El nivel espiritual de
tu hogar es proporcional a la cantidad y la calidad de tiempo pasado con Dios
en devoción y oración. Es como las raíces de un árbol. No se ven pero son el
sostén de todo lo demás.
Todo matrimonio que se
dice cristiano y sus cónyuges no tienen una buena vida devocional es una bomba
de tiempo.
Es imprescindible que
los esposos busquen la calidad de la vida espiritual como individuos y como
pareja.
En (Efesios 5)
donde Pablo nos enseña sobre la vida conyugal, antes nos enseña a tener una
buena vida espiritual. En el (versículo
18) subraya la necesidad de ser llenos del Espíritu de
Dios. En el (versículo 21) habla de una mutua sumisión unos a otros. Y en
seguida nos habla sobre la vida matrimonial en el (versículo 22).
En (Colosenses
3) dice
que tenemos que morir con Cristo para poder vivir la vida santa, matando y
quitando las cosas viejas (versículo 5), y poniéndonos el nuevo hombre con todo el fruto
del Espíritu Santo. En el (versículo 16) manda que la Palabra de Cristo more en abundancia
en nosotros. Entonces pasa a enseñarnos cómo debemos vivir para con nuestro
cónyuge. El propósito de Cristo es llenarnos,
controlarnos, dirigirnos y ayudarnos en nuestra vida de pareja.
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