Las personas que dependen más de lo externo para
expresar su éxito, están más expuestas a vivir la mediana edad como una crisis
de grandes dimensiones. Conquiste su yo interno, posiblemente el entorno
no es responsable de lo que siente y vive.
Es necesario valorar a las personas que han pagado el
precio con usted.
La principal arma para enfrentar esta etapa, es la
fortaleza emocional. Si la persona ha luchado con complejos durante la
juventud, esta etapa se los acentúa. Pero si es alguien con una buena
aceptación personal enfrentará los cambios con mayor naturalidad.
Será determinante para enfrentar la crisis de la
mediana edad, haberse realizado como persona. Si la persona anticipó estos años
y alcanzó lo que se había propuesto, experimentará realización, pero si la
persona siente que le agarró tarde para lograr sus metas, la crisis golpeará
fuertemente.
Los 40 y los 50 no tienen que transformarse en una
crisis, pueden convertirse en una gran oportunidad para crecer, disfrutar y
afinar el rumbo de la vida. Han llegado los años grandes, donde se combina
juventud con experiencia. Han llegado los maravillosos años grandes.
Cuando los años grandes lleguen no hay vuelta atrás,
no podemos distraernos, no hay tiempo que perder. Es necesario hacer los
ajustes para vivirlos con intensidad, atender las recomendaciones médicas,
hacerse los exámenes de rigor y perder el miedo a crecer. Es
indispensable seguir un régimen saludable de alimentación y hacer ejercicios o
bien caminar. La meta principal es tener calidad de vida.
Los años grandes son sinónimo de productividad, esto
se alcanza cuando la persona logra reconocer y aprovechar al máximo su
potencial. Si se acepta tal cual es y se permite complementar con las personas
que le aceptan y le aman, la vida adquiere color.
Una tendencia equivocada en la edad media, es competir
con otros más jóvenes. Esta es una trampa, porque no nacimos para competir con
los demás, nacimos para superarnos a nosotros mismos.
Un mito que ha hecho mucho daño es creer que la
felicidad está en la “eterna juventud”. Esto nos hace resistir el proceso
natural de crecer, madurar y envejecer. En lugar de resistir el proceso natural
de crecer, debemos amarlo. ¿Cómo? - Elabore un plan, acepte la edad que tiene,
relaciónese saludablemente con las personas a su alrededor y ame su proyecto de
vida.
Lo que no se debe hacer:
1.- Buscar una nueva conquista para probar que aun
puede hacerlo.
2.- Aferrarse a una imagen a toda costa, para lo cual
requiere cirugías constantes, tratamientos caros, todo para tratar de ocultar
las marcas de los años.
3.- Menospreciar a los que le han amado todos estos
años, por nuevas aventuras.
Crecer no tienen que ser una crisis, por el contrario,
debe ser un viaje placentero a la madurez, para esto debemos vivir los duelos,
soltar lo que ya no existe, ajustarse a la realidad presente, y vivir con
intensidad los recuerdos. Ame su presente, porque es lo único que existe.
Envejecer significa cambios biológicos, sociales
y psicológicos, lo cual requiere capacidad de adaptación, este es uno de los
ejercicios más importantes que se deben realizar.
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