendentales, para administrar su vida, sus negocios, su familia. Un carácter para saber decir “sí” cuando haya que hacerlo o decir “no” cuando sea necesario. La mujer que prospera posee un carácter robusto, plagado de fortaleza pero lleno también de ternura y amor.
El carácter y las finanzas: La mujer que prospera desarrolla un carácter que le permite administrar de una forma sana sus finanzas y las de su hogar, convirtiéndose en una gerente de hogar. La mujer que prospera construye valores sobre los cuales rige sus actuaciones y toma sus decisiones.
Los valores que construyen una sana administración de las finanzas en el hogar son:
Comunicación: la mujer que prospera encuentra la forma de comunicarse efectiva y transparentemente con su esposo y su familia. Comunica y comparte sus planes, sus sueños, sus inquietudes. Planean juntos y establecen metas financieras en familia. La prosperidad económica del hogar dependerá del grado de comunicación que se pueda tener en el hogar y la mujer también juega un rol preponderante en abrir estos canales de comunicación y crear los lazos de unión y propósitos mutuos que muevan a la familia hacia una misma dirección.
Orden: La mujer que prospera tiene un plan para controlar la forma en la que maneja el dinero. Tanto en su negocio como en su casa, domina al dinero y no deja que el dinero le domine a ella.
Discernimiento: La mujer que prospera tiene prudencia para diferenciar entre necesidades, deseos y lujos. Alcanza la prosperidad material al satisfacer primeramente sus necesidades y luego, los deseos. Los lujos quedarán en último lugar, solamente en caso de que se tengan los recursos económicos disponibles para hacerlo.
Perseverancia: La mujer que prospera desarrolla el valor de ser constante y paciente. Aplica el concepto de “paciencia perseverante”, que es una paciencia en movimiento, diligente. Es una perseverancia a través del tiempo. Es ver la vida como una “carrera de larga distancia” en la cual se necesita constancia para no rendirse ante las circunstancias. La perseverancia que le permite levantarse después de una caída, sacudirse el polvo y seguir adelante.
Confucio decía: “Nuestra mayor gloria no está en que nunca hemos fallado, sino en que cada vez que fallamos nos hemos levantado”.
Dominio propio: La mujer que prospera desarrolla el valor del buen comportamiento, es decir, del dominio propio.
Sin él, es imposible poder poner en práctica principios para alcanzar la prosperidad integral. Un antiguo proverbio chino dice: “Aquel que conoce a otros es sabio, aquel que se conoce a sí mismo es un iluminado. Aquel que conquista a los demás tiene poder físico; aquel que se conquista a sí mismo es verdaderamente fuerte”.
3) Se conoce a sí misma: La mujer que prospera conoce muy bien los tesoros que lleva por dentro. Ha entendido que Dios le ha hecho especial, que le ha creado con diferentes dones y habilidades. El conocimiento de sí misma permite a la mujer desarrollar todas sus potencialidades, explotar todos sus dones y sacar lo mejor de sí. La mujer que logra conocerse a sí misma sabe hasta dónde puede llegar, cuáles son sus limitaciones y cuáles son sus fortalezas. Logra alcanzar sus sueños basada en el uso de sus propias habilidades personales. La mujer que prospera desarrolla sus habilidades personales.
¿Qué implica el desarrollo de las habilidades personales?
1. Emprendimiento: es la capacidad de iniciar un proyecto, un negocio o un plan, basada en su instinto natural de crear. La mujer emprendedora conoce muy bien lo que desea alcanzar y se lanza en la búsqueda de las oportunidades que le permitirán cumplir sus sueños.
2. Búsqueda de negocios: es darse la oportunidad de desarrollar sus habilidades personales a través del establecimiento de negocios propios o familiares que vengan a llenar necesidades del hogar y aportar económicamente a elevar la calidad de vida de sus seres queridos.
3. Estudiar: El estudio es la forma de mejorar su calidad de vida y la de quienes le rodean, además de proveer autosatisfacción y ayudar al alcance sus metas y sueños propios.
4. Profesionalizarse: una mujer en búsqueda de la prosperidad integral sabe que lo que realiza debe hacerlo bien, es más, debe hacerlo dando lo mejor de sí misma. Por ello buscará la forma de profesionalizarse, creciendo así en su vida personal y en su madurez como profesional en cualquier área que se desempeñe.
5. Otras áreas de habilidades personales pueden ser, convertirse en una artista, crear con sus manos, desarrollar actividades como pintura, manualidades, cocina, agricultura, escultura, etc. La mujer que prospera siempre tendrá nuevas ideas y deseos en su corazón para desarrollar ese potencial que Dios le ha dado.
4-Disfruta de su rol como parte de una familia: La mujer que prospera ha logrado poner las prioridades en su lugar, y por eso ha entendido que la familia está en el corazón de Dios. Que su rol y función más importante es amar y cuidar los tesoros que Dios ha puesto en sus manos: su esposo, sus hijos, sus padres, hermanos y familiares.
La mujer que prospera logra entender que todo cuanto ella pueda alcanzar en la vida NO debe anteponerse al bienestar de su familia. Que no puede existir nada en el mundo que desplace ese rol tan importante, el ser uno de los pilares del hogar.
Algunos principios que la mujer próspera ha desarrollado en cuanto a su rol de madre y esposa son los siguientes:
1) Su familia es su prioridad.
2) El desarrollo de sus habilidades personales debe estar equilibrado con el desempeño de sus funciones como madre y esposa.
3) Los valores que rigen su vida no le permiten anteponer el dinero o la obtención de la prosperidad material por encima de las necesidades de su familia.
4) Ha comprendido que su rol es diferente al de su esposo, que Dios les ha hecho diferentes para que se complementen y se ayuden mutuamente.
5) Ha desarrollado habilidades excepcionales para atender sus diferentes necesidades, y por lo tanto las de su familia.
6) Comprende lo que ella significa en el hogar: Primero, ella es parte importante del núcleo del hogar. Segundo, ella es un modelo a seguir para sus hijos e hijas.
5- Impacta la vida de quienes le rodean: Una mujer próspera definitivamente dejará un legado en todos aquellos que le rodean, principalmente en sus hijos. Ella se ganará el respeto de sus hijos y desarrollará relaciones saludables con las personas que le rodean. Logra la admiración de su esposo, de sus hijos, de sus familiares, de sus amigos, compañeros y colegas. La mujer alcanza el éxito impulsada por el amor de y hacia su familia y por el respeto de sus cercanos, quienes comparten sus éxitos como propios.
La mujer que prospera edifica la vida de las personas que están a su alrededor. El aporte más valioso para la edificación de la vida de las personas que están a su alrededor es su ejemplo de vida. Ella se convierte en el modelo que todos quieren imitar y de esta forma aporta en la construcción de otras vidas.
Formas de impactar vidas: La mujer que prospera se vale de todas las oportunidades posibles para dejar huella en sus hijos. Enseñando a sus hijos con las palabras, con el ejemplo y compartiendo experiencias con ellos.
¿Qué podemos enseñar a nuestros hijos?
1) A amar a Dios: este es el mejor legado que podemos dejar a nuestros hijos. Una mujer que prospera y que tiene una relación intima con Dios impactará con su amor la vida de sus hijos. Lo más importante es saber que cuando mamá ya no esté, vayan donde vayan, los hijos tendrán el amor de Dios en sus vidas y sabrán a quién acudir cuando las cosas no van bien y a quién agradecer cuando su vida florece.
2) Sobre finanzas: la mujer que ha prosperado evitará que la siguiente generación repita los errores que muchos adultos han cometido en temas de finanzas. Les enseñará a sus hijos valores financieros tales como:
a. La gratitud
b. Dar generosamente
c. El ahorro
d. Cómo gastar sabiamente
e. Evitar endeudarse
f. El valor del trabajo
g. Vivir su vida dentro de sus posibilidades y no por encima de ellas.
3) El valor del trabajo: éste es una bendición en la vida de toda persona. Enseñar a nuestros hijos el valor del trabajo es un legado fundamental que toda mujer debe heredar a sus niños. Valores como la dedicación, la motivación, la disciplina y el entusiasmo harán de toda mujer prosperada un gran ejemplo para que sus hijos aprendan a amar el trabajo.
4) El respeto: el respeto es un valor esencial para el desarrollo sano de las relaciones humanas. El respeto a sí mismo, a las autoridades superiores, el respeto a las normas y reglas sociales, el respeto a los demás, a los bienes y posesiones de otros. Una madre prosperada será un gran ejemplo para sus hijos en cuanto al respeto hacia ella misma y hacia todo el ordenamiento impuesto por Dios en el Universo.
5) Descubrir los talentos y los dones: Una de las principales funciones de la madre será ayudar a sus hijos a descubrir y explotar sus dones y talentos personales. Desarrollar sus potencialidades y encontrar su misión en el mundo. Esta importante función de la mujer que prospera dejará huella en la siguiente generación, permitiendo que sus hijos encuentren la felicidad y el éxito. Entendiendo que Dios les ha creado en forma especial para alcanzar metas y sueños propios.
6-Desarrolla un carácter generoso: La mujer que prospera “alarga su mano al pobre, y extiende sus manos al menesteroso”. La diferencia entre una mujer exitosa que simplemente ha acumulado mucho dinero y una mujer que ha aprendido a ser próspera también en el área de la generosidad, es que la segunda tiene sentido de realización y trascendencia. Un corazón generoso tiene lo que se necesita para ser feliz, sabe vivir desapegado de los bienes materiales y valora las cosas importantes de la vida.
Cualquiera que sea la posición de una mujer, debe aprender a compartir lo que tiene. Si no lo hace, morirá poco a poco como persona. El ser humano ha sido diseñado para compartir lo poco o lo mucho que tiene, las alegrías y las tristezas. El egoísmo o la avaricia no nos caen muy bien al espíritu. Veamos un ejemplo de esto, el Mar Muerto se encuentra a 398 metros debajo del nivel del mar y el río Jordán entrega a este mar más de seis millones de metros cúbicos de agua por día (6 millones mts cúbicos). Sin embargo, tiene un problema, solamente recibe agua, nunca la da. Es por esta razón que el Mar Muerto (en Israel) está literalmente muerto, porque el agua se estanca y con la evaporación que produce el sol del desierto la concentración de sal aumenta. La concentración normal de sal en el océano es del 2% al 3%, mientras que la concentración de sal en el Mar Muerto es del 24% al 26%, además del magnesio y el calcio. Por esto no hay vida allí. Con sus 1000 kilómetros cuadrados de superficie, es grande, rico en minerales y es probablemente el mar más conocido del mundo. Sin embargo, ha perdido la vida; está vacío en su interior. Esto nos enseña que el DAR, luego de RECIBIR, es un proceso vital para permitir mantener la frescura de nuestro corazón.
Conclusión
¿Cómo puedo ser una mujer Prosperada?
1- Toda mujer debe entender que es especial ante los ojos de Dios. Que ha sido creada con dones y talentos, es decir, con tesoros internos, para su provecho, su bienestar y para el servicio de sus semejantes.
2- Ser una mujer próspera es un proceso. No es un estado en el tiempo, es un continuo aprendizaje y crecimiento interno. El tiempo y la madurez son los mejores aliados en la búsqueda de la prosperidad integral. El llegar a ser una mujer prospera, es un trabajo que dá frutos solamente con la perseverancia, la constancia y con el paso de los años.
3- La mujer prosperada reconoce el valor de su pareja. Comprende que Dios ha diseñado un plan perfecto entre un hombre y una mujer. Que ambos son complemento uno del otro, que no hay competencia entre ellos, sino una relación de apoyo y compromiso juntos.
4- Algunas circunstancias en la vida llevan a muchas mujeres a enfrentar la vida solas, quizás al frente de un hogar, un trabajo y a cargo por completo de los hijos. Estas mujeres pueden salir adelante porque Dios les ha dado la fuerza, la actitud y las aptitudes necesarias para llegar a convertirse en mujeres triunfadoras.
5- Una mujer prosperada tiene derecho a llorar, a sentirse desanimada, cansada o incluso muchas veces frustrada. Esto no significa que ha sido derrotada. Al contrario, esto significa que es sensible, tierna y que tiene un corazón dispuesto al cambio.
6- Se vale fracasar: Lo importante es levantarse de nuevo y seguir adelante.
“Mujer virtuosa: ¿Quién la hallará? Pues su valor sobrepasa largamente al de las piedras preciosas…”. (Proverbios 31:10).