Durante el noviazgo el romance fluye naturalmente, se
espera con anhelo cada oportunidad de compartir con la pareja y se disfruta
cada minuto de estos encuentros. Sin embargo, con frecuencia,
después de varios años de matrimonio el romance tiende a desvanecerse y las
parejas se preguntan ¿Qué paso con aquel maravilloso romance vivido
durante el noviazgo?
Es normal que todo matrimonio enfrente distintas
etapas, que el amor madure y se transforme, sin embargo, existen elementos en
la dinámica de la pareja que los han acercado desde el inicio de su relación y
otros que tienden a separarlos. Por lo tanto, el secreto de mantener el romance está en procurar mantener y aún
mejorar los elementos positivos y modificar aquellos que perjudican la
relación.
Sin embargo, este proceso discriminatorio y de
constante modificación, debe ser un acto consciente, una decisión que puede ser
definida como la decisión diaria de amar al cónyuge, manteniendo así vivo
el romance a pesar de los momentos difíciles, y las adversidades por las
que atraviesa todo matrimonio. Esta constante renovación producirá el
crecimiento de la relación de pareja, evitando el aburrimiento y la rutina,
enemigos número uno del romance.
Generalmente se identifica al amor como un sentimiento
exacerbado que produce inclusive reacciones físicas, como lo son las
sensaciones en el estomago o “mariposas en el estómago”, sin embargo el
verdadero amor va mucho más allá de estos sentimientos y sensaciones puramente
físicas, el amor verdadero es un acto consiente de honor, de sacrificio y de
estima hacia la pareja sin importar cual sea el costo. Lejos de la
creencia general, el amor no se produce espontáneamente, y se mantiene o deja
de existir de la misma manera, el amor y el romance deben de ser cultivados día
a día.
Dentro de las razones más comunes por las que
las parejas suelen distanciarse están los resentimientos y heridas que se
dejan sin resolver al pasar del tiempo, destruyendo el respeto y la estima que
se sentía por el cónyuge; así también, uno de los aspectos más comunes que
produce la pérdida del romance es el focalizar el romance únicamente a la
intimidad física.
Al acercarse al cónyuge la meta no debe ser
solamente la intimidad sexual, es importante desarrollar una
relación de amistad, la cual debe de ser edificada día a día,
tomándose el tiempo necesario para conocer cuáles son los gustos y
necesidades del cónyuge. Cuando la pareja experimenta la sensación de sentirse
valorado, respetado y comprendido, le será más fácil acercarse con confianza
para compartir sus necesidades, y así se irá desarrollando este vínculo de
amistad que une cada vez más a la pareja. Saber realmente quien es esa
persona con la que se vive, interesarse por su vida y sus sentimientos y
darle un lugar de valor conduce a establecer una verdadera relación
de honor.
Existen elementos y actitudes que definitivamente aumentarán el romanticismo y acercarán a la pareja:
Ø Construir caminos juntos a partir de
metas comunes, desarrollando la habilidad de motivarse mutuamente y
fortalecerse el uno al otro.
Ø Tomar tiempo para demostrarse su
amor, por medio de besos, abrazos, gestos y palabras positivas, haciendo crecer
en la pareja la aceptación, el ánimo y la estima.
Ø Planear y compartir tiempo a solas.
Ø Mantener día a día los
pequeños detalles y las expresiones de afecto, creando la necesidad de
estar juntos.
Habrá que recordar que en los momentos difíciles es muy importante mantener el compromiso de amar a la pareja, pues es cuando se desarrolla la solidaridad y la compasión en la pareja. Así también uno de los aspectos más valiosos para acercar a la pareja es poder reconocer cuando se ha herido u ofendido al cónyuge, y pedir perdón, procurando un cambio de actitud que permita sanar la relación.
El acercarse a la
pareja es un acto de voluntad que crece cuando se decide amar y perdonar al
otro a pesar de la adversidad, teniendo en gran estima a la persona amada.
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