1. Criticar y criticar. Está bien que la crítica constructiva ayuda pero
llevar la cosa a los extremos puede causar que la pareja se sienta que no sirve
para nada y el sentimiento de minusvalía lleva al de depresión. Llegará al
punto en que dirá "pues para que seguir en esto si todo lo que hago está
mal". Como todo buen condimento la crítica debe moderarse y usarse con precaución.
2. Poner el trabajo primero. Es cierto que hay que trabajar pero también hay que
mantener la familia y por mantener no me refiero al mantenimiento económico
sino a mantener la estructura de esa familia. Cuando se llevan situaciones del
trabajo a la casa o peor aún se lleva trabajo a la casa el matrimonio sufre.
Piense ¿quiere usted más a su jefe(a) o a su esposa(o)? No conteste ese
teléfono cuando sea del trabajo y esté en horas de familia, tal vez no consiga
la promoción pero mantendrá a su familia.
3. Ser infiel. ¿Debo abundar sobre esto?
4. Descuidar la apariencia física. Nada peor que ver a un hombre con la barba descuidada
sin bañarse ni peinarse. Nada peor que ver a la mujer en bata, con rolos, con
el pelo despeinado y en chancletas todo el día. Aunque se esté en la casa usted
debe lucir para su pareja. Póngase bonito(a). Recuerde el tiempo cuando eran
novios como se cuidaba usted para que su pareja lo viese bonito. No dejen de
ser novios.
5. Ser refunfuñón. Controle ese ánimo. No se desquite con su pareja las frustraciones que
tiene. Si tuvo un mal día en el trabajo es bueno desahogarse pero hágalo con
inteligencia. Acepte el cariño de su pareja cuando esté molesto. Si toma una
actitud en donde se quejará de todo le quitará las ganas a su pareja de ser
cariñoso(a) con usted. Recuerde no es culpa de su pareja el calor que hace.
6. Ser controlador. Las dictaduras totalitarias hacen sufrir tanto a pueblos como a
matrimonios. Recuerde que USTED NO ES DUEÑO DE SU PAREJA. Déjeme repetirlo
USTED NO ES DUEÑO DE SU PAREJA NI SU PAREJA DE USTED. Vivir juntos no quiere
decir que vivirán pegados. Cada uno debe tener su espacio de libertad. La
confianza es clave aquí, si usted no confía en su pareja entonces se convertirá
en un policía vigilador. No se puede ser feliz en una relación donde uno de las
partes quiere tener el control total de todas las cosas. Ni siquiera el que
tiene el control es feliz pues está constantemente pensando en que hace su
pareja.
7. Criticar los familiares de su pareja. Es cierto que hay cosas en los suegros que le revientan a uno por dentro. Es cierto que los cuñados son un circo, pero esas cosas es mejor guardárselas. Por más que su pareja lo quiera a usted la familia es algo que se tiene en estima y no es fácil aguantar críticas acerca de los familiares de uno aunque se tenga la razón sobre lo que se dice de ellos. Recuerde que usted también tiene familia y si le hacen lo mismo no le va a gustar.
8. El desgano. Su pareja no se ve ahora igual que como se veía hace 20 años atrás.
Acéptelo, pero recuerde que usted también envejeció. Muestre interés por las
cosas que hace su pareja. Muchas veces las parejas que se dejan lo hacen porque
ya no encuentran aquello que los hacía gustarse el uno al otro. Lo que más
hacía que se gustaran era precisamente que por estar enamorados no importaba
que bobería hiciera uno, el amor hacía que pareciera una proeza.
9. No dedicar tiempo a la relación. El trabajo, los hijos y las obligaciones a veces
hacen que no se pueda dedicar el tiempo que se quiere a la pareja. Es por eso
que es muy importante el sacar tiempo para dedicarse el uno al otro.
Tómese un determinado tiempo para compartir. Puede ser una hora del día
o dependiendo de cuanto trabajen, un día a la semana, pero ese momento es de
ustedes. Las parejas que tienen bebés no se les hará fácil, pero arréglenselas
como puedan que algo saldrá.