Visión y Misión

Visión.
Ser líder en la orientación y fortalecimiento de las familias dentro y fuera de la iglesia en la República Dominicana.

Misión.
Orientar a los miembros de la familia en el concepto de la verdadera relación y responsabilidad familiar para tener un hogar saludable, a través de la palabra de Dios.

Versículo del día

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domingo, 22 de abril de 2012

01 - Necesidades especiales y matrimonio “Artículo introductorio”, Por: Joe y Cindi Ferrini

Dios nos dio una perspectiva bíblica para construir unidad en el matrimonio: “Por eso el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su mujer, y los dos se funden en un solo ser.” (Génesis 2:24, NVI). El propósito original de Dios es unidad – dejar a los padres, unirnos con nuestro cónyuge y convertirnos en uno.

Lograr esa unidad toma lugar cuando estamos de acuerdo con el propósito de Dios para el matrimonio. Es el dejar a nuestras familias de la infancia para empezar la nuestra y ser “uno” al hacerlo – uno en nuestro pensamiento, uno al comunicarse, uno en nuestros sueños y uno en la intimidad sexual.

Pero mientras el plano de Dios, su plan, está contenido en ese verso, la realidad de la vida a menudo causa que perdamos la visión de ese plan. La mayoría de las parejas empiezan el matrimonio pensando que su tiempo es solo suyo, que ya habrá tiempo para pensar y soñar juntos, y que disfrutaran la parte de lo “mejor, en la riqueza y en la salud” de los votos que tomaron. La parte de lo “peor, pobreza y enfermedad” no entra en la mayoría de los pensamientos pre-matrimoniales, o si lo hacen, ellos son desestimados como algo que le pasara a alguien más.

Pero en alguna parte del camino, las expectativas colisionan con la vida real y nuestras esperanzas y sueños dan paso a los estorbos y los obstáculos que comienzan a hacer difícil el matrimonio.

Los estorbos pueden ser cualquier cosa desde las diferencias en nuestras personalidades individuales, necesidades y deseos particulares hasta diferencias generales que simplemente se interponen en el camino de las cosas que funcionan sin problema. Los estorbos son cosas con las que pensé que trataría, pero no estaba segura hasta qué grado. Los obstáculos, mientras tanto, son aquellas cosas para las cuales no estábamos preparados. Para Joe y para mí, nuestro obstáculo fue el cambio dramático en nuestras vidas cuando comenzamos a tratar de construir unidad en el matrimonio mientras lidiábamos con el estrés de cuidar a alguien con necesidades especiales. Innecesario decir, que es el mayor obstáculo que enfrentan muchos matrimonios.

Tal vez pensamos que nunca podría pasarnos a nosotros. Pero nos pasó, y ahora estamos entre aquellos quienes lidian con el estrés diario de cuidar a alguien con necesidades especiales, encontrándonos desilusionados y desanimados, y experimentando la muerte de un sueño que alguna vez tuvimos.

Hemos aprendido que un matrimonio sólido es esencial. Sin él, cuidar a alguien con necesidades especiales es mucho más difícil y retador. Combinar elevados niveles de frustración con emociones tumultuosas, preocupaciones médicas, problemas de comportamiento, consideraciones de la vivienda y familia y otros asuntos de relaciones, parece ser un trabajo sin fin.

En los artículos que siguen, hablaremos sobre construir unidad en el matrimonio mientras cuidamos a alguien con necesidades especiales. Discutiremos sobre manejar el estrés diario que viene de proveer cuidado 24/7. Y presentaremos ideas para construir unidad, incluyendo cómo lidiar con la comunicación, el conflicto, las citas creativas, el romance, la intimidad y la importancia de dejar una herencia divina como cualquier otro matrimonio. No hay nada como una crisis en el matrimonio para ayudarnos a determinar nuestras verdaderas prioridades.

jueves, 12 de abril de 2012

Consintiéndose a sí misma, Por: Laura Álvarez

Con dedicación especial para mi amada esposa Teresa Guerrero, el mayor y más bello regalo que Dios me ha dado.

El diario vivir de una mujer es, por lo general, un espacio en que las actividades cotidianas se convierten en abrumadoras tareas realizadas en favor de quienes la rodean. El día a día se desarrolla a menudo en torno al cuido de los niños/as, preparar y servir la comida, realizar los demás quehaceres de la casa y cumplir eficientemente nuestro trabajo fuera del hogar.

Esta dinámica se ha vuelto tan habitual, que en la mayoría de los casos, una mujer se olvide de ella misma y pierda de vista que además de ser madre, esposa, ama de casa y trabajadora, es ante todo mujer. La capacidad de servicio a los demás, que la mayoría de mujeres desarrolla como producto de su formación social, hace que una mujer llegue a poner en último lugar de su lista de prioridades el cuidarse a sí misma, en algunos casos, incluso ha perdido completamente la intensión de hacerlo ya que no se considera merecedora de un espacio propio.

Sabemos que es difícil saberse mujer atrapada en el “corre, corre” de lo cotidiano y que muchas veces ni siquiera hay tiempo de reflexionar acerca de esto.

A continuación una lista de algunos consejos útiles que pueden ayudar para este tipo de situación, si este es su caso.

Ø Hagamos un alto y reflexionemos ¿cómo es nuestra vida?, ¿nos agrada todo lo que hacemos?

Ø Organicemos nuestro tiempo, haciendo una lista de las cosas que realizamos día a día. Debemos considerar en la organización de nuestro tiempo, un espacio para nosotras.

Ø Dediquemos una parte del día para nosotras, para repasar nuestras virtudes, leer, escuchar música, etc. Debemos procurar cumplir este propósito.

Ø Decidamos tener espacios propios, las respuestas a las siguientes preguntas nos ayudarán a decidir que hacer en estos espacios: ¿qué nos gusta hacer?, ¿qué necesitamos para realizarlo?, ¿dónde y cuándo nos sentimos bien?

Ø Busquemos nuestro tesoro, ¡apasionándonos por algo!

Ø Reconozcamos nuestros sentimientos, brindándonos un espacio para convencernos de que “tenemos derecho a sentirnos así.”

Ø Hay que tener valor para arriesgarse a lograr los sueños y proponerse hacerlos realidad. Debemos fijarnos metas y perseverar en ellas.

Ø Hay que cultivar amistades. Debemos apartar un tiempo para compartir con amigos y amigas.

Ø Debemos hacer un esfuerzo por regalarnos algo que siempre hayamos deseado. No debemos negarnos cosas para nosotras mismas, cuando estas se encuentran dentro de nuestras posibilidades.

Ø Tengamos sueños, anhelos, pero no fijemos la esperanza y felicidad en ellos.

Ø Intentemos aprender algo que siempre hayamos anhelado.

Ø Si hemos dejado algún proyecto inconcluso, y aún es de interés, procuremos terminarlo.

Ø Si diferentes circunstancias de la vida nos han dejado huella, aprendamos que el pasado no siempre determina el futuro. No es posible cambiar lo qué pasó, pero sí se puede tener una actitud diferente ante circunstancias similares en el presente.

Ø Al final del día revisemos y evaluemos lo que hicimos en beneficio propio. Confiemos en nuestras capacidades para realizar las cosas.

Ø Hagamos el esfuerzo de dirigirnos a nosotras mismas con palabras positivas

Ø Procuremos conocernos a nosotras mismas. Hagamos una lista de nuestras cualidades.

Ø Digamos gracias a los elogios que nos hagan.

Ø Seamos dueñas de nuestras actitudes, pensamientos y sentimientos.

Ø Procuremos declararnos amor a nosotras mismas.

Son muchos los obstáculos que pueden impedir lograr ocuparnos de nosotras mismas, pero recordemos que nuestro que espacio es importante para nuestra salud emocional.

Recordemos querer es poder. Decida hoy mismo invertir tiempo y esfuerzo en cuidar de sí misma.

martes, 10 de abril de 2012

02 - Mujer ideal vs mujer real “Los estereotipos”, Por: Tanya M. Brizuela H.

Los estereotipos

Desde su más tierna edad, una mujer carga con muchas concepciones de cómo debería ser para que la cataloguen como tal. De bebés, se les viste sobre todo de rosado y usualmente llevan en sus tiernas orejitas aretes, para que se les distinga como mujeres. De niñas, deberían jugar a la casita, pedir muñecas, ser tranquilas y ayudarle a mamá en el hogar, sobre todo si tienen hermanitos o hermanitas menores. De adolescentes, además de ayudarle a mamá en las labores del hogar, deberían ser coquetas, usar muchos colores al escribir en el colegio, llevar un diario en el que apunten sus vivencias diarias y estar enamoradas.

De adultas, deberían estar casadas, y si no están casadas, deberían tener novio y estar a punto de casarse, ser formales, tranquilas, les deben gustar los niños y desear al menos uno, además de saber cocinar, porque si saben cocinar “ya se pueden casar”. Pareciera ser que para cada etapa, existen concepciones específicas de cómo debe ser una mujer. No obstante, por ahora concentrémonos sobre todo en la mujer adulta.

La influencia de los medios de comunicación es significativa por su impacto en la audiencia, y por llegar a casi todos los rincones del mundo, siendo pocos los sujetos que se libran de su alcance. Lamentablemente, este poder de influencia no es utilizada de manera adecuada por algunos medios de difusión que utilizan y tergiversan la imagen de lo femenino. Solo basta con apreciar de forma reflexiva las propagandas comerciales, para darnos cuenta de esta realidad, en la que ciertos anuncios televisivos, manejan la imagen de lo femenino a conveniencia, empleándola para atraer la mayor cantidad de consumidores posible. Sin embargo manipular la noción de mujer de esa forma, perpetúa estereotipos. Algunos ejemplos de campañas publicitarias que promueven arquetipos de lo femenino podrían ser:

- Comerciales de detergentes de ropa, lavaplatos, consomés, medicinas para la familia y demás productos para el hogar: Estos nos muestran a mujeres amas de casa, dedicadas a las labores del hogar; a este tipo de mujeres las muestran como madres serenas, usando poco maquillaje, en camiseta y con jeans.

- Comerciales de cigarros, licores y automóviles: Estos otros usan la imagen de la mujer sexy, delgada, soltera y por supuesto sin hijos, eternamente seductora, de quien no interesa su grado de inteligencia.

- Comerciales cosméticos, ropa, zapatos y productos de belleza en general: Finalmente los de este tipo utilizan la idea de una mujer vana y consumista, que compra por ser su hobby predilecto y su forma de realización personal.

La idea sociocultural de la mujer adulta ideal

Si bien es cierto que la idea sociocultural de la mujer adulta ideal podría ser diferente dependiendo del contexto, es posible aventurarse a describir a grandes rasgos una idea general de lo que debería ser “la mujer ideal” según sea su etapa o situación de vida. Sin duda alguna cada lector podrá afinar la imagen según su bagaje particular:

- La acompañante perfecta: Aquella mujer por supuesto delgada, hermosa, invariablemente alegre y anuente, muy a la moda, siempre arreglada, que sabe escuchar y hacer comentarios oportunos y con todas sus responsabilidades bajo control.

- La casada: Debería querer tener hijos, preferiblemente desear quedarse en el hogar para criar a los pequeños, manejar cada detalle de su casa, matrimonio e hijos sin dificultad alguna, no frustrarse, no enojarse, ante todo ser feliz, dulce, amorosa, sacrificada, apacible, en fin con una disposición innata a complacer a los demás.

También es deseable que sea una excelente administradora de los recursos del hogar, hasta el punto de hacer magia con ellos; y si es posible -según las tendencias de los últimos años-, también debería estar totalmente tonificada como resultado de su persistente asistencia al gimnasio.

- La trabajadora: De igual manera debe manejar las labores del hogar sin dificultad, verse impecable, no cansarse, atender a los niños con energía, y a su esposo con amor. Mientras además, tiene que demostrar constantemente en su trabajo que su condición de mujer no le impide desempeñarse como un hombre.

- La soltera: Debería ser atractiva, inocente, sin experiencia sexual previa pero experta en las artes de complacer a su conyugue al momento de casarse, por supuesto preparada para atender los quehaceres domésticos, tener una carrera u oficio para colaborar en la provisión de la casa y desear tener hijos, entre otras características.

Existen un sin fin de preconcepciones que la mayoría conocemos muy bien, y que ciertamente pueden causar gran estrés a aquellas mujeres -sin duda la mayoría- que no “dan la talla”, simplemente porque estos “prototipos” son irreales, no toman en cuenta el cansancio físico, la presión de lo cotidiano, ni los sentimientos de frustración, entre otras aspectos. En general se podría decir que los estereotipos obvian la condición humana de las mujeres.

No sería prudente adjudicarle la existencia de los estereotipos a los medios de comunicación masiva. Algunos de ellos tienen el propósito de vender o entretener, otros tienen el fin de educar. El trabajo de selección y reflexión es de cada persona.

Tampoco colabora al mejoramiento endosarle la responsabilidad total a la sociedad por formar estereotipos, o exigencias imposibles de alcanzar.

Las dificultades surgen cuando asumimos irreflexivamente los estereotipos vistos, leídos o escuchados a través de diferentes fuentes, tomándolos como modelos reales y deseables de alcanzar.

Es normal no poder cumplir con todas las exigencias que de una u otra forma se les impone a las mujeres. Sin embargo los sentimientos de frustración que pueden surgir ante esta imposibilidad pueden llegar a ser fuente de angustia, sentimientos de impotencia e inclusive depresión en algunas mujeres. Por esta razón es importante asumir una actitud correcta ante semejantes presiones con miras al disfrute pleno de la vida.

Cuál debería ser nuestra actitud ante los estereotipos

Retomemos el ejemplo de la madre y su hijo citado al inicio. Esta mamá, al escuchar el comentario de su hijo tuvo una conversación con el niño acerca de no sobrevalorar las cualidades físicas y de la importancia de todas aquellas virtudes internas que nos hacen especiales, aún cuando no puedan ser observadas a simple vista. Asimismo le explicó que todos somos diferentes, no obstante igualmente valiosos.

Si reaccionáramos como esta madre, ayudaríamos a fomentar en otros una actitud más crítica y reflexiva ante los estereotipos y es posible que seamos capaces de evitar conscientemente ser influenciados por ellos. De esta forma, dentro de nuestras posibilidades y campos de acción, colaboraríamos a construir un futuro diferente con pasos firmes y consistentes, sobre todo a través de la transmisión de valores como el respeto y amor al prójimo a quienes nos rodean.

Sin duda los estereotipos son transmitidos y reforzados diariamente, por lo tanto, el trabajo para renovar nuestras propias concepciones e invertir esfuerzo en nuevas prácticas, es también un trabajo diario. Tomemos todo aquello que es bueno y digno de imitar. Con los demás pensamientos y acciones que no son de bien, trabajemos poco a poco por mejorar. No nos frustremos por lo que no podemos ser, sino más bien vivamos a plenitud lo que somos.