El descuido de los deberes escolares difícilmente demora mucho antes de hacerse notar en el rendimiento académico y en las calificaciones de los niños y niñas. Es razonable y necesario que los padres tengan una sana expectativa respecto al cumplimiento de sus hijos en lo que se refiere a sus tareas, a su preparación para exámenes y a la obtención de resultados satisfactorios en lo concerniente a su educación. Como es evidente, no basta con que los niños asistan a la escuela: es necesario que asimilen y aprovechen las herramientas que el aprendizaje escolar les brinda.
Sin embargo, el que un niño o niña obtenga notas altas, cumpla con todas sus responsabilidades y responda con madurez a las demandas de la escuela no es una condición que se da repentinamente. El ayudar a los hijos con las tareas escolares es un desafío que, de ser abordado en una forma acertada, permitirá que la vivencia familiar enriquezca la formación humana de los hijos, mientras los va constituyendo como personas responsables y organizadas.
El motivo de las tareas
Es posible que, en algún momento, las tareas escolares se hayan considerado, inclusive por los padres, como un requisito necesario pero sin mucho sentido.
Muchas personas se cuestionan si el mantener la metodología de “llevar deberes escolares a la casa” es funcional o efectivo. No obstante, existen razones que defienden la realización de tareas como un ejercicio positivo. Algunas de estas razones son:
• Aseguran que los niños tengan éxito en la escuela: El porcentaje evaluativo de trabajos para desarrollar en la casa puede servir como un rubro que equilibre otras áreas de evaluación, como los exámenes.
• Profundizan y fortalecen los conocimientos vistos en el aula: Trabajar contenidos vistos en clase fuera del contexto del aula obligan a los niños a ampliar la comprensión de la materia a su propia lectura y asimilación.
• Les enseñan a sus niños a ser responsables: parte de la formación humana que le permitirá a los niños apropiarse de sus obligaciones.
• Los niños y niñas aprenden a seguir instrucciones, trabajar por su cuenta y organizar el tiempo: El realizar trabajos escolares es una de las actividades que facilitará, adicionalmente, el desarrollo de estas otras habilidades.
• Son el vínculo clave que existe entre el hogar y la escuela: razón por la que las tareas permiten a los padres tomar un lugar importante en el proceso de aprendizaje que sus hijos están viviendo, no solo en lo académico, sino también enterándose de la convivencia con sus maestros y compañeros, con quienes pasan una gran porción de su día.
La responsabilidad de los hijos y el lugar de los padres
La forma de permitir a los niños el aprovechamiento de las tareas consiste en dejar la responsabilidad de los deberes escolares en sus manos. Es muy importante que el niño o niña tengan conciencia de que el protagonista y principal responsable del desenlace de sus calificaciones es él (ella) mismo (a).
Entonces, ¿se debe dejar a los niños solos, en el aprendizaje de las destrezas que les permitan desarrollar sus tareas en una forma apropiada? Es importante reconocer el rol fundamental de los padres en la formación de sus hijos, aún en la dimensión de lo escolar. Los padres son el enlace Hogar-Escuela, que velan en forma indirecta por lo que es la vivencia escolar de sus hijos. Son, ante todo, modelos y guías de valores como la responsabilidad, la diligencia y el esfuerzo.
Son los principales supervisores del cumplimiento de las responsabilidades de sus hijos, aún cuando los niños y niñas son los ejecutores de las mismas.
Finalmente, los padres son importantes motivadores y animadores para los niños y niñas. Las palabras de aliento y de elogio que vienen de los padres tienen especial repercusión en las creencias de los niños acerca de sí mismos y del mundo, así como en la construcción de su seguridad personal.
Forjando hábitos en los hijos
El forjar hábitos en los hijos es uno de los principales regalos que, como padres, pueden brindarse a los niños y a las niñas. En la realización de tareas escolares y en el desarrollo de otras responsabilidades académicas, difícilmente se podrá convivir “saliendo del paso” únicamente con las urgencias inmediatas.
Es fundamental que los niños y las niñas se apropien de hábitos y de herramientas que conviertan las responsabilidades escolares en una parte de sus vidas que están acostumbrados a sacar adelante en una forma apropiada. El forjar hábitos en los niños y niñas implica:
1. Explicar porqué el hábito es importante.
2. Ser claro y concreto respecto al hábito que se quiere forjar.
3. Negociar las recompensas y consecuencias del cumplimiento del hábito.
4. Mantener los acuerdos en forma consistente.
5. Evaluación de los resultados.
El aplicar la enseñanza de hábitos a la realización de las tareas requiere también de ciertas destrezas que, como padres, se pueden ir inculcando en los hijos. Las condiciones que se describirán a continuación son las idóneas. Sin embargo, lo principal es el mensaje consistente de la responsabilidad y el orden como principios que permitirán llevar adelante las tareas tanto académicas, como familiares y personales.
Necesidades básicas para la realización de las tareas
El realizar tareas requiere de algunas condiciones que permitan un mejor desempeño. Para los niños y niñas, lo más recomendable es que tengan un lugar y tiempo establecido y constante para el estudio.
El mantenimiento de estas condiciones es un desafío que implicará el compromiso de los niños y, a la vez, firmeza amorosa por parte de los padres. Es fundamental permitir que los niños aprendan a hacer sus tareas solos, a la vez que se vela porque el horario de estudio y el cumplimiento de las responsabilidades se lleven a cabo. Las ocupaciones de la vida diaria pueden diluir el propósito de forjar el hábito de estudio, a menos que éste se inserte en forma consistente y perseverante en la vida familiar.
El estudio diario y las técnicas de estudio
Además de las tareas, el estudio diario es el hábito que permitirá a los niños y a las niñas apartar un lugar periódico y constante para responder a las demandas escolares. El estudio diario debe ser programado, es decir, planeado con anticipación; ordenado, lo que significa cubrir las diferentes materias y asignaturas, y consistente, es decir, debe ser mantenido a lo largo del tiempo.
En cuanto a las técnicas de estudio que pueden asignarse a los niños están la lectura, el subrayado, los resúmenes, los esquemas, los apuntes, las fichas, y las guías de estudio o listado de preguntas.
Consejos prácticos ante los exámenes
Algunos consejos prácticos para administrar el estudio en la preparación para un examen, especialmente si se trata de una materia difícil para el niño o niña, consisten en revisar junto con el niño o niña los siguientes puntos:
• ¿Qué abarcará la prueba?
• Organizar todo el material. Si la materia está incompleta, procurar completarla con tiempo.
• Programar el tiempo para estudiar.
• Llevar la cuenta de los avances a medida que se aproxima a la fecha de la prueba.
A medida que la prueba se acerque, la supervisión del estudio es tan importante como el motivar y dar ánimo a los niños y niñas. De esta manera, la realización de exámenes no se verá como un evento atemorizante y amenazador, sino, más bien, como actividades cotidianas y necesarias que se sobrellevan con organización y diligencia.
Conclusión
Sin embargo, el que un niño o niña obtenga notas altas, cumpla con todas sus responsabilidades y responda con madurez a las demandas de la escuela no es una condición que se da repentinamente. El ayudar a los hijos con las tareas escolares es un desafío que, de ser abordado en una forma acertada, permitirá que la vivencia familiar enriquezca la formación humana de los hijos, mientras los va constituyendo como personas responsables y organizadas.
El motivo de las tareas
Es posible que, en algún momento, las tareas escolares se hayan considerado, inclusive por los padres, como un requisito necesario pero sin mucho sentido.
Muchas personas se cuestionan si el mantener la metodología de “llevar deberes escolares a la casa” es funcional o efectivo. No obstante, existen razones que defienden la realización de tareas como un ejercicio positivo. Algunas de estas razones son:
• Aseguran que los niños tengan éxito en la escuela: El porcentaje evaluativo de trabajos para desarrollar en la casa puede servir como un rubro que equilibre otras áreas de evaluación, como los exámenes.
• Profundizan y fortalecen los conocimientos vistos en el aula: Trabajar contenidos vistos en clase fuera del contexto del aula obligan a los niños a ampliar la comprensión de la materia a su propia lectura y asimilación.
• Les enseñan a sus niños a ser responsables: parte de la formación humana que le permitirá a los niños apropiarse de sus obligaciones.
• Los niños y niñas aprenden a seguir instrucciones, trabajar por su cuenta y organizar el tiempo: El realizar trabajos escolares es una de las actividades que facilitará, adicionalmente, el desarrollo de estas otras habilidades.
• Son el vínculo clave que existe entre el hogar y la escuela: razón por la que las tareas permiten a los padres tomar un lugar importante en el proceso de aprendizaje que sus hijos están viviendo, no solo en lo académico, sino también enterándose de la convivencia con sus maestros y compañeros, con quienes pasan una gran porción de su día.
La responsabilidad de los hijos y el lugar de los padres
La forma de permitir a los niños el aprovechamiento de las tareas consiste en dejar la responsabilidad de los deberes escolares en sus manos. Es muy importante que el niño o niña tengan conciencia de que el protagonista y principal responsable del desenlace de sus calificaciones es él (ella) mismo (a).
Entonces, ¿se debe dejar a los niños solos, en el aprendizaje de las destrezas que les permitan desarrollar sus tareas en una forma apropiada? Es importante reconocer el rol fundamental de los padres en la formación de sus hijos, aún en la dimensión de lo escolar. Los padres son el enlace Hogar-Escuela, que velan en forma indirecta por lo que es la vivencia escolar de sus hijos. Son, ante todo, modelos y guías de valores como la responsabilidad, la diligencia y el esfuerzo.
Son los principales supervisores del cumplimiento de las responsabilidades de sus hijos, aún cuando los niños y niñas son los ejecutores de las mismas.
Finalmente, los padres son importantes motivadores y animadores para los niños y niñas. Las palabras de aliento y de elogio que vienen de los padres tienen especial repercusión en las creencias de los niños acerca de sí mismos y del mundo, así como en la construcción de su seguridad personal.
Forjando hábitos en los hijos
El forjar hábitos en los hijos es uno de los principales regalos que, como padres, pueden brindarse a los niños y a las niñas. En la realización de tareas escolares y en el desarrollo de otras responsabilidades académicas, difícilmente se podrá convivir “saliendo del paso” únicamente con las urgencias inmediatas.
Es fundamental que los niños y las niñas se apropien de hábitos y de herramientas que conviertan las responsabilidades escolares en una parte de sus vidas que están acostumbrados a sacar adelante en una forma apropiada. El forjar hábitos en los niños y niñas implica:
1. Explicar porqué el hábito es importante.
2. Ser claro y concreto respecto al hábito que se quiere forjar.
3. Negociar las recompensas y consecuencias del cumplimiento del hábito.
4. Mantener los acuerdos en forma consistente.
5. Evaluación de los resultados.
El aplicar la enseñanza de hábitos a la realización de las tareas requiere también de ciertas destrezas que, como padres, se pueden ir inculcando en los hijos. Las condiciones que se describirán a continuación son las idóneas. Sin embargo, lo principal es el mensaje consistente de la responsabilidad y el orden como principios que permitirán llevar adelante las tareas tanto académicas, como familiares y personales.
Necesidades básicas para la realización de las tareas
El realizar tareas requiere de algunas condiciones que permitan un mejor desempeño. Para los niños y niñas, lo más recomendable es que tengan un lugar y tiempo establecido y constante para el estudio.
El mantenimiento de estas condiciones es un desafío que implicará el compromiso de los niños y, a la vez, firmeza amorosa por parte de los padres. Es fundamental permitir que los niños aprendan a hacer sus tareas solos, a la vez que se vela porque el horario de estudio y el cumplimiento de las responsabilidades se lleven a cabo. Las ocupaciones de la vida diaria pueden diluir el propósito de forjar el hábito de estudio, a menos que éste se inserte en forma consistente y perseverante en la vida familiar.
El estudio diario y las técnicas de estudio
Además de las tareas, el estudio diario es el hábito que permitirá a los niños y a las niñas apartar un lugar periódico y constante para responder a las demandas escolares. El estudio diario debe ser programado, es decir, planeado con anticipación; ordenado, lo que significa cubrir las diferentes materias y asignaturas, y consistente, es decir, debe ser mantenido a lo largo del tiempo.
En cuanto a las técnicas de estudio que pueden asignarse a los niños están la lectura, el subrayado, los resúmenes, los esquemas, los apuntes, las fichas, y las guías de estudio o listado de preguntas.
Consejos prácticos ante los exámenes
Algunos consejos prácticos para administrar el estudio en la preparación para un examen, especialmente si se trata de una materia difícil para el niño o niña, consisten en revisar junto con el niño o niña los siguientes puntos:
• ¿Qué abarcará la prueba?
• Organizar todo el material. Si la materia está incompleta, procurar completarla con tiempo.
• Programar el tiempo para estudiar.
• Llevar la cuenta de los avances a medida que se aproxima a la fecha de la prueba.
A medida que la prueba se acerque, la supervisión del estudio es tan importante como el motivar y dar ánimo a los niños y niñas. De esta manera, la realización de exámenes no se verá como un evento atemorizante y amenazador, sino, más bien, como actividades cotidianas y necesarias que se sobrellevan con organización y diligencia.
Conclusión
El asumir el reto de brindar a sus hijos hábitos y herramientas para que el estudio sea una parte cotidiana y constante en sus vidas es una empresa desafiante y de mucha dedicación y perseverancia. Es, verdaderamente, un regalo de un gran valor formativo y humano que también fortalecerá el intercambio entre padres e hijos, profundizando su relación. Las tareas escolares inmediatas, los exámenes y proyectos irán pasando con el tiempo, pero los valores de la responsabilidad, la obediencia y el acompañamiento en el cumplimiento de los deberes permanecerán en las vidas de los niños. ¡Adelante!
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