Los Hijos y la Disciplina
El padre piadoso no permite que su deseo
natural de tener buena relación con sus hijos le detenga de su responsabilidad
de gobernar su casa con justicia. Tenemos que aceptar el rechazo temporal de
nuestros hijos después que les hemos castigado. No debe ser permitido, bajo
ninguna circunstancia, ceder a la hostilidad. Es por eso que tenemos la
autoridad y poder paterno. Es un error ceder a berrinches, súplicas vacías, o
soborno. En cambio, no es justo hacer que nuestros hijos sean la válvula de
escape para nuestro enojo o dolor emocional.
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