Existen dos grandes obstáculos que nos pueden impedir
este logro.
2. Apagar el Espíritu
Santo en nuestra vida (1 Tesalonicenses 5:19). El Espíritu Santo se apaga de tres maneras: quitando el calor, el
oxígeno, o el combustible.
El calor
es el ministerio de "unos a otros", la comunión de cristianos.
El oxígeno
es la vida interna de gozo, oración y fe.
El combustible
es la Palabra de Dios que debemos oír, estudiar y aplicar a la vida.
Lo que me quita estos
elementos es la negligencia.
Todo
aquel que tiene problemas en cumplir con sus deberes en el matrimonio, es
porque esta disminuyendo en su vida devocional. Al volvernos a la vida
devocional aprendemos la verdad y es cuando tenemos la mente de Cristo. Esto no
es una garantía de que no tendremos ningún problema matrimonial, pero sí
garantiza cimientos fuertes.
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