¿Cómo saber si nuestro matrimonio tiene la prioridad
que merece?
¿Cómo darnos cuenta si el amor se está acabando?
¿Cómo honramos a nuestra pareja?
¿Damos a nuestro cónyuge el respeto que se merece?
La mayoría de parejas se casan teniendo grandes
expectativas para su matrimonio y con desmesuradas ilusiones. Los mismos, en
muchas oportunidades, no toman en cuenta las responsabilidades que el acto del
matrimonio implica (cada uno debe asumir su parte al conformarse en cónyuge de
su pareja). Frecuentemente, esta visión incompleta del matrimonio provoca
que en poco tiempo las expectativas se vuelvan en frustraciones y el
encanto en desilusión.
Podemos observar con frecuencia que uno o ambos integrantes
de la pareja no interiorizan el concepto integral del matrimonio, por lo tanto
sus actuaciones continúan reflejando intereses individuales por encima del
bienestar de la pareja. Este comportamiento no es consecuente con el
compromiso, libremente adquirido, al unir sus vidas en matrimonio. Por lo tanto
esto origina una serie de conflictos que deterioran, en mayor o menor grado, la
relación de pareja.
Es importante entonces, reconocer que nada ocurre por
casualidad; toda forma de proceder tiene una causa y un efecto. Nuestras
acciones no brotan espontáneamente, sino que responden a una decisión consciente,
pero, con frecuencia, no lo suficientemente evaluada. Aquilatadas o no,
las decisiones que tomamos cambian el rumbo de nuestras vidas y las de otros a
nuestro alrededor, haciéndonos adquirir compromisos. En especial, cuando
el ser humano decide unirse a su pareja bajo el pacto del matrimonio se
compromete a respetarlo/a y procurar su bienestar.
Por lo tanto, es importante comprender de antemano los
alcances que tiene en nuestra vida este vínculo, cuyo fin último, según
la perspectiva divina, es el de proporcionar a los cónyuges una mejor
calidad de vida. Las parejas que se encuentran en vía de contraer
matrimonio, y aquellas que ya están unidas y tienen el deseo de mejorar su
relación, deben visualizar un horizonte juntos en el que se compartan, entre
otras cosas, metas a corto y a largo plazo, en un ambiente de respeto mutuo, en
el que la prioridad sea siempre el beneficio de la pareja, sobre el interés
individual.
Si a lo señalado en las líneas de arriba no se le
presta atención, es muy probable que los cónyuges vivan sin rumbo ni
compromiso, creando una confusión similar a la que se produce en un equipo de
fútbol en el que cada miembro sigue su propio rumbo sin respetar su posición ni
la de los demás. En tal situación todos procurarían ordenar y delegar sin tener
responsabilidad ninguna, tratando de obtener su propia satisfacción.
Esta falta de unión y visión conjunta es una de las
mayores causas de separación de los matrimonios, ya que impide a los cónyuges
desarrollar sus vidas paralelamente en armonía, a partir del respeto mutuo y el
establecimiento de prioridades consecuentes con el vínculo matrimonial.
Para iniciar o fortalecer una relación matrimonial,
sin duda alguna, se hace necesario asumir nuestro compromiso con
responsabilidad honrando a nuestro cónyuge. Será el principio más
importante para construir una relación saludable y satisfactoria para ambos.
Recordemos que el tiempo y el esfuerzo que invertimos
en una relación, evidencia el valor que le otorgamos, priorizar nuestra
relación conyugal nos dará resultados excepcionales en nuestra vida individual
y de pareja.
Tips
Ø Fortalezcamos nuestra relación con
Dios para así poder fortalecer las relaciones con el prójimo.
Ø Demos a nuestro cónyuge prioridad en
nuestra vida.
Ø Seamos siempre honestos y
transparentes.
Ø Seamos siempre buenos amigos o
amigas de nuestra pareja; la amistad en la vida matrimonial va a prevalecer en
contra de la rutina.
Ø Respetemos los espacios que se
comparten juntos para conocerse y alimentar el amor.
Ø Decidamos desde el principio que el
divorcio nunca ha de ser una opción.
Ø Nunca nos gritemos uno al otro.
Ø Aprendamos a dialogar sobre
cualquier tema con nuestra pareja, la confianza es un factor importante en
cualquier relación, y es una manera de honrar.
Ø Dediquemos tiempo de calidad juntos
cada día.
Ø Expresemos nuestra felicidad por la
persona que está a nuestro lado y disfrutemos cada momento de lo que tenemos
sin lamentarnos por lo que no tenemos.
No tratemos de cambiar a la otra persona,
el cambio empieza por nosotros mismos.
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