Visión y Misión

Visión.
Ser líder en la orientación y fortalecimiento de las familias dentro y fuera de la iglesia en la República Dominicana.

Misión.
Orientar a los miembros de la familia en el concepto de la verdadera relación y responsabilidad familiar para tener un hogar saludable, a través de la palabra de Dios.

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martes, 20 de enero de 2009

Liderazgo de impacto, por Sara Arias

La frase liderazgo que impacta, bien lo dice, es liderazgo que impresiona, que deja huella, que ni el mismo tiempo lo puede borrar. Hoy leemos con nostalgia las biografías de grandes héroes, para encontrar ejemplos de liderazgo que no solo dejaron huella, sino que en muchas ocasiones cambiaron la historia. Y por sobre todos, sin lugar a duda, estuvo Jesús de Nazaret. ¿Qué fue lo que hizo Jesús, que aún más de dos mil años después es considerado uno de los líderes más polémicos de toda la historia? ¿Cuál era el secreto de Su impacto?
Hoy por hoy, vemos en numerosas librerías tradicionales y en tiendas electrónicas, textos sobre toda clase de liderazgo. Las últimas “recetas” para ser el líder del siglo. Sin embargo, en esta eterna búsqueda por ser mejores líderes, pasamos por alto la mejor fuente de sabiduría y de mayor relevancia para nuestras vidas, la Palabra de Dios. Exploremos ahora cinco claves, que más allá de simples consejos, son pilares eternos para un liderazgo de impacto al estilo de Jesús.

1. Dependencia del Padre.
La fuente de poder y de sabiduría de Cristo fue siempre su Padre celestial. Jesús conocía el poder de tener un mentor, de aprender de alguien, y de modelar con el ejemplo. Probablemente también aprendió de su padre terrenal, quien le enseñó su oficio de carpintero. Él mismo dice en (Juan 5:19) “… De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente”. Toda su misión, su reino, su destino, fue trazado desde la eternidad por el Padre. Jesús siempre tuvo la humildad de reconocer y obedecer la voluntad del Padre hasta su muerte en la cruz, y como resultado de su obediencia sin mancha, fue exaltado hasta lo sumo. Si tan sólo pudiéramos dominar el arte de este sencillo principio, el liderazgo de este mundo cambiaría radicalmente. No giraría en torno a la bolsa de Nueva York, ni al estado de la guerra en Irak, como sucede en la coyuntura actual, ni dependería de las circunstancias o de la condición económica de una nación, dependería única y exclusivamente de la voluntad de Dios y su Palabra.
2. Carácter Ejemplar.
Jesús no sólo predicaba una filosofía o doctrina. No iba por el mundo pidiendo dinero ni tampoco promocionando sus milagros. Su vida cotidiana era su carta de presentación. Su autoridad nacía de su integridad y de saber quién era él y la consistencia con la que vivía. Las principales tentaciones que enfrentó Jesús iban dirigidas directamente a destruir su carácter, pero su clara identidad y su carácter le mantuvieron firme. No fueron los ángeles, ni tampoco los milagros, fue su carácter. Andy Stanley, en su libro “El Líder de la Próxima Generación” explica la diferencia entre un líder negativo y uno positivo. El primero, aunque sea famoso y tenga la capacidad de atraer a las personas, no necesariamente tiene carácter. Sin embargo, en el líder positivo, “...el carácter es lo que le convierte en un líder digno de seguirse… si al final del día su intención es que quienes le sigan también lo respeten, no puede faltar la integridad. Sus logros como líder harán su nombre famoso. Su carácter determinará lo que la gente asocie con su nombre.” Stanley, 2003: p 131
3. Desarrolla a Otros Líderes.
Jesús, además de tener clara su tarea, tenía claro que debía elegir a un equipo de hombres para que siguieran Su misión una vez que Él terminara su cometido en la tierra. Y no se trataba de elegirlos al azar. La cercanía de Jesús con Su Padre le permitió discernir quienes eran los que debían acompañarle. Un líder de impacto detecta a quién debe entrenar para la próxima generación, tanto por afinidad como por la estricta guía del Espíritu Santo, la que ha de buscar en la reflexión y la oración. Un líder que no se reproduce es estéril y va en contra del designio de Dios de expandir Su reino hasta la segunda venida de Jesús. El evangelio de Mateo nos narra como el mismo Cristo, preocupado por la falta de liderazgo en el mundo, advirtió a sus discípulos sobre este tema en (Mateo 9.36-38) “Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.”
4. Objetivos Claros.
Robert Clinton y Paul Stanley en su artículo “Características de quienes llegan bien al final de la Carrera” publicado en la revista Apuntes Pastorales, explican cómo un líder de impacto tiene una perspectiva clara de cuál es su misión: “Aquellos con influencia en su mundo son aquellas que pueden concentrar esfuerzos y atención en áreas apropiadas y pueden mantener esa actitud…Cuando comenzamos a entender cuáles son las prioridades de Cristo y las aplicamos a nuestra vida, podemos entonces centrar nuestro objetivo en lo correcto.” Clinton y Stanley, s.F.: p.13
Jesús nunca tomó decisiones con base en lo que las masas le pedían, ni tampoco se dejó manipular por sus mismos discípulos. Su meta era obedecer la voluntad del Padre y cumplir su misión, (Juan 18.37b) “Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz.”
5. Deja una herencia valiosa.
Hoy en día la tendencia global es pensar en uno mismo, vivir el momento, “gastar todo ahora, porque mañana no sabemos”. Sin embargo, la perspectiva de Cristo era otra. Su vida fue un legado no sólo para su pueblo, sino para todos los pueblos de la tierra. Este legado no terminó con su partida; por el contrario, trascendió el tiempo, los idiomas y las naciones. El apóstol Pablo afirma nuestra grata herencia en (Romanos 8.17) “…Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.”. ¿Cuál sería su legado si usted muere hoy? ¿Cómo ha sido impactada la vida de sus hijos y de su familia, de su barrio, de sus compañeros de trabajo y de su país? ¿Qué diría la gente de usted una vez que ya no esté presente? ¿Su legado sobrevivirá el paso del tiempo?
Esforcémonos por buscar en la Biblia la fuente verdadera de un liderazgo de impacto y de imitar en todo a Jesucristo. Concentrémonos en conocerlo a él, seamos como barro en manos de un alfarero y, sin duda, el resultado será más que grandioso, será impactante. Oremos para que Dios nos conceda el privilegio de terminar la carrera y de decir como el apóstol Pablo: (2 de Timoteo 4.6-8) “Yo ya estoy próximo a ser sacrificado. El tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está reservada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida.”

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