Visión y Misión

Visión.
Ser líder en la orientación y fortalecimiento de las familias dentro y fuera de la iglesia en la República Dominicana.

Misión.
Orientar a los miembros de la familia en el concepto de la verdadera relación y responsabilidad familiar para tener un hogar saludable, a través de la palabra de Dios.

Versículo del día

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sábado, 31 de enero de 2009

Balas son simpre balas

La escena ocurrió en Israel, en el territorio de la ribera occidental del río Jordán conocido como Cisjordania. Un jovencito de catorce años de edad tomó una piedra de la calle. Junto con él había doce compañeros más, todos con piedras en las manos, todos temblando de ira, y todos protestando a gritos. Y enfrente de ellos había un pelotón de soldados israelíes. Todos los jovencitos eran árabes.
De repente los soldados israelíes abrieron fuego. Dijeron que su intención no era matar. Sólo querían asustarlos. Para eso habían cargado sus armas con balas que no eran de plomo sino de plástico. Pero dadas ciertas circunstancias, las balas de plástico también matan. Una de ellas entró por el ojo del jovencito y se alojó en su cerebro. El niño quedó muerto en la calle. Sus compañeros huyeron.
No queriendo matar sino sólo amedrentar, el ejército israelí había adoptado una nueva táctica: usar balas que no son de plomo. Primero fueron balas de goma. Estas golpean sin rasgar la piel, pero son de corto alcance, así que no sirvieron. Después pasaron a las de plástico. Las de plástico pueden herir la piel, pero se espera que no maten. Sin embargo, en este caso la bala de plástico resultó tan mortífera como la de plomo. Es que balas son siempre balas.
Hay otras balas que también son siempre balas. Me refiero a las palabras hirientes, que no sólo causan heridas sino que pueden incluso matar.
Conozco a un hombre que adquirió, quien sabe cómo, el mal hábito de decirle tonta a su esposa. Con cualquier cosa que hiciera la señora, que a él no le cayera bien, él lanzaba balas hirientes como: “¿Cuándo vas a usar tu cabeza, tonta?” Después de algún tiempo de tratarla así, ella le pidió el divorcio. El matrimonio murió. El bienestar psicológico y emocional de los niños pequeños, que necesitaban de un hogar, quedó también muerto, y la señora quedó destruida.
¿Cómo son nuestras palabras? ¿Son de goma, de plástico o de plomo? Lo cierto es que poco importa. Cuando la intención es dañar, aun con palabras como “querida” o “amor”, pero con tono sarcástico y de rabia, se puede matar. Poco importa que las palabras sean de goma o de plástico o de plomo. Lo mismo matan.
Sólo Jesucristo puede cambiar nuestras palabras y el tono con que las decimos, transformando el corazón. Él dijo: “De la abundancia del corazón habla la boca” (Mateo 12:34). Entreguémosle nuestro corazón a Cristo. Él quiere renovarlo.

lunes, 26 de enero de 2009

Estudiar con éxito, Por: Elena Calderón

La manera en que cada persona estudia depende en gran medida de sus características personales, de sus intereses y de la asignatura en cuestión. Sin embargo, existen ciertos elementos que deben tomarse en cuenta para lograr que los periodos de estudios sean provechosos.
1. El aprendizaje es un compromiso personal
Es común escuchar que los estudiantes que no consiguen buenas calificaciones, hagan comentarios sobre factores externos como el o la docente, la dificultad del examen o la “mala suerte”, como las causas de su falta de éxito. Empero, en muchas ocasiones si se realiza un análisis a conciencia de la situación, las razones cambian drásticamente. La falta de interés hacia una materia en particular o el dejar la preparación del examen para último momento, encabezan las listas de los culpables del fracaso.
Si se les pregunta a los estudiantes que mantienen un buen rendimiento en la escuela o el colegio, cuál es su secreto; la mayoría de las respuestas coinciden en que el compromiso es la clave. Cuando los estudiantes aceptan que su actitud ante el estudio influye directamente sobre su aprendizaje, las cosas cambian de perspectiva. Lo que se aprende ya no forma parte de la casualidad o del destino, sino de un esfuerzo deliberado.
Responsabilizarse por el aprendizaje es el primer peldaño hacia la superación como estudiante y como persona.
2. Eligiendo el mejor ambiente
Una vez que se consiga enfocar positivamente la actitud hacia el aprendizaje, es indispensable prestar atención al lugar donde se estudia o se realizan los trabajos extra clase.
Es importante tener un espacio de trabajo (ya sea una mesa o escritorio) que permita realizar las tareas cómodamente. Tener todos los materiales a mano, evitará que se pierda tiempo por tener que levantarse a buscarlos. Una habitación con buena iluminación y una adecuada ventilación, son deseables.
Si las posibilidades de espacio son limitadas ¡use el ingenio! Lo importante aquí es disponer de un lugar donde se pueda trabajar y estudiar a gusto, evitando las interrupciones.
Cuando uno puede identificar detalladamente la manera en que se disfruta más del aprender; y además, logra reconocer cuáles son aquellos aspectos que impiden concentrarse o que dificultan la comprensión de determinada materia, se ejerce un control más provechoso sobre los periodos de estudio. Si considera que los aspectos mencionados anteriormente le resultan desconocidos a usted o a su hijo, actualmente se cuenta con la ayuda de psicopedagogos y psicólogos educativos que pueden orientarle.
3. Organizando efectivamente el tiempo
Organizar un horario de estudio, le permite al estudiante distribuir mejor su tiempo, contemplando no sólo sus responsabilidades académicas, sino también su tiempo de ocio.
La organización del tiempo, debe incluir la realización de trabajos, las actividades sociales (amigos, familia), las responsabilidades domésticas y las horas de descanso. De esta manera, se pretende que haya un equilibrio entre las actividades propias de la niñez o la adolescencia y los requerimientos de la escuela o el colegio.
Los periodos de estudio deben ser regulares (de 2 a 4 veces por semana) tomando en cuenta el número de materias y el grado de dificultad de las mismas. El tiempo puede oscilar entre dos periodos de 30 y 40 minutos, con intervalos de descanso de 5 a 10 minutos dependiendo de la condición anímica y de atención del estudiante.
De acuerdo con algunos especialistas, para mantener una buena concentración y evitar la fatiga, es recomendable que el estudio de una misma materia no se prolongue por más de dos horas.
La familia puede contribuir animando al estudiante y respetando sus periodos de estudio, evitando las interrupciones y el ruido excesivo. Las muestras de cariño y la comprensión son herramientas invaluables para incentivar el logro de sus metas.
Consejos para padres
Como padres es importante considerar ciertos detalles en relación con el horario de estudio de los hijos:
- Elija el horario de estudio tomando en cuenta la opinión de sus hijos. Sea sabio(a) al negociar con ellos.
- Motive y oriente a los chicos en la organizar su tiempo, de manera que puedan también disfrutar de espacios de distracción; sin dejar de lado sus responsabilidades académicas.
- Contribuya con los periodos de estudio de su hijo(a), aclarando dudas (cuando le sea posible) o mostrando interés por lo que está aprendiendo.
- El hábito de estudio requiere tiempo y constancia. A veces los niños y jóvenes tienden a renunciar. Provea contención cuando esto suceda, y establezca consecuencias claras de no cumplirse los horarios de estudio establecidos.
- Supervise de manera justa los periodos de estudio de sus hijos. Brinde sugerencias para mejorar; evite, hasta donde sea posible, las medidas impositivas.
- Si lo considera necesario, no dude en consultar sobre el tema con algún especialista.

jueves, 22 de enero de 2009

Ahorrando para el Futuro, Por: Elizabeth Aguilar Lizano

La gran mayoría de las personas reconocen que ahorrar dinero es muy importante, pero pocos lo han adquirido como hábito, y muchos menos se detienen a analizar las consecuencias futuras de tener una reserva económica.
Las razones para establecer un fondo de ahorro son variadas, sin embargo, en general se pueden identificar tres principales motivos que llevan a las personas a guardar parte de sus ingresos: compra de vivienda, precaución ante una emergencia, y preparación para la vejez. Las dos primeras razones parecen ser las más comunes e incluso, las más esperadas socialmente; por otro lado, reservar recursos para la etapa de la vejez parece ser una motivación un tanto incipiente.
En los últimos años, algunas instituciones han promovido diversos planes de pensiones complementarias que buscan que las personas aparten una cantidad del dinero que devengan actualmente, para crear un fondo que les permita gozar de ingresos propios luego de la jubilación. No obstante, es importante comprender la importancia que tiene planificar hoy la situación económica personal de mañana.
La palabra jubilación es una derivación de la palabra “júbilo”, alegría, gozo; sin embargo, la gran mayoría de hombres y mujeres que llegan a esta etapa y dejan de pertenecer al mundo laboral del país, se enfrentan a un tiempo de ocio forzado, el cual, muchas veces, no saben cómo sobrellevar. Si no existe un plan de vida integral adaptado a la fase de vida de la adultez mayor, es probable que la persona experimente una depresión permanente que le impida proyectarse e ilusionarse con su nuevo estatus de no asalariado.
Asimismo, las pérdidas que usualmente se van experimentando en el proceso de envejecimiento (enlentecimiento motor, deterioro de la salud, disminución de algunas capacidades cognitivas, entre otras), hacen que tanto las personas que eran asalariadas como las que sólo han trabajado en el hogar, vivencien sentimientos de vacío, inutilidad y frustración.
De esta manera, al conjugarse la falta de actividades para aprovechar el tiempo de ocio, las mermas físicas y emocionales, y la ausencia de un plan de vida adaptado a la etapa de la vejez, en muchas ocasiones, hace que las personas asuman una posición de “matar el tiempo” mientras esperan… esperan a que lleguen los nietos para cuidarlos, esperan las citas médicas, esperan la senectud, esperan la muerte. No obstante, la adultez mayor no debe ser una época para esperar; los años de la vejez son los que permiten que las personas tengan el tiempo para hacer las cosas que en otras etapas de sus vidas no podían hacer, debido a sus múltiples ocupaciones: cuidar a los hijos, atender la casa, ganarse el sustento diario, estudiar, entre otras.
Ahora bien, la realidad de casi todos los adultos mayores del país es que, aunque tienen el tiempo disponible para realizar aquellas actividades que por una u otra razón no pudieron hacer en épocas más tempranas, es la imposibilidad económica la que los priva de disfrutar de ellas. Es frecuente que el dinero de la pensión solamente les alcance para el sustento diario, y quienes no tienen tal ingreso se ven en la necesidad de vivir en la casa de algún familiar o en instituciones de atención especializada como hogares de ancianos y albergues.
Es por ello que resulta fundamental tomar conciencia de la calidad de vejez que deseamos, ya que la adecuada adaptación a esa nueva etapa del ciclo vital la empezamos a construir hoy. Si deseamos tener recursos económicos, que nos permitan tener un envejecimiento más placentero, es importante que, así como en el presupuesto familiar incluimos la compra de la canasta básica y el pago de los servicios públicos, destinemos cierta cantidad de dinero para establecer un fondo de ahorro.
Economizar para la adultez mayor tiene que ver con aspirar a una calidad de vida integral más satisfactoria y plena, que nos permita disfrutar de las tan esperadas y valoradas vacaciones que todos nos merecemos, con la ventaja de que no serán vacaciones de 15 días ni de fin de año, sino que tendremos vacaciones permanentes por ¡15 ó 20 años!

martes, 20 de enero de 2009

Liderazgo de impacto, por Sara Arias

La frase liderazgo que impacta, bien lo dice, es liderazgo que impresiona, que deja huella, que ni el mismo tiempo lo puede borrar. Hoy leemos con nostalgia las biografías de grandes héroes, para encontrar ejemplos de liderazgo que no solo dejaron huella, sino que en muchas ocasiones cambiaron la historia. Y por sobre todos, sin lugar a duda, estuvo Jesús de Nazaret. ¿Qué fue lo que hizo Jesús, que aún más de dos mil años después es considerado uno de los líderes más polémicos de toda la historia? ¿Cuál era el secreto de Su impacto?
Hoy por hoy, vemos en numerosas librerías tradicionales y en tiendas electrónicas, textos sobre toda clase de liderazgo. Las últimas “recetas” para ser el líder del siglo. Sin embargo, en esta eterna búsqueda por ser mejores líderes, pasamos por alto la mejor fuente de sabiduría y de mayor relevancia para nuestras vidas, la Palabra de Dios. Exploremos ahora cinco claves, que más allá de simples consejos, son pilares eternos para un liderazgo de impacto al estilo de Jesús.

1. Dependencia del Padre.
La fuente de poder y de sabiduría de Cristo fue siempre su Padre celestial. Jesús conocía el poder de tener un mentor, de aprender de alguien, y de modelar con el ejemplo. Probablemente también aprendió de su padre terrenal, quien le enseñó su oficio de carpintero. Él mismo dice en (Juan 5:19) “… De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente”. Toda su misión, su reino, su destino, fue trazado desde la eternidad por el Padre. Jesús siempre tuvo la humildad de reconocer y obedecer la voluntad del Padre hasta su muerte en la cruz, y como resultado de su obediencia sin mancha, fue exaltado hasta lo sumo. Si tan sólo pudiéramos dominar el arte de este sencillo principio, el liderazgo de este mundo cambiaría radicalmente. No giraría en torno a la bolsa de Nueva York, ni al estado de la guerra en Irak, como sucede en la coyuntura actual, ni dependería de las circunstancias o de la condición económica de una nación, dependería única y exclusivamente de la voluntad de Dios y su Palabra.
2. Carácter Ejemplar.
Jesús no sólo predicaba una filosofía o doctrina. No iba por el mundo pidiendo dinero ni tampoco promocionando sus milagros. Su vida cotidiana era su carta de presentación. Su autoridad nacía de su integridad y de saber quién era él y la consistencia con la que vivía. Las principales tentaciones que enfrentó Jesús iban dirigidas directamente a destruir su carácter, pero su clara identidad y su carácter le mantuvieron firme. No fueron los ángeles, ni tampoco los milagros, fue su carácter. Andy Stanley, en su libro “El Líder de la Próxima Generación” explica la diferencia entre un líder negativo y uno positivo. El primero, aunque sea famoso y tenga la capacidad de atraer a las personas, no necesariamente tiene carácter. Sin embargo, en el líder positivo, “...el carácter es lo que le convierte en un líder digno de seguirse… si al final del día su intención es que quienes le sigan también lo respeten, no puede faltar la integridad. Sus logros como líder harán su nombre famoso. Su carácter determinará lo que la gente asocie con su nombre.” Stanley, 2003: p 131
3. Desarrolla a Otros Líderes.
Jesús, además de tener clara su tarea, tenía claro que debía elegir a un equipo de hombres para que siguieran Su misión una vez que Él terminara su cometido en la tierra. Y no se trataba de elegirlos al azar. La cercanía de Jesús con Su Padre le permitió discernir quienes eran los que debían acompañarle. Un líder de impacto detecta a quién debe entrenar para la próxima generación, tanto por afinidad como por la estricta guía del Espíritu Santo, la que ha de buscar en la reflexión y la oración. Un líder que no se reproduce es estéril y va en contra del designio de Dios de expandir Su reino hasta la segunda venida de Jesús. El evangelio de Mateo nos narra como el mismo Cristo, preocupado por la falta de liderazgo en el mundo, advirtió a sus discípulos sobre este tema en (Mateo 9.36-38) “Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.”
4. Objetivos Claros.
Robert Clinton y Paul Stanley en su artículo “Características de quienes llegan bien al final de la Carrera” publicado en la revista Apuntes Pastorales, explican cómo un líder de impacto tiene una perspectiva clara de cuál es su misión: “Aquellos con influencia en su mundo son aquellas que pueden concentrar esfuerzos y atención en áreas apropiadas y pueden mantener esa actitud…Cuando comenzamos a entender cuáles son las prioridades de Cristo y las aplicamos a nuestra vida, podemos entonces centrar nuestro objetivo en lo correcto.” Clinton y Stanley, s.F.: p.13
Jesús nunca tomó decisiones con base en lo que las masas le pedían, ni tampoco se dejó manipular por sus mismos discípulos. Su meta era obedecer la voluntad del Padre y cumplir su misión, (Juan 18.37b) “Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz.”
5. Deja una herencia valiosa.
Hoy en día la tendencia global es pensar en uno mismo, vivir el momento, “gastar todo ahora, porque mañana no sabemos”. Sin embargo, la perspectiva de Cristo era otra. Su vida fue un legado no sólo para su pueblo, sino para todos los pueblos de la tierra. Este legado no terminó con su partida; por el contrario, trascendió el tiempo, los idiomas y las naciones. El apóstol Pablo afirma nuestra grata herencia en (Romanos 8.17) “…Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.”. ¿Cuál sería su legado si usted muere hoy? ¿Cómo ha sido impactada la vida de sus hijos y de su familia, de su barrio, de sus compañeros de trabajo y de su país? ¿Qué diría la gente de usted una vez que ya no esté presente? ¿Su legado sobrevivirá el paso del tiempo?
Esforcémonos por buscar en la Biblia la fuente verdadera de un liderazgo de impacto y de imitar en todo a Jesucristo. Concentrémonos en conocerlo a él, seamos como barro en manos de un alfarero y, sin duda, el resultado será más que grandioso, será impactante. Oremos para que Dios nos conceda el privilegio de terminar la carrera y de decir como el apóstol Pablo: (2 de Timoteo 4.6-8) “Yo ya estoy próximo a ser sacrificado. El tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está reservada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida.”

lunes, 19 de enero de 2009

Familia y Trabajo


La dinámica del mundo actual plantea un enorme desafío para los hombres y mujeres que procuran establecer un apropiado equilibrio entre el tiempo asignado al trabajo y al que se dedica para compartir con la familia.
Un primer aspecto de esta reflexión nos debe conducir a la importancia que tiene un entorno familiar saludable, con relaciones sólidas y positivas, en la proyección laboral de toda persona. En efecto, cuando la situación familiar enfrenta dificultades, la persona tiende a desconcentrarse, desmotivarse e indisponerse en su ámbito de trabajo. Por eso, son tan importantes el bienestar del hogar y una adecuada calidad de vida personal para el buen desempeño y la realización en el trabajo. De igual forma, se debe prestar atención a los problemas y dificultades que surgen en el escenario laboral, ya que, con frecuencia, su inadecuado manejo hace que se lleven al ámbito familiar, ocasionando más estrés, cansancio, desánimo e irritabilidad.
Un segundo aspecto relevante radica en el dilema entre la cantidad o la calidad del tiempo que se le dedica a la familia. Una idea que ha decrecido, por su obsolescencia, es aquella que señalaba que unos cuantos minutos de calidad dedicados a la familia eran mejor que mucho tiempo asignado pero de baja calidad. Hoy sabemos que todo tiempo compartido en familia debe ser de alta calidad; es decir, un tiempo donde se construyen relaciones armoniosas, donde prevalezca el diálogo abundante y se compartan con satisfacción y respeto las responsabilidades del hogar. En nuestra época, sin embargo, donde existe tanto ruido y agotamiento por las múltiples ocupaciones, se hace necesario recuperar la dimensión cuantitativa del tiempo en familia. Para compartir con la familia se requiere disponer de un tiempo adecuado. Los valores no se pueden inspirar, ni modelar en los hijos sino se toma el tiempo suficiente para compartir experiencias y sostener diálogos abundantes con ellos. Por su parte, el vínculo matrimonial tampoco se puede fortalecer ni remozar sino se toma tiempo para la intimidad afectiva, física y espiritual de la pareja.
Durante mucho tiempo, prevaleció una idea equivocada en el mundo laboral, la cual consideraba como modelo de un “buen trabajador”, aquel que demostraba su lealtad y disposición a la empresa, mediante su permanencia en ella durante jornadas interminables. Bajo esta perspectiva, el antiguo paradigma alentaba a las personas a “sacrificar” sus actividades personales y familiares, por las tareas y responsabilidades en el trabajo.
Aunque aún pueden subsistir resabios de esta concepción, se ha comprobado ampliamente que la ausencia de un balance apropiado entre el trabajo y la familia terminará por socavar a una o a ambas dimensiones de la vida de una persona.
Una de las claves para el éxito en la vida de una persona consiste en poder establecer un adecuado equilibrio entre el tiempo dedicado al trabajo y a la familia, en sentir satisfacción y realización en ambos escenarios. Por diversas y complejas razones de carácter socioeconómico y cultural, cada vez más las mujeres han tenido que asumir responsabilidades laborales fuera de su hogar. En ocasiones se ha asociado esta situación al hecho de que los hogares se muestran actualmente más vulnerables, ya que la mujer, en el pasado, permanecía más tiempo al frente de las tareas del hogar y esto permitía una mayor atención y orientación a los hijos.
Sin embargo, la modificación de la dinámica familiar, a partir de una mayor incorporación de las mujeres a trabajos fuera del hogar, no puede presentarse como la única causa del aumento de los problemas en los niños y adolescentes. El problema es mucho más complejo, para reducirlo a este argumento. Hoy existe más conciencia en que los hombres deben compartir la responsabilidad en las tareas del hogar.
También resulta cierto que un hogar afianzado en valores sólidos, con una distribución adecuada y equitativa de responsabilidades, con una comunicación abundante y respetuosa, donde sus miembros toman tiempo suficiente para compartir y apoyarse, tiene más posibilidad de enfrentar los embates que presenta el mundo actual.
Por esta razón, lejos de sentir culpa por el tiempo que se le dedica al trabajo, esta oportunidad debe observarse como una gran bendición. Sin embargo, se hace necesario orar y buscar en familia la guía de Dios, como un insustituible recurso para hacerle frente a las adversidades y el agotamiento que, eventualmente, pueda presentar la dinámica laboral. De igual forma, cuando las cosas en el hogar no marchen bien, y estas dificultades se prolonguen, el desempeño, rendimiento, concentración y disfrute en el trabajo se podrán ver afectados. En este punto, es indispensable la orientación profesional para superar la situación.
El trabajo y la familia no son escenarios excluyentes. Mediante un justo y sabio balance el hogar se verá fortalecido, recordando siempre que en el orden de prioridades que Dios nos da en su palabra la familia tiene un lugar primario ante el trabajo.

domingo, 18 de enero de 2009

Intimidad, Sexualidad y Espiritualidad, Por: Claire de Mézerville

¡Como se ha tergiversado la sexualidad, desde los principios de la historia! El hedonismo humano la ha complicado, -irónicamente tratando de simplificarla-, separando el cuerpo de las emociones, de lo espiritual y de las convicciones más profundas… Hemos separado al cuerpo de la amistad. Así, para algunas mujeres, el compañero de cama es difícilmente un amigo, aunque estén unidos por una alianza de oro en sus dedos. Y el hablar del ámbito del cuerpo, el deseo, la desnudez, se evade tras el silencio y la rutina. Aunque la intimidad sexual sea o no satisfactoria, se le ha ido separando del amor. La infidelidad es cada vez más tolerada, porque nos hemos ido acostumbrando a la mentira de que “es posible tener un encuentro únicamente físico”. Parece que hacer el amor tiene mucho de hacer y casi nada de amor.
La sexualidad que se promueve en una sociedad egocéntrica y superficial –haciendo mella en las inseguridades de hombres y mujeres-, es una sexualidad cargada de machismo, de luchas de poder. Fomenta una visión muy pornografizada del ser humano, concentrada en las sensaciones de la piel y en el placer individual. Es una sexualidad carente de una noción clara del encuentro entre dos personas integrales: dos personas con cuerpo, con espíritu y con alma, que puedan mirarse a los ojos y expresar su necesidad de dar y recibir afecto.
Integridad del ser humano
Somos personas integrales. No es posible escindir nuestro espíritu de nuestra sexualidad, así como no es posible separar nuestra psicología de nuestro cuerpo biológico. Sin embargo, muchas veces tendemos a pensar que el sexo es deshonroso o que es una parte de la vida humana del que Dios mismo se avergüenza. Históricamente, muchas escuelas de pensamiento han apostado por la no-sexualidad, considerando que “el ser humano que quiera ser espiritual necesita apartarse de lo sexual y lo carnal”.
Esta es una concepción errónea. En muchos escritos antiguos, especialmente en la Biblia, puede apreciarse el propósito de Dios para la sexualidad: que el hombre y la mujer, en su identidad personal, tengan una vida afectiva genuina y satisfactoria; que la pareja fluya en la sexualidad erótica, que se ame, que se honre, que se desee, que se necesite. Todo esto, porque Dios desea la realización del ser humano, en el marco del compromiso, el amor y la dignidad. La desnudez humana no es vista como algo malo cuando se enmarca en un compromiso de amor: el hombre y la mujer fueron creados en esa transparencia del cuerpo como tal, de no avergonzarse de la creación de Dios manifestada en el cuerpo, en el deseo y en el placer del encuentro.
Intimidad y sexualidad

Intimidad es la capacidad de superar el aislamiento –no solo del cuerpo, sino también de las ideas, creencias, emociones y necesidades-, así como establecer un vínculo de confianza y pertenencia con la otra persona. Es una vinculación de la personalidad, en lo emocional y lo espiritual. La intimidad en la pareja es una manifestación muy completa del afecto. En las miradas cómplices entre un hombre y una mujer ya se puede apreciar la afectividad cargada de erotismo; la búsqueda de una relación exclusiva y comprometida, la cual es la antesala para un lazo -no solo físico-, sino también de amistad erótica, de comprensión mutua y de unión emocional. El sexo es una oportunidad maravillosa para desarrollar intimidad. Es una dimensión en la cual pueden expresarse añoranza, mimos, urgencia, pasión y ternura.
No obstante, aunque la desnudez, el deseo y el placer –así como los tabúes que frecuentemente los acompañan- son parte cotidiana en la vida de muchas parejas, la triste realidad es que para muchos de ellos no existe una intimidad profunda. Es triste que una intimidad sana y enriquecedora se quede en añoranzas en la vida de muchas parejas, rara vez concretándose como una realidad.
La satisfacción sexual es un elemento que muchas personas desean y que genera importantes expectativas y fuertes temores. Otras veces, también significa un forzado silencio y mucha vergüenza. Algunas personas, en su relación de pareja, se limitan a sí mismas, pensando que no son merecedoras de placer a menos que tengan cuerpos perfectos, o pensando que ambos deben vivir las etapas del encuentro sexual en forma simultánea, telepática y alcanzando la totalidad del orgasmo en todas las ocasiones.
Si bien una vida sexual satisfactoria es importante y valiosa, no debe ser el centro absoluto de la vida de la persona. El placer sexual es una dimensión del matrimonio importante y que puede durar muchos años, siempre y cuando se construya sobre los fundamentos del compromiso, el amor, el compañerismo y, en algunos casos, inclusive el sentido del humor. La sexualidad no se limita a la genitalidad: abarca un espectro mucho más amplio de caricias, besos, compañía agradable y palabras de afecto. La intimidad, la honestidad y la confidencia sobreviven las marcas de la piel, los cambios que los años naturalmente traerán sobre el cuerpo y los períodos en los que sea más difícil alcanzar los más altos potenciales de placer físico.
Aunque la relación sexual no siempre satisfaga todos los deseos físicos, el encuentro, las caricias y la confianza recíproca brindan placer emocional y fortalecen la intimidad.
La sexualidad que no puede ser genitalidad
Hablar sobre sexualidad es hablar sobre vida, sobre metas, sobre ilusiones y proyecto vital. Hablar sobre sexualidad es identificar cómo se relaciona la persona consigo misma y con los demás, en particular con el sexo opuesto. ¿Se caracterizan estas relaciones por el aprecio, la consideración, el respeto? Hoy en día se apuesta cada vez menos por una sexualidad sana.
Se deja de lado la posibilidad integral de comunicación con nuestros semejantes.
La sexualidad no se limita a las relaciones sentimentales: implica las relaciones familiares, de amistad y de compañerismo. Cuando la persona no está comprometida en una relación de matrimonio, es importante que pueda explotar su vida afectiva por medio de vínculos genuinos de amistad y una convicción profunda del valor de su cuerpo y del cuerpo de los demás. Esta convicción es muy importante para vivir, con integridad, las etapas de la vida en las que la sexualidad no se manifiesta por medio de relaciones sexuales genitales. No por eso deben descuidarse las relaciones humanas: ¡todos necesitamos sentirnos apreciados y capaces de apreciar a nuestros semejantes! Es por esto que, en su dimensión afectiva, es fundamental desarrollar la ternura como medio de intercambiar cariño.
Muchas manifestaciones de la ternura se caracterizan por la renuncia o postergación de la gratificación física personal. La ternura ayuda al hombre y a la mujer a mantener el intercambio afectivo, por medio de detalles, gestos de cariño, como tiempos de soledad apacible, apreciación del arte, practicar deportes juntos y cultivar amistades significativas, aún en períodos en los que las relaciones sexuales no son totalmente satisfactorias, o simplemente no pueden darse.
En ambas dimensiones, tanto en la sensualidad como en la ternura, las personas necesitan administrar sus impulsos y necesidades con equilibrio y autodominio –aún cuando la presión emocional sea fuerte-, tomando en cuenta los valores humanos más centrales. Esto no es sencillo. Sin embargo, la convicción profunda de que las relaciones sexuales ameritan una entrega enmarcada en un contexto de convicciones, ternura y compromiso, puede hacer más llevadera la decisión de postergar la gratificación física personal. Para que la sexualidad pueda desarrollarse en forma integral, es necesario que involucre la vida interior del hombre y de la mujer. La intimidad –entendida como la sensibilidad ante los procesos de la pareja, la seguridad de la aceptación del otro y, por ende, el fortalecimiento de la autoestima--, puede bien existir aún en relaciones platónicas, como la amistad y la fraternidad. Aunque es cierto que cobra una fuerza especial en la relación de pareja –donde la unión de los cuerpos es un ingrediente importantísimo en la comunión (“común unión”) del hombre y la mujer-, todas las personas, tanto las que son sexualmente activas como las que no, necesitan procurar su desarrollo humano y afectivo pleno, en un marco de respeto, de dignidad y de estima propia.

sábado, 17 de enero de 2009

Padres e Hijas

Mucho antes que una adolescente encuentre su primer novio verdadero o se enamore, su actitud hacía los hombres ha sido moldeada quietamente por su padre. ¿Por qué? porque la relación de padre e hija sienta las bases para toda futura implicación romántica.
Si el padre de una joven es un alcohólico y un vagabundo, ella pasará su vida tratando de hallar un hombre que supla las necesidades que su padre nunca llenó en su corazón. Si es afectuoso y uno en quien encuentra apoyo, ella buscará un compañero igual a él. Si él piensa que ella es hermosa y femenina, ella se inclinará a verse de esa manera. Pero si él la rechaza como carente de atractivo e interés, es probable que ella arrastre problemas de autoestima en sus años de adulta.
También he observado que la relación de una mujer con su futuro esposo es influenciada significativamente por la manera en que ella percibió la autoridad de su padre. Si él era autoritario o caprichoso durante los primeros años de ella, puede verse inclinada a precipitar luchas por el poder con su esposo toda su vida de casada. Pero si papá combinaba el amor con la disciplina de manera que manifestara fortaleza, ella podría sentirse mejor con un matrimonio de concesiones mutuas caracterizado por mutuo respeto.Mucho de lo que entra en un matrimonio comienza con el padre de una muchacha. Por eso corresponde a nosotros como padres contribuir con nuestro mejor esfuerzo a la crianza de esos pequeños que nos rodean.


Tomado del Libro: “El corazón del hogar” del Dr. James Dobson.

martes, 13 de enero de 2009

Evaluando el proyecto de vida

“Una meta establecida adecuadamente, ya está lograda en parte”. Zig Ziglar

Un proyecto es la idea que se tiene de algo que se piensa hacer y de la forma de lograrlo. De esta manera, con respecto a los sueños y anhelos que se tienen en la vida, es prudente visualizar adonde se quiere llegar y trazar un plan para conseguirlo. Ahora bien, es posible que ésta intención se modifique o cambie de acuerdo a los adelantos logrados o a las dificultades que se presenten. Otro aspecto es que puede que se haya establecido a temprana edad o un poco más tarde en la vida. De cualquier manera, la evaluación constante del proyecto es esencial ya que ayuda a reenfocarse, concentrarse en las prioridades, tener una mejor visualización del progreso, e incluir modificaciones de acuerdo a las circunstancias que se vayan presentando en la vida, de las cuales tenemos poco o ningún control.
Algunas personas ya desde la juventud o adolescencia tienen visualizado su proyecto, saben qué desean ser y hacer, hacia adónde van, logrando así concentrarse y enfocarse en todo el proceso. Otras personas, sin embargo, tardan un tiempo más debido a situaciones de la vida o intencionalmente deciden buscar con detenimiento lo que realmente les gustaría hacer; incluso hay quienes tienen varios proyectos a la vez, o culminan uno para empezar otro. En cualquier caso, es importante hacer evaluaciones de estas aspiraciones y tener claro el porqué de lo que se está haciendo.

Escriba sus planes y autoevalúese periódicamente.
En este sentido, es relevante plantear planes estratégicos para la consecución de la aspiración, elaborar auto análisis periódicos y anotar las respuestas a preguntas específicas, en cada etapa del proceso. Por tanto, el bosquejar las siguientes preguntas es de gran ayuda:

Planteamiento del plan
• ¿Qué me motiva hacer?
• ¿Está dentro de las posibilidades económicas reales con las que cuento el dedicarme a hacer esto que me motiva?
• ¿Qué pasos se necesitan para lograrlo?
• ¿Cuánto tiempo estoy dispuesto a invertir para conseguirlo y cuánto tiempo aproximadamente voy a tardar en total?
• ¿Cuál es la inversión monetaria necesaria?
• ¿Cuándo puedo empezar?

Evaluación periódica del plan o proyecto
• ¿Qué he logrado hasta ahora (crecimiento, conocimiento, madurez, etc.)?
• ¿He enfrentado los obstáculos y adversidades de la mejor manera?
• ¿Cuáles han sido esos obstáculos?
• ¿Puedo mejorar en la calidad de lo que hago, cómo?
• ¿Me siento satisfecho o satisfecha con lo que he logrado?
• ¿Considero que me he desviado del plan original?
• ¿Puedo retomar el plan original o se hace necesario tomar otro rumbo?
• ¿Cuáles deber ser mis prioridades a partir de ahora?

Determine las estrategias, utilice diferentes herramientas y procure ser balanceado
De esta forma, al examinar cuidadosamente las respuestas, se puede ver claramente el avance y determinar nuevas y mejores estrategias por medio de acciones concretas a realizar. Los procedimientos claros son parecidos a las señales de tránsito, indican el camino y previenen en caso de obstáculos, así el conductor los puede evadir o superar y proseguir hacia la meta, confiado y seguro de que va por buen camino.
Por otro lado, es relevante considerar el uso de agendas, pizarras o retroalimentación por parte de las personas más allegadas; todo esto facilita el seguimiento de las acciones, la organización de actividades, horarios y el chequeo constante. Cuando se trata de varias cosas por hacer, lo mejor es hacer uso de herramientas prácticas para no dejar escapar elementos de importancia.
Otro aspecto a considerar es el balance que se tiene en todo este proceso. Hay quienes se enfocan demasiado en la meta, y pierden de vista el panorama del camino como un todo. Esto se refiere a la tendencia a descuidar a las personas más cercanas, quienes pueden pasar a ver la meta del individuo como un enemigo que les roba constantemente tiempo de compartir. La persona puede verse en la necesidad o urgencia de invertir más y más tiempo en sus proyectos, lo cual es muy probable que en el largo plazo sea dañino. Así las cosas, es primordial elaborar horarios de trabajo, estudio y ocio, lo que contribuye al mantenimiento de ese balance necesario para la salud propia, de la familia o de los más cercanos. Se debe pensar si este proyecto le aleja o acerca, si le hace mejor persona y si le ayuda a crecer.
El establecer una lista de prioridades, que se vaya ajustando a nuevas circunstancias o situaciones de vida que se estén enfrentando, ayuda a enfocarse mejor. Además, el llevar un control de actividades concretadas le permite ganar motivación para seguir adelante, acelerar o disminuir el paso en cada etapa del proyecto.

Las etapas del proyecto y los ajustes
A todo esto, se debe tener presente que este propósito consta de varias facetas, se debe de ir construyendo poco a poco y requiere de esfuerzo y dedicación. Se puede dar el caso que una etapa sea más difícil que otra, sin embargo, la constancia y la disciplina juegan un papel primordial. Por tanto, a pesar de las dificultades o nuevas circunstancias, sea sencillo o elaborado, un proyecto de vida permite plantearnos metas e ir descubriendo en nosotros mismos potencialidades y cualidades que necesitan de un plan para salir a flote y realizarnos en diferentes ámbitos de la vida.
Además, la vida es un proceso de desarrollo y mantenimiento de un adecuado nivel de ajustes. Cada día se pasa por experiencias que pueden amenazar el bienestar de la persona, y por ende, su proyecto de vida, sin embargo, el ajuste sano es el grado en que se logran resolver adecuadamente esas tensiones.

Los siguientes son algunos consejos prácticos que le ayudarán a reevaluar su plan de vida y a manejar los ajustes adecuadamente:
• Realice planteamientos escritos del proyecto visualizado
• Establezca prioridades
• Reevalúe su avance y crecimiento periódicamente
• Decida practicar la constancia y la disciplina
• Ante nuevas circunstancias reestablezca horarios y prioridades
• Organice su tiempo y dinero de acuerdo a sus prioridades

• Recuerde que somos seres integrales, procure que en su proyecto de vida su espíritu se edifique, sus conocimientos crezcan y su salud se beneficie.