Visión y Misión

Visión.
Ser líder en la orientación y fortalecimiento de las familias dentro y fuera de la iglesia en la República Dominicana.

Misión.
Orientar a los miembros de la familia en el concepto de la verdadera relación y responsabilidad familiar para tener un hogar saludable, a través de la palabra de Dios.

Versículo del día

Siguenos en Facebook

domingo, 25 de julio de 2010

¿Qué clase de hombre?, Por: John Yates

¿Quién es más importante, mamá o papá? los hombres y mujeres de la sociedad de hoy vive en constante lucha por demostrarse mutuamente quién es más valioso o superior. Y esa lucha de poder ha acarreado grandes males al seno familiar y a la sociedad. Dice Dios que ambos somos iguales en dignidad pero con roles muy especificos, es hay donde nos complementamos, cuando unimos fuerzas, cuando compartimos roles, no cuando los intercambiamos. Nos toca a nosotros PADRES iniciar el proceso de reestructuración, Hoy es un excelente día para comenzar, solo falta tu firme decisión. Aquí les dejamos PADRES algo para reflexionar. Dios es nuestro mejor modelo de padre y esposo. Mil FELICIDADES y BENDICIONES del ALTISIMO.
Hay por lo menos tres tipos de hombre: “hombre mujeriego”, “hombre varoni” y “hombre de Dios”.En algun momento todo varon tiene que decidir que clase de hombre aspira ser.
Un “hombre mujeriego” busca la admiración y la atención de las mujeres. Es siempre conciente de cómo se encuentra con el sexo opuesto. Se viste para atraer a ellas y busca la relación femenina constantemente. Su meta es la satisfacción sexual. Eros es, en lo profundo de su ser, lo que le impulsa hacia la mujer. Aunque muchas veces es soltero, el matrimonio no transforma necesariamente a un hombre mujeriego en un hombre de familia. Muchas familias quedan destruidas porque el padre no abandono su tendencia a ser un hombre mujeriego.
Aspirar a ser un “hombre varonil” es, pienso, una meta más noble que ser un hombre mujeriego. El hombre varonil desea el respeto de otros hombres. Quiere ser escuchado y admirado por los otros hombres de su grupo, ser altamente estimado y exitoso en los ojos de otros hombres. El hombre varonil trabaja duro en su trabajo y en su recreo. Así como la mayoría de los hombres a veces se siente inseguro en relación con el sexo opuesto, de igual manera no nos sentimos completamente seguros con otros hombres. Como queremos estarlo nos esforzamos para ser aceptados y respetados por nuestro trabajo, nuestra reputación, y nuestro trato con los demás.
En el mejor sentido de la frase, un hombre varonil es el que ha crecido hasta el punto de sentirse seguro de sí mismo. Es firme sin ser prepotente. Es sincero y auténtico sin ser exhibicionista. Es compasivo pero no sentimental; honrado y cumplidor de su palabra. Es humilde y dispuesto a aceptar la responsabilidad de sus fracasos sin buscar excusas.
Alcanzar sus metas, esta dedicado a la excelencia, confía en sí mismo; pero no es un temerario. Es admirable, sin ser confianzudo. Es la clase de hombre que nos gusta tener como amigo; el tipo de hombre que nosotros queremos ser.
Un hombre varonil cree que el carácter es más importante que el “éxito”. El no sigue a la gente que va en una dirección opuesta. Es suficientemente sabio para no aceptar rumores, ni hacer juicios precipitados, ni para juzgar solamente por las apariencias.
Conoce su mente, se dedica a sus propias metas; pero está dispuesto a someter sus deseos al bien de la comunidad como un todo.
Ser estimado como un hombre varonil es un auténtico honor. Pero esto, a largo plazo, es una meta insuficiente para que un hombre la persiga si quiere llegar a ser todo lo que puede ser. Porque de que si es cierto de que hay Dios, si Dios es personal y puede ser conocido, si Dios se interesa por nosotros individualmente; si él otorga dones particulares a los hombres y designa nuestros llamamientos y destinos individuales; si Dios nos ofrece su amistad, su dirección y fortaleza; y si somos creados por él en su imagen y semejanza, entonces no es suficiente ser un hombre varonil; porque incluso el hombre varonil permanence incompleto a menos que conozca a Dios. Nuestra meta más noble y elevada es ser un hombre de Dios.
¿Qué significa ser un un hombre de Dios? Significa ser un hombre varonil, pero más todavía. Ser un hombre de Dios quiere decir ser un amigo y siervo de Dios que quiere, por encima de todo, hacer la voluntad de Dios. El hombre de Dios sabe que el camino de Dios es el major y confía en él, y se dedica por tanto a discernir, lo major que puede, la voluntad de Dios en cada situación. El ve su vida, sus habilidades, sus posesiones, familia como dones que el Señor le ha confiado. Todo lo que tiene le pertenece a Dios. Vivir a la manera de Dios le importa más que cualquier otra cosa. A medida que madura se hace más conciente de sus debilidades, y cuando le falla a Dios o a otros, lo reconoce con dolor y humildad. Está dispuesto a aprender de cualquier persona y en cualquier situación. Él conoce su propia necesidad del Salvador y, por consiguiente, no condena ni se desespera cuando otros demuestran su propia necedad y condición caída. Es paciente, persistente y consecuente en su compromiso de vivir conforme a los principios de Cristo. Cuando no llega a la altura de lo que Dios espera de él, no por eso se condena sino que llora en su interior por no ser todavía todo lo que Dios quiere de él.
El hombre de Dios no es una copia calcada de otro. Es un original que no deja que otros piensen por él, que busca siempre aplicar la mente de Cristo y la perspectiva de Dios a todas las decisiones, planes y relaciones que tiene que enfrentar. El es un hombre de Dios. ¿Qué clase de hombre eres tú?

sábado, 10 de julio de 2010

¿Qué esperan las mamás del papá de sus hijos?

Las mujeres desean sentirse más que acompañadas en el desarrollo de su rol materno. Desean conformar un equipo con su pareja. Que ambos se involucren en la educación, en la disciplina, en la salud, en lo económico; en fin, en todas aquellas cosas que implica el tener hijos.

En nuestra cultura, muchos padres se abocan a desempeñar la función de proveedor, o sea aquél que se dedica a trabajar fuera de la casa para llevar el sustento material al hogar y delegan las tareas de educación, crianza y salud de los hijos a las esposas. Incluso, en muchas parejas donde la mamá tiene un empleo remunerado, el papá se dedica solo a aportar económicamente y de esta manera, la mamá desempeña una doble función, trabajar fuera de casa y trabajar dentro de ella, sobre todo en lo que tiene que ver con la crianza de los niños.

Las mujeres desean y necesitan que sus esposos dediquen parte de su tiempo, no solo a producir económicamente, sino a generar emocionalmente; o sea, que se dediquen a jugar con los niños, a disciplinarlos, a llevarlos y traerlos de la escuela, a sentarse con ellos a hacer los deberes escolares, a brindarles su afecto y presencia, entre otras cosas.

De igual forma, las mujeres necesitan sentir que conforman un equipo con su pareja, pues esto les brinda mucha seguridad y confianza; además, esperan que el papá de sus hijos sea un hombre que la acompañe, que la apoye y que le ame, en todo el proceso de tener y criar niños.