Una
familia cristiana practica la presencia de Cristo Jesús continuamente. Esto es
posible cuando establecemos el orden divino en el hogar. Esto crea un ambiente
donde el Espíritu Santo está libre para hacer su obra de enseñarnos y
dirigirnos en la clase de vida familiar abundante que él desea. Cuando un
hombre y una mujer se sujetan a la voluntad de Dios, el matrimonio es una
experiencia bella, emocionante y satisfactoria.
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