Meghan y Pete se enamoraron locamente cuando asistían
a la universidad. Cuando no estaban en clases o trabajando en sus
respectivos empleos, ellos pasaban cada momento juntos. Después de pocos
meses, la pareja comenzó a rondar acerca del tema de matrimonio. Un
año más tarde ellos se comprometieron uno al otro ante Dios, sus amigos y
sus familias. La pareja de casados se mudó a Washington, D.C., donde
Meghan inició un prestigioso internado en Capital Hill, y Pete era mesero
mientras ahorraba para la escuela de medicina. A pesar de las ocupaciones
de la vida, a los dos les encantó la novedad del matrimonio y la amistad del
uno con el otro.
Así, pasaron rápidamente quince años: Meghan y Pete
ahora tienen cuatro niños pequeños. Hace ocho años Megan dejó su empleo
como ayudante de Senador, para criar a su hijo recién nacido. Ahora Pete
es un doctor, trabaja muchas horas en un gran hospital universitario en
Bethesda, Maryland.
Aunque los dos participan juntos en el ministerio de
su iglesia, ellos perdieron el fuego de la amistad que una vez definió su
relación. Ellos trabajan duro para mantener al día los horarios, los
empleos, las finanzas, las actividades de la iglesia y el cuidado de la casa -
No es raro para ellos pasar una semana o más, sin tener una simple conversación
de diez minutos sobre alguna cosa que no sea un recuento de
acontecimientos. Por sugerencia de otra pareja cristiana, ellos
establecieron una "noche de cita" una vez a la semana. Sin
embargo, a menudo esta práctica falla por la tiranía de lo urgente.
La palabra "amistad" evoca
pensamientos de honestidad, vulnerabilidad, compañía y respeto mutuo. También
implica una entrega de tiempo y energía.
C.S. Lewis dijo sobre la amistad: "Es cuando estamos haciendo algo juntos que la amistad surge -
pintando, navegando, orando, filosofando, y luchando hombro a hombro. Los
amigos miran en la misma dirección".
La amistad de Meghan y Pete en la universidad fue muy
real, pero después de quince años ellos ya no miran en la misma
dirección. De hecho en muchos sentidos, ellos se han transformado en
personas muy diferentes.
"En nuestra cultura, el
matrimonio sin amistad no puede funcionar" dice Bill Hanawalt, quien ha
conducido consejería prenupcial y conyugal por 30 años como el Pastor Ejecutivo
de la Iglesia Cristiana Vineyard de Evanston, Il. "La amistad tiene que ser sustentada y
nutrida regularmente o enfrenta el peligro de llegar a ser una relación de
negocios. Yo he visto muchos matrimonios a distancia y tipo empresa,
donde las profesiones se desarrolla, los niños llegan a la escena y la
prioridad de conexión emocional se ha dejado morir en la viña. Las parejas que no dan atención al
desarrollo de su amistad, se separan muy seguido. Esto además puede
crear una apertura a la infidelidad matrimonial."
Glenn Stanton, un experto sobre el matrimonio que
trabaja en Enfoque a la Familia, Estados Unidos, esposo y padre de cinco
niños, hace eco de este sentimiento, él dice que: "una amistad debilitada puede liderar al cónyuge a buscar
intimidad en otros lugares. Cuando la ostentación de ser amigos uno con
el otro se deja en el asiento trasero, las amistades que son profundas e
íntimas pueden desarrollarse en otros lugares resultando en adulterio emocional
y hasta físico."
"Esos tipos de amistades son obviamente
fáciles. A diferencia de su cónyuge, la otra parte ostenta ser
transparente y real sin todas las otras cargas y responsabilidades de la vida
de su familia."
"En el matrimonio la respuesta
final es ¿Estoy invirtiendo más energía emocional en mi esposo que en un
amigo o hijo? O, ¿Dónde es que estoy invirtiendo más de mi energía
emocional?"
Una amistad decaída puede ser
restaurada con intencionalidad, sacrificio, perseverancia y especialmente con
oración. Un buen primer paso es encontrar actividades que les guste hacer
juntos, y entonces sacar tiempo para hacerlas. "Y simplemente estar
juntos", dice Stanton. "Jesús se apartó a sí mismo para estar a solas
con su Padre. Saque este tiempo cuando usted no esté haciendo cosas ni
corriendo alrededor, sino simplemente para estar juntos."
Pete y Meghan han tomado pequeños pasos hacia
este final. Aunque Pete trabaja largas horas, él toma tiempo durante el día
para llamar a casa y ver cómo le va a Meghan con los niños. Si trabaja
hasta tarde, ella le trae la cena al hospital porque ella sabe que él odia la
comida del hospital. Sus noches de cita ya no fallan víctimas de la
tiranía de lo urgente. Ellos toman tiempo semanalmente para estar
juntos, no solo para ponerse al día con las actividades del otro, sino
también para retomar su amistad.